Faltan sólo 24 horas para el debate y votación en el Congreso de los Diputados, pero los números todavía no le acaban de salir a la reforma laboral. Por este motivo, se han intensificado las llamadas de miembros del PSOE y de Unidas Podemos. También la presión pública a ERC, que se ha intensificado durante las últimas horas. Los republicanos siguen en el no, porque, como otros socios habituales del ejecutivo central, reclaman cambios a la norma, que La Moncloa no acepta. Hoy a esta campaña de pressing también se han sumado los sindicatos mayoritarios. Y los comunes incluso han amenazado con retirar el apoyo al Govern Aragonès.
En estos momentos, el PSOE y Unidas Podemos no han conseguido el votos de sus "socios prioritarios", como los han llamado durante el último año. Sólo ha arrancado, gratis, los votos de Ciudadanos (9), Más País (2), Compromis (1), Teruel Existe (1), el Partido Regionalista Cántabro (1), Coalición Canaria (1) y Nueva Canarias (1). Siguen siendo insuficientes, y por eso hay varias vías encima de la mesa. Por una parte, los cuatro del PDeCAT, que decidirá esta tarde en una ejecutiva extraordinaria. Por otra parte, los dos foralistas de Navarra Suma, que dicen que "todo es posible". Pero siguen mirando hacia ERC.
La misma vicepresidenta segunda Yolanda Díaz advertía este martes desde el Senado que, con el su no, "pueden provocar que el viernes los trabajadores se levanten con menos derechos". Desde el entorno de la ministra de Trabajo no escondían su decepción con los republicanos, por su oposición sistemática a una reforma avalada también por los sindicatos mayoritarios en Catalunya. Este miércoles, Díaz ha insistido desde el Congreso en que, los que voten en contra, tendrán que explicar su sentido del voto, al lado del PP y la extrema derecha de Vox.
No ha sido la única. Jaume Asens también se ha sumado a la campaña y ha ido más allá, probablemente por la batalla interna catalana. En una entrevista en RNE este miércoles, el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos ha advertido que "no sólo está en juego la reforma laboral", sino que "también el bloque de la investidura". Por eso ha pedido "responsabilidad" a los republicanos. "Si ERC vota en contra, habrá cometido el error más grave de la legislatura", ha remachado el dirigente de los comunes. La cosa no ha quedado aquí: los comunes han advertido al president Aragonès de que podrían retirarle el apoyo si no votan por la reforma laboral.
También se ha sumado el secretario general estatal de UGT, Pepe Álvarez, que en una entrevista al programa Cafè d'idees de TVE ha pedido "un último esfuerzo" a ERC. "Un no me dolerá mucho", ha asegurado al dirigente sindical, que ha confiado en que la decisión de los republicanos se pueda reconvertir en las próximas horas. "El que vote en contra de la reforma laboral, estará a favor de que se mantenga la reforma del PP", ha concluido.
Rufián denuncia el inmovilismo
El mismo Gabriel Rufián ha salido este miércoles a denunciar el inmovilismo del Gobierno. En declaraciones en los pasillos del Congreso, el portavoz de ERC en la cámara baja ha criticado que en La Moncloa están más preocupados por "vender su relato" que por hablar con ellos. "En el contenido no se mueven, no hay garantías y comunicación tampoco", ha explicado el dirigente republicano, que ha respondido al pressing: "La posición que es inexplicable es prometer y perjurar la derogación de la reforma laboral y después presentar una reforma que sólo gusta a Ciudadanos". Y ha concluido: "Si no se mueven, no nos podemos mover".