Dolor, impotencia y valentía de denunciarlo. Son sentimientos que se han compartido este miércoles por la tarde entre los asistentes a la presentación del documental Layetana 43: El cau de la bèstia, en el Centro Cultural Sant Pere de Barcelona. Es una coproducción del cineasta Jaume Domènech, de Balandra Filmes, y TV3, que emitirá el programa Sin Ficción, el próximo enero, según ha avanzado la directora. Es estremecedor. Durante una hora, se desnuda la tenebrosa e impune Jefatura Superior de la Policía Nacional de Via Laietana de Barcelona, con más de 90 años escondiendo torturas y torturadores de la Brigada Político Social y los posteriores grupos de la Brigada de Información. Lo explican con todo detalle testigos vivos y muertos (con lecturas de jóvenes actores del Teatro Espai, del Vendrell, que emocionan) sobre las vejaciones que sufrieron por su disidencia política, social o condición sexual durante el franquismo y también en democracia. Y, sin olvidar la Segunda República y el capitán Collons (Miquel Badia). Los torturadores son mostrados con su ficha policial, y para algunas víctimas, ver su imagen les ha impactado.
"Es para que no se olvide lo que pasó allí, que lo sepan los jóvenes", afirma en la proyección Blanca Serra, detenida y torturada con su hermana Eva en 1977. Su testimonio y el de otras mujeres también es recogido en el libro Torturadas, de Gemma Pasqual, publicado este año.
Hiela el corazón ver las celdas y las maneras de torturas de esta casa del terror, aunque sea una reproducción en 3D y con maniquíes. Algunos de los protagonistas del documental han participado en el coloquio que se ha hecho después, donde han sido invitadas las personas y entidades que colaboraron para financiar este proyecto.
Son tan reales las imágenes que una mujer, que ha explicado que fue torturada, ha preguntado si las cámaras habían accedido en el interior del edificio, porque recordaba "unas escalas que bajabas", com se ve en el documental. Además de aclarar que estuvo detenida siete días (no 48 horas, como en algunos casos se llama al documental), cuando el 1971 se declaró el estado de excepción. El documental también habla de la ley antiterrorista y de la carencia de derechos de los detenidos, así como del agujero de impunidad de Intxaurrondo.
De Gustau a la bestia
Jaume Domènech explica que a raíz de la producción del documental Gustau, la Transición al descubierto, para encontrar a los autores materiales del asesinato de este joven de 16 años de un tiro efectuado por la policía en una manifestación del 11 de septiembre de 1978, ha conocido a muchos supervivientes de estas atrocidades policiales y de ciudadanos que trabajan para recuperar la memoria democrática. Por eso, nuevamente con la televisión de Catalunya, Domènech ha creado el nuevo documental Layetana 43. La guarida de la bestia.
El documental empieza con el testimonio de Carles Vallejo, que ha presentado la primera querella por torturas a Via Laietana, que ahora tiene que revisar la Audiencia de Barcelona si se admite a trámite o no.
El periodista David Fernández y la fotógrafa Mireia Comas, detenida en 1997, relatan los sucios métodos del inspector Ignacio Moreno, alias Jordi, del Grupo VI de la Brigada de Información del CNP contra el movimiento okupa y alternativo, en plena democracia.
En el documental, también salen los incansables abogados Pilar Rebaque y Pep Cruanyes, de la Comisión de la Dignidad y la sectorial de la ANC, promotores de la concentración que cada primer y tercer martes de cada mes se manifiestan ante la jefatura para reclamar que este edificio policial se convierta en un edificio de memoria de las torturas, además de dar voz a víctimas para que expliquen su testimonio delante mismo de los policías, que hacen guardia en la calle.
