Los presos políticos vuelven a estar en la prisión. Jordi Cuixart, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Raül Romeva y Quim Forn han entrado esta noche en Lledoners después de que la jueza de vigilancia penitenciaria ha decidido suspenderles el tercer grado, a raíz del recurso de la Fiscalía. La decisión fulminante de la jueza ha cogido a los presos por sorpresa y ha certificado la enorme dificultad en que queda situada la posibilidad de diálogo con el Estado. Las palabras de Pedro Sánchez sobre la dependencia jerárquica de la Fiscalía del ejecutivo han resonado de nuevo en las puertas de la prisión.

A partir de ahora, no podrán tener ni el tercer grado ni tampoco el régimen del 100.2, por lo cual no podrán salir tampoco a trabajar. En una declaración institucional, el president de la Generalitat, Quim Torra, después de recordar la vinculación de la Fiscalía con el ejecutivo de Sánchez, ha advertido que se acumulan las evidencias que ponen en duda la voluntad de diálogo de gobierno español. "Es un acto de venganza", ha denunciado.

También a las puertas del centro penitenciario de Lledoners, los presos y el vicepresident, Pere Aragonès, han advertido del efecto que este gesto, propiciado por la fiscalía, tendrá en el diálogo con el Estado.

Jordi Cuixart, con Junqueras, a las puertas del centro penitenciario de Lledoners / Maria Contreras

Amnistía en la mesa de diálogo

Aragonès ha advertido directamente a Sánchez que la amnistía de los presos políticos será una condición imprescindible para dar continuidad a la mesa de negociación con el Estado. La mesa de diálogo, que fue una de las condiciones que impuso ERC para facilitar la investidura de Sánchez, se tenía que haber reunido este mes de julio.

Por su parte, Jordi Sànchez, el último de los presos en volver al centro, ha reprochado que el presidente español no ha hecho ningún gesto para favorecer el diálogo. "Es hora que se le deje de regalar votos", ha reclamado en alusión al apoyo de ERC al gobierno español. Antes de entrar, Sànchez ha lanzado otra advertencia al Estado: "Con nosotros, conmigo, no podrán".

Un centenar de personas y representantes de JxCat, ERC i la CUP, así como el president del Parlament, Roger Torrent, y consellers del Govern, se han concentrado para apoyar a los presos.

Desde un escenario improvisado, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ha atribuido la decisión de la jueza de tumbar el tercer grado a la impotencia del Estado y a la "falta de capacidad de diálogo". 

Ha advertido que la solución del conflicto político pasa por el fin de la represión, no por su tercer grado o su 100.2, sino por la amnistía de todos los presos políticos de toda Catalunya. "No queremos una solución individual para cada uno de nosotros. Queremos el fin de la represión, la amnistía y una solución dialogada al conflicto político," ha advertido, además de asegurar que Òmnium trabajará para que los políticos escuchen a la ciudadanía.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha asegurado que les vuelven a encerrar porque "tienen miedo" porque el independentismo gana enlas urnas y saben que "sólo pueden ganar si prohíben las urnas y utilizan herramientas no democráticas".

"Nos tienen miedo porque saben que en las urnas no nos ganan. Por eso quieren incidir a través de la prisión y la represión y el exilio forzado, porque no pueden incidir por las vías sociales y parlamentarias", ha denunciado.

 

Quim Forn ha recordado que mañana hará 1000 días que Oriol Junqueras y él están en la prisión, y ha advertido que desde el primer día "han intentado ser la cara de la dignidad", mientras que Romeva ha asegurado que cada acción de represión les hace más fuertes y ha instado a "ir a la una".

En el acto también estaban Jordi Turull y Josep Rull, que mantienen todavía el tercer grado porque los fiscales responsables de su caso se encuentran de vacaciones, por lo cual ignoran en qué momento se les aplicará.

Rull ha advertido que el Supremo ha tenido que desguazar su propio estado de derecho" y reinterpretar el derecho penitenciario para volver a encerrarlos. Turull ha hecho un llamamiento a la unidad del independentismo. "Los que tienen responsabilidades, que no esperen que nos metan garrotazos para ir a la una," ha reclamado.

Al acabar el acto, los presos han vuelto juntos a cruzar la puerta de la prisión acompañados de los concentrados con cánticos y gritos independentistas. Detrás de ellos han entrado Turull y Rull, para pasar la noche en el centro. Ellos mañana todavía podrán salir con el tercer grado.