Un referéndum unilateral, ataques militares, 18 muertos... Eslovenia alcanzó la independencia el año 1991 después de vivir episodios de auténtico terror militar y de escuchar por activa y por pasiva que ni los Estados Unidos ni la Comunidad Europea la reconocerían como un país independiente.
Ahora, sin embargo, el presidente que llevó a Eslovenia hacia la independencia, Milan Kucan, se muestra "horrorizado" por la violencia policial durante la jornada del referéndum del 1-O porque, según ha explicado este sábado por la noche a Preguntes freqüents en TV3, "no esperaba que en un país democrático europeo miembro de la Unión Europea se pudiera impedir con violencia policial un derecho político", es decir, "el derecho a defender un derecho político".
Según ha subrayado Kucan, la pertenencia a la UE "es una gran diferencia entre nuestra situación entonces y la situación catalana" y, precisamente por eso, ha lamentado que "me sorprendió de manera extraordinariamente desagradable el posicionamiento de la UE".
Y es que Europa se ha lavado las manos durante todo este tiempo en la cuestión catalana y, después de que la represión policial hiciera la vuelta al mundo, soltaron que lo que estaba pasando a Catalunya, era un "afer interno español". Eso es justamente lo que Kucan no acaba de entender. Según su opinión, si España es un país miembro de la UE, "tendría que levantar su voz en defensa de este derecho político fundamental".
Proceso contra el Govern
El presidente que llevó a Eslovenia a la independencia ha asegurado que él y sus colaboradores no se hubieran marchado a Bruselas después de proclamar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) porque "nos habríamos quedado en casa para mostrar a los ciudadanos que estamos convencidos de la decisión que" hemos "tomado".
Ahora bien. También ha querido dejar claro que desconoce los motivos del president Carles Puigdemont por haberse marchado a Bélgica después de la aprobación en el Parlament de la DUI, pero ha reconocido que, a pesar de esto, "es imposible que en la Europa democrática, un gobierno escogido legalmente, no sólo haya sido depuesto, sino que está prácticamente en la cárcel".
Eso, a ojos suyos, "se trata de un proceso real en contra de él" y, por lo tanto, "es un elemento que, por sí mismo, tendría que provocar la internacionalización de este problema".
Experimento político
Kucan alerta de que este proceso es una "situación difícil para los catalanes, para España y para la UE" porque, asegura, "no hay marcha atrás", motivo por el cual su deseo es que "en España haya bastante sabiduría que la despierte al debate de sí el marco constitucional de España está a la altura de las necesidades del presente, del mundo desarrollado y del desarrollo democrático de la UE".
A su juicio, "se trata de un experimento político" y la pregunta que se tendría que hacer es "por qué salió a Catalunya la necesidad de dialogar sobre la independencia", hecho que él tiene claro que es porque "el estado español, en su centralismo y su no reconocimiento de los catalanes como nación, y al recortar el espacio de autonomía que Catalunya ya tenía antes".
Por todo ello, el primer presidente de la independencia eslovena se reitera en la convicción de que "la comunidad internacional no tendría que permitir que se vulnerara el derecho político fundamental" y, en este sentido, ha puesto encima de la mesa que "la independencia es un proceso complicado" porque, primero, "depende del país en el cual un pueblo intenta poner en la práctica este derecho" y, segundo, "depende de la gente que quiere defender este derecho y del contexto internacional que, en general, no es partidario de hacer valer este derecho".
¿Puntos en común?
Kucan no se ha mojado mucho a la hora de comparar el proceso esloveno con el catalán, a pesar de que sí que ha admitido que "hay algunos puntos en común" teniendo en cuenta que "hay ciertas cosas que no son comparables". Ahora bien. Según ha señalado, "el que sí que lo es, es el reconocimiento del derecho de autodeterminación" porque, ha apuntado, "para cada pueblo este derecho es universal, está garantizado y está por encima de otros derechos, de derecho político, y de los actos normativos de cada país".
Eso sí. Según su opinión, la intervención del ejército yugoslavo para evitar que se proclamara la independencia de Eslovenia y el plebiscito democrático fueron uno de los puntos claves para internacionalizar el proceso porque, cuando "demostramos a todo el mundo que controlábamos nuestro territorio y que éramos capaces de defender nuestra soberanía", consiguieron "hacer mover la comunidad internacional". Aparte de eso, también ha puesto encima de la mesa que, aunque llegaron a plantearse no hacer la DUI, entonces "el país ya era lo bastante estable, éramos una república compacto".
La cosa, sin embargo, no fue fácil, sino al contrario. Kucan ha relatado que "los primeros días de la independencia fueron difíciles" porque "tuvimos que arreglar las consecuencias de la agresión militar y tuvimos que empezar el difícil camino hacia el reconocimiento internacional".
Por lo tanto, aunque en Eslovenia "habría sido posible coger una vía pacífica hacia el ejército yugoslavo", este "fue el principal argumento de Eslovenia en el camino hacia el reconocimiento internacional, que fue muy difícil".
Y es que los eslovenos estaban muy bien preparados a nivel policial, y no sólo eso. "Conocíamos las ambiciones del ejército yugoslavo y también estábamos preparados para enfrentarnos a aquella violencia", ha explicado Kucan, que ha añadido que "teníamos la defensa de nuestro territorio y teníamos una policía bien entrenada, que demostró que era capaz de pensar en la soberanía eslovena" y, justamente por eso, ha asegurado que "en realidad, aquella agresión no nos cogió desprevenidos".
De hecho, y según ha recordado, en Eslovenia "cuando empezamos con el proceso de independencia, había mucha oposición internacional" y, ha insistido, "no fue hasta después de llevar a cabo un plebiscito democrático con una gran participación del 90% y con apoyo de la independencia y que se produjera, también, la intervención del ejército yugoslavo en Eslovenia lo que hizo que la comunidad internacional se moviera".
Eso, y también el hecho de "haber confiado en el principio de legalidad" porque, ha apuntado, "estábamos poniendo en práctica una legitimidad y decíamos que al menos dos tercios de la población lo tenía que escoger así".