Prohibido entrar
"Era una fábrica de torturadores, torturaban por turnos. Sobre todo de los integrantes de la Brigada de Información en sus despachos de atrás del edificio", manifiesta Domènech en conversación con ElNacional.cat. Explica que pidieron permiso a la Delegación del Gobierno en Catalunya y al Ministerio del Interior poder grabar en espacios interiores de la Jefatura. "Primero nos dijeron que sí, pero que estaba en obras. Y con la segunda respuesta, ya vi que no nos dejarían entrar". El veterano cineasta recuerda que la visita al edificio no se ha permitido ni siquiera a una comisión del Parlament, y aunque desde Madrid se asegura de que ahora es un "edificio democrático".
Por eso, se ha reproducido en un modelo 3D el interior a partir del testimonio de las víctimas de las torturas, como las celdas y los despachos y los espacios de tortura, además de guiarse por unos planos obtenidos en el Ayuntamiento de Barcelona sobre unas reformas de los años 80. Las celdas están en un sótano, y en el entresuelo, los espacios de tortura, escondidos, sin luz del día, para desorientar al detenido.
Es aterrador como Miquel Anduig, Xavier Barberà, Mercè Muñoz, Carme Travesset, Carles Sastre y Josep Almeda, y tantos otros, relatan las vejaciones y torturas sufridas cuando eran muy jóvenes. E indignante la respuesta de la justicia. Los pocos torturadores que fueron llevados a la justicia, quedaron sin castigo porque no se podía individualizar qué había hecho cada uno. Y los pocos condenados, indultados.
Sin voz a los torturadores
Con respecto a los torturados, el documental muestra la imagen de más de 40. "Descubrirlos, señalarlos y acusarlos, también era el objetivo de este trabajo", se asegura. El Archivo General del Ministerio del Interior permite la consulta de las fichas policiales a partir que haga 20 años que han muerto las personas. El BOE también ha sido una fuente para repasar sus carreras, algunos de los cuales no fueron apartados del cuerpo policial al llegar la democracia, y siguieron sus prácticas inhumanas. Los hermanos Creix, Quintela, Navales, Caro Fontanillo... El cineasta Jaume Domènech declara que la mayoría de supervivientes no sabe quiénes eran todos los policías que los torturaron, pero por lógica -sostiene- hacían turnos, y, por lo tanto, todos los de la Brigada de Información zurraron a detenidos.
En el documental, no sale ningún policía acusado de torturas dando su testimonio. Y Domènech tiene una respuesta clara: "No queremos blanquear lo que hicieron, ni darles voz para que digan que no torturaron. ¡El año 1985 pusieron electrodos en los testículos a un detenido, aunque fuera del caso Bulto"!
Violencia de Estado
El único policía que sale en el documental es Tomàs Gil Marquez, inspector del CNP hasta 1995 e inspector jefe de la policía local de Sant Adrià de Besòs hasta el 2017. El padre de Tomàs, Julián Gil Mesas, era de la policía franquista que detuvo Salvador Puig Antich, asesinato en garrote vil a la Modelo. Gil hace tiempo que pidió perdón a las hermanas de Puig Antich, a pesar de ser un niño el 1974, y en el documental afirma en varias ocasiones: "Es tortura" toda acción policial de sacar información a un detenido a la fuerza, desde no darle agua a zurrarlo.
El presidente de Òmnium, Xavier Antich, también habla claro: "Es violencia de Estado contra la disidencia, sea política o social; por pensar diferente, y no solo es responsabilidad de los policías." Para Jaume Domènech, también se evidencia "la connivencia entre policías, judicatura y gobiernos porque casi no hay condenas por torturas".
El documental es un grito a dejar a la bestia sin guarida o al menos que se divulguen las torturas de Via Laietana para exigir la reparación a las víctimas y la no repetición. Será un buen material de divulgación en las aulas y también podría ser un elemento de prueba si se presentan nuevas denuncias, han indicado algunos asistentes, además de felicitar a Domènech.
La abogada Pilar Rebaque ha invitado a todo el mundo a participar en las concentraciones de los martes ante la madriguera de la bestia: "¡Llevamos dos años y estaremos en la calle hasta que esto caiga!"