En medio de fuertes medidas de seguridad y una expectación enorme, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull han entrado hoy en el Congreso para formalizar su acreditación como diputados. Los nuevos parlamentarios han llegado custodiados de la prisión de Soto del Real y han realizado todos los trámites acompañados en todo momento de estrecha vigilancia policial. La excepcionalidad catalana ha penetrado en las Cortes españolas, que ahora tendrán que decidir qué hacen con sus nuevos miembros después de que el Supremo ha dejado claro que no piensa pedir el suplicatorio y ha pasado la pelota a la Mesa que se constituirá mañana.
No se sabía ni cómo ni a qué hora llegarían, pero pasadas las diez de la mañana, los cuatro diputados electos se ha presentado en la sala Lázaro de Dou para formalizar los trámites. En el interior estaba en aquel momento el exministro Rafael Catalá y el diputado de IU Alberto Garzón.
Cuando han salido del ascensor, que los ha dejado en la primera planta del edifico, les esperaban diputados de JxCat, ERC y Bildu que los han acogido con aplausos y los han acompañado a la sala. Entre otros, estaban los republicanos Gabriel Rufián, Joan Capdevila y Gerard Gómez del Moral; los miembros de JxCat Laura Borràs, Míriam Nogueras, Sergi Miquel y Josep Lluís Cleries, y Jon Iñarritu y Marian Beitialarrangoitia de Bildu. También ha asistido el exdiputado y coordinador de las defensas de JxCat Francesc Homs.
Los presos no estaban autorizados a hacer ninguna reunión ni declaraciones en el Congreso. Únicamente y exclusivamente formalizar su acreditación. No obstante, Junqueras ha aprovechado el momento para publicar un vídeo a través de su cuenta de Twitter.
Dentro de la sala, los nuevos diputados no se han limitado a formalizar las acreditaciones. Los compañeros de grupo les han llevado cafés y bocadillos de jamón del bar del Congreso.
Mientras los presos seguían los trámites, se ha cerrado el acceso de la prensa al pasillo que da acceso a la sala. A escasos metros, justo en frente, se reunía la mesa de la diputación permanente de la Cámara que, entre otras cuestiones, tiene que decidir sobre cómo se hará la constitución del Congreso de mañana.
Los presos han recibido su cartera como diputados y el material que les corresponde para trabajar, pero lo han tenido que dejar todo a sus compañeros de grupo porque no les está permitido introducirlo en la prisión. El Congreso no les ha entregado ni el ordenador ni el móvil que han recibido el resto de miembros de la Cámara.
En poco más de una hora, una vez formalizadas las declaraciones pertinentes y después de hacer la fotografía oficial, han acabado los trámites y han vuelto a desaparecer por el ascensor por donde habían llegado.
"Lo que es lamentable, teniendo en cuenta que tienen sus derechos intactos con una acta que les garantiza la inmunidad, es que se hayan tenido que marchar para volver a la prisión de Soto del Real hasta mañana por la mañana cuando vuelvan al hemiciclo", ha lamentado la diputada Laura Borràs en declaraciones posteriores.