Las gestiones del Gobierno catalán en el mundo continúan a pesar de la campaña electoral. Esta vez toca Bélgica. Al mediodía de este martes 15, comparecerán ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara belga el secretario de Relacions Exteriors del Gobierno catalán, Roger Albinyana, y el secretario general de Diplocat, Albert Royo. El objetivo: explicar el proceso soberanista y la situación política en Cataluña.
Será una nueva etapa en la peregrinación que protagonizan los representantes de la diplomacia catalana. Estas gestiones permitieron el pasado 8 de septiembre celebrar un encuentro con congresistas de los EE.UU. Al acabar la reunión, varios congresistas norteamericanos, incluído el presidente del Subcomité para Asuntos Europeos de la Cámara de Representantes, Dana Rohrabacher, expresaron públicamente el apoyo al derecho a decidir de los catalanes.
De hecho, quien dio más notoriedad a aquella cita fue el mismo ministro de exteriores, José Manuel García Margallo, quien ironizó públicamente desde Madrid sobre la trascendencia del encuentro.
Estos movimientos internacionales molestan mucho a la diplomacia española. Hasta el extremo de que, según fuentes diplomáticas, antes de aquella entrevista, el Gobierno español intentó presionar a los congresistas con dossieres sobre el caso catalán, que incluían incluso acusaciones de antisemitismo, un tema especialmente sensible en los EE.UU.
No es ningún secreto que las presiones españolas para rebajar la voz del Gobierno catalán en el exterior son habituales. El president Artur Mas reconocía el domingo en una entrevista en La Sexta las dificultades que las gestiones del ministerio español de Exteriores ocasionan a sus intentos de explicar el proceso catalán en las cancillerías internacionales.
También se atribuye a esos apremios el cambio de opinión, en el último momento, del Partido Liberal, el mayor de la oposición en el Parlamento de Dinamarca, que retiró su apoyo a la declaración, aprobada el pasado mes de mayo, en que apostaba por un diálogo pacífico y democrático entre Catalunya y España.
En otros casos, sin embargo, estas presiones no han dado resultado. Así fue en la cita organizada por el servicio exterior catalán en el Senado del Paraguay, donde compareció la directora general de Relacions Exteriors, Francesca Guardiola.
Según algunas versiones parlamentarias, que fuentes del Govern han evitado confirmar, el ministerio español de Exteriores habría llegado a ofrecer compensaciones: a cambio de abortar la comparecencia, la Agencia Española de Cooperación Internacional habría ofrecido a los diputados dispuestos a colaborar hasta 150.000 euros para destinarlos a proyectos de su elección.
Las gestiones fueron inútiles. La cita se celebró con total normalidad el pasado dos de septiembre.