Diada 2018: una mañana marcada por los discursos políticos, la reivindicación de la "libertad para los presos políticos y exiliados" y de este día como una "Diada para todo el mundo". Barcelona ha despertado con la ofrenda a Rafael Casanova, en la que ha participado, como es habitual, el Govern de la Generalitat, el gobierno municipal, representantes parlamentarios y varios partidos políticos; a la vez que asociaciones, organizaciones sindicales e incluso castellers, entre otros. Pero la ofrenda no ha sido el único acto político de la mañana: Ciutadans ha celebrado un acto propio de la "fiesta autonómica", según denomina la Diada el partido de Albert Rivera.

Por una parte, el recuerdo por los presos y exiliados, los lazos amarillos y el clamor de "Libertad!" han llenado las calles del centro, la zona donde se encuentra el monumento de Rafael Casanova, en la ronda de Sant Pere con la calle de Girona. Un discurso que, con matices, lo hemos podido oír en las palabras de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; en el presidente del Parlament, Roger Torrent; en la portavoz del Govern, Elsa Artadi, y en el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès. La mañana ha traído algunas sorpresas: la alcaldesa se ha presentado ante los medios con un lazo amarillo en la solapa de la americana, a la vez que decía que "hay que mejorar la calidad democrática de todo el Estado".

Foto: Sergi Alcàzar

La ultraderecha entra en escena

La zona acordonada por los Mossos d'Esquadra ha mantenido en todo momento a los políticos y los grupos a quienes les tocaba hacer la ofrenda separados de los manifestantes y espectadores, que miraban la escena desde detrás las barandillas, mientras proferían cánticos como "Libertad" y clamores "antifascistas". Las barandillas y los cuerpos policiales, sin embargo, no han conseguido impedir que un grupo de cuatro integrantes del grupo ultranacionalista español Alianza Nacional -entre los cuales su fundador, Pedro Pablo Peña- entraran en la zona acordonada gritando "A mí no me engañan, Cataluña es España". Los Mossos los han interceptado y se los han llevado fuera de la zona de la ofrenda.

Dejando de lado este incidente, solo han llamado la atención los silbidos que los manifestantes han dedicado al partido de ultraderecha Plataforma per Catalunya (PxC), que ha querido hacer también su ofrenda floral a Rafael Casanova. Los silbidos, acompañados de gritos de "¡Fuera, fuera!", han seguido al partido hasta que han salido de escena.

Cs hace su propia Diada y pincha

Ciutadans no ha querido perder la resonancia mediática de la Diada y ha preparado su propio acto independiente para esta mañana. Albert Rivera ha atacado al Govern de la Generalitat y a los movimientos independentistas y, sobre todo, a Pedro Sánchez, a quien ha acusado de ceder ante de los "separatistas". Ha prometido que cuando gobierne Inés Arrimadas en Catalunya habrá consenso y todos los catalanes podrán celebrar juntos "el día autonómico".

Pero el rebautizo de Rivera no ha acabado de convencer a sus seguidores, aunque se había anunciado hace tres días por Twitter, y ha acabado resultando en un acto que ha llamado la atención por el poco público que había en la plaza del Rei. Una gran alfombra en forma de corazón y las banderas catalana, española y europea ocupaban gran parte de las escaleras de la plaza, pero el público ha sido muy escaso: tan solo una cincuentena de personas.

Foto: Carles Palacio

 

Un concierto para los hijos de los presos

No ha habido solo actos tradicionales o parlamentos, sino que también ha habido fiesta. Se trata de la actuación celebrada en el paseo de Lluís Companys, dentro de la Festa per la Llibertat, organizada por Òmnium Cultural. A pesar de que al empezar el concierto los artistas han dejado claro que "no hacemos canciones de protesta", sí se ha dedicado el acto a los hijos e hijas de los que "carecen de libertad". Un acto que ha llamado a miles de personas, en general familias con niños que han decidido pasar el día por las calles de Barcelona y se han apuntado a este concierto pensado por los niños.