"Si el soberanismo se presenta junto, gobernará Barcelona". Esta ha sido la promesa del filósofo Jordi Graupera, que este jueves ha presentado la conferencia Propuesta para Barcelona. En este sentido, ha expuesto su idea: unas primarias abiertas de todo el independentismo para escoger a un solo candidato. "Unas primarias abiertas y que gane el mejor", ha resumido. Ha abierto la web primaries.barcelona para recoger firmas para presionar a los partidos. Y ha dejado claro que se quiere presentar y las quiere ganar.
Graupera ha presentado su "propuesta para Barcelona" este jueves en el Teatro Victoria de Barcelona. Lo ha hecho en una conferencia en dos sesiones consecutivas, para dar cabida a todo el público que quería asistir. Lo ha hecho la semana después de viajar hasta Waterloo para compartir el proyecto con el presidente Carles Puigdemont.
El filósofo ha defendido una lista unitaria que no anule el pluralismo, que "no nos convierta en un movimiento folclórico". También ha sostenido que las primarias no tienen que ser "un método de selección de personal", sino una herramienta que incentive la creatividad. Ha prometido que los que las pierdan, pero que tengan más de un 15% de votos, irán directamente a la lista electoral que se configurará.
Después de reunirse con Xavier Trias (PDeCAT), Alfred Bosch (ERC) y Antoni Castellà (Demòcrates), Graupera ha admitido que las primarias no está entre las prioridades de los partidos independentistas. No obstante, ha instado a la sociedad civil a presionarlos para conseguirlo. Por eso ha abierto la web primaries.barcelona, donde quiere recoger 30.000 firmas. "Si el pueblo organizó un referéndum, el pueblo puede organizar unas primarias", ha dicho.
En la conferencia se han visto representantes del independentismo político y civil, como el mismo Castellà, los diputados de JxCat Quim Torra y Jaume Clotet, o la economista Elisenda Paluzie, la candidata más votada a las elecciones al Secretariado de la ANC.
Por un voto
Jordi Graupera ha advertido sobre las consecuencias de no ir bajo una misma candidatura: "No nos podemos permitir que Ada Colau gobierne cuatro años más, ni el mismo catalanismo que nos ha llevado hasta aquí, ni Ciudadanos". En este punto, ha aprovechado para recordar que la lógica de las elecciones municipales hace que, si no se junta toda la oposición, gobierne la lista más votada, aunque sea por un voto.
En este sentido, ha contrapuesto algunas cifras. Mientras Xavier Trias fue alcalde con 174.122 votos y Ada Colau con 176.612 votos, 240.000 barceloneses fueron a votar a la consulta popular de 2011, medio millón el 9-N de 2014 y 450.000 el pasado 1-O, "a pesar de las porras y las pelotas de goma".
La ciudad contra la "Europa china"
"La ciudad de Barcelona se encuentra en un cruce de caminos único", ha asegurado Graupera, que ha reivindicado el papel de las ciudades frente a los Estado: "Es la batalla de nuestro tiempo. O más democracia y ciudades, o más autoritarismo y más Estados. Una Europa que se parezca a una Suiza, o una Europa que copie a China". Ha avisado a las élites barcelonesas que "no tienen nada que ganar abandonándose al proyecto de la Europa china".
En este sentido, el filósofo ha defendido que no darán el Ayuntamiento "a quien quiere dominar la ciudad, en vez de liberarla". Y ha avisado que las elecciones del 2019 no van sólo sobre el tranvía, la recogida de basura o las licencias de las terrazas. "Tenemos que decidir si la queremos fuerte y lúcida, o callada y ambigua para no molestar" al Estado, ha insistido.
El 1-O como paradigma
Para Graupera, el pasado 1 de octubre cambiaron muchas cosas. "Al día siguiente, en el momento exacto en que la gente no se movió, se produjo una ruptura entre la política institucional y de partidos y la gente", ha defendido. En aquel momento, ha añadido, hay gente que "dejó de ser catalanista para ser catalana". Aquel día también "la cultura del catalanismo llegó a su límite".
En esta línea, Jordi Graupera ha cargado con dureza contra el viejo catalanismo. "El catalanismo es la cultura politica que trata de adaptar las aspiraciones de los catalanes, y en particular de los barceloneses -los catalanes más peligrosos-, a los límites que ha impuesto el Estado a lo largo de la historia", ha criticado. "Es la ideología que dice a los catalanes que miren Meseta adentro y trata de no despertar a la bestia", ha remachado.