Los presupuestos del Estado han superado este jueves su primer trámite en el Congreso a los Diputados: el debate a la totalidad. Una mayoría del pleno, donde están incluidas Esquerra Republicana y el PDeCAT, han tumbado las siete enmiendas a la totalidad que se habían registrado, incluidas las de Junts per Catalunya y la CUP. De esta manera, Pedro Sánchez ha visto allanado el camino para sus terceras cuentas, que ahora tendrán que pasar por comisión y el pleno, antes de ser enviadas al Senado. La sesión ha durado 48 horas durante las cuales la guerra del independentismo se ha trasladado a las Cortes españolas. Ya era habitual en otros años, pero se ha acentuado con la ruptura del Govern. Los republicanos tienen una negociación en marcha con el Gobierno mientras los de Junts sacan el polvo al diccionario de sinónimos para acusarlos de "servilismo" y renuncia" ante La Moncloa. Por otra parte, pero en línea con la negociación que ERC mantiene con el ejecutivo de Sánchez, este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anunciado que llevarán al Congreso de los Diputados la reforma del delito de sedición.

Las enmiendas a la totalidad, que habían registrado el Partido Popular, la extrema derecha de Vox, Junts per Catalunya, la CUP, Foro Asturias y la de los dos exdiputados de Unión del Pueblo Navarro y un exdiputado de Ciudadanos, han sumado únicamente 159 votos, claramente insuficientes. En contra lo han hecho 186 diputados, la misma mayoría de las anteriores cuentas: el PSOE, Unidas Podemos, Esquerra Republicana, el PDeCAT, el PNV, EH Bildu, Más País, Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria.

El primer partido independentista en tomar a la palabra, este miércoles, fue Junts per Catalunya. Y se puso el mismo traje que en el Parlament: el de oposición a ERC. La portavoz de la formación en la cámara baja, Míriam Nogueras, interpeló directamente a los republicanos, a quien preguntó "de qué ha servido el servilismo y la renuncia" después de denunciar a las "tomas de pelo" de la Moncloa. Por eso envió un aviso a sus exsocios: "La rebaja de los delitos de sedición es una trampa. Quiero pensar que ningún partido catalán participará de esta trampa, que ningún partido catalán votará que lo que hicimos en 2017 merece un solo segundo de prisión". Y otra advertencia a Pedro Sánchez: "No han anestesiado el catalanismo. No se equivoquen. Han anestesiado un partido catalán, que es diferente".

En cambio, Esquerra Republicana ha querido darle un perfil más técnico. Gabriel Rufián ha renunciado a salir a la tribuna, y su lugar lo ha ocupado Joan Margall, portavoz de presupuestos. El discurso de los republicanos se ha fundamentado al denunciar el déficit de ejecución de las inversiones presupuestadas a Catalunya por parte del Gobierno. Margall ha reclamado la creación de un mecanismo que garantice el cumplimiento de estas inversiones y ha justificado el motivo por el cual su formación no presentó una enmienda a la totalidad de los presupuestos: "No negociarlos no haría caer el régimen del 78".

 

La CUP intentó centrarse en el proyecto de presupuestos y esquivó cualquier tipo de reproche dentro del movimiento independentista. Y la conclusión fue clara: "Dar apoyo a las cuentas del Gobierno es un sin sentido para las fuerzas que representamos los intereses de las clases populares de los Països Catalans". Los anticapitalistas denuncian la insuficiencia de las cuentas sociales, que se quedan cortas, pero también los incumplimientos del pasado y la "falta de compromiso" en la resolución del conflicto político. El diputado Albert Botran puso encima de la mesa la amnistía ("no permitieron ni tramitaron la ley") y el derecho a la autodeterminación ("vetado en la mesa de diálogo" entre gobiernos). Pero también que ni siquiera se permita una investigación sobre el caso Pegasus, el escándalo de espionaje masivo a decenas de dirigentes independentistas

Negociación en marcha

En los últimos días, a pesar de la renuncia a obstaculizar la tramitación de los presupuestos del Estado, ERC ha dejado claro que están "muy lejos" de la aprobación de las cuentas, pero han querido dar "margen" a las negociaciones en marcha con el Gobierno. Los republicanos ponen el foco en la poca ambición social del proyecto de María Jesús Montero y en los incumplimientos de los compromisos del pasado, empezando por la baja ejecución de las inversiones previstas en Catalunya. Pero en paralelo hay conversaciones no declaradas entre las partes por la reforma del delito de sedición, un compromiso que viene de la mesa de diálogo para "superar la judicialización" del conflicto político. De hecho, Montero ha reiterado el "compromiso firme" que tiene su ejecutivo para reformar este delito, y ha asegurado que lo llevarán al Congreso.

Una vez superado el debate a la totalidad, los presupuestos del Estado inician su trámite parlamentario. Este mismo viernes finaliza el plazo para presentar enmiendas al articulado y a las secciones, que se debatirán y votarán a la comisión de presupuestos. El dictamen de esta comisión se votará el 19 de noviembre, y se elevará al pleno del 21 al 24 de noviembre. Si superan la votación (donde hace falta más 'Sí' que 'No'), el proyecto se enviará al Senado. Si la cámara alta los veta, tendrán que volver a ser votados por el Congreso. Si no, estarán listos para entrar en vigor el 1 de enero del 2023.