En el Congreso de los Diputados, las calculadoras van que vuelan. La votación de la Mesa del Congreso de los Diputados será de alta tensión y tendrá que tener una precisión quirúrgica. Con el bloque de izquierdas y derecha en un empate técnico, la presidencia de la tercera institución del Estado se decidirá por muy poco. Y para deshacer la igualdad, los siete diputados de Junts per Catalunya se aventuran determinantes. Sin nombre para sustituir a Meritxell Batet sobre la mesa, los partidos considerados de la mayoría de izquierdas reconocen que hay conversaciones con los de Carles Puigdemont, admiten que el hecho de que haya negociaciones con los juntaires ya es un "buen síntoma" y creen que una repetición electoral es un mal negocio para todos los implicados. Nadie quiere hacer que la votación descarrile y, hasta el momento, se impone el silencio y la discreción a ambos lados.
Todo el mundo mira a Waterloo. La opinión críptica de Carles Puigdemont tirada en un tuit matinal ha enrarecido la posición del PSOE. La portavoz socialista y ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, ha replicado al eurodiputado de Junts que "puede ser más oportuno el diálogo y la prudencia antes que hablar de subastas de ningún tipo", en referencia al tuit en el cual Puigdemont ha escrito, a tres días de la constitución de las Cortes Generales, que "crece el nerviosismo, sube la subasta y se disparan las especulaciones". Los socialistas se abonan a la discreción, hasta el punto que se resisten a confirmar el candidato o candidata a presidir el Congreso de los Diputados, en sustitución de Meritxell Batet, aunque algunas informaciones apuntan a la expresidenta balear Francina Armengol. De hecho, este miércoles, el PSOE reunirá a la ejecutiva para aprobar la candidatura y los portavoces parlamentarios y Pedro Sánchez insuflará ánimos a sus parlamentarios.
Con respecto a Sumar, que defiende que el PSOE presida el Congreso, Jaume Asens está siendo el interlocutor con Junts per Catalunya. El exportavoz quiere hacer valer su buena relación con los independentistas para seducir los de Puigdemont. En este contexto, los de Yolanda Díaz temen que haya demasiado "ruido innecesario" que pueda reventar la negociación. La sucesora de Asens en el cargo, Marta Lois, ha pedido actuar "con la máxima discreción y determinación" para que las conversaciones "lleguen a buen puerto". La diputada gallega ha mostrado "preocupación" por el hecho de que haya grupos que prefieran "mantener cierto ruido innecesario".
Al margen del PSOE y Sumar, los seis diputados de EH Bildu también han reconocido "relaciones constantes" con Junts, pero los abertzales nadan y guardan la ropa. "Hemos hablado, pero no nos posicionaremos sobre lo que tienen que hacer", ha asegurado la portavoz Mertxe Aizpurua antes de recoger el acta de diputada. Con todo, los independentistas vascos se abonan al optimismo para conformar una Mesa controlada por una mayoría de izquierdas y se comprometen a trabajar por "un gobierno progresista y plurinacional". Ni se pondrán quisquillosos ni pondrán problemas ahora que han conseguido obtener más representación que el PNV en la cámara baja. De hecho, los abertzales no dan credibilidad a la posibilidad de que los nacionalistas vascos presidan el Congreso, tal y como ha propuesto Coalición Canaria.