Este viernes no ha sido un viernes normal en casa de Joan Rovira y Rosa Vergés. Se han levantado con una mezcla de nervios y alegría. Cuando faltaban pocos minutos para las 12 del mediodía, han bajado las escaleras de casa y han esperado en el portal, bajo una fachada engalanada con un lazo amarillo, una estelada y una pancarta con una sola palabra que hace muchos años que querían colgar del balcón: "Bienvenidos". Rosa y Joan son los padres de Marta Rovira, que este 12 de julio ha llegado a Catalunya después de seis años en el exilio. Ha entrado por Salses y después de una primera parada en Cantallops, donde ha hecho un acto conjunto con todos los exiliados que volvían este viernes y donde se han reunido miembros de todos los partidos y entidades para recibirlos.
Rosa quería hacer el plato preferido de Rovira para comer, pero no se ha visto con fuerzas y lo ha ido a buscar ya preparado. Hoy no era un día para cocinar: solo podía pensar que vería a su hija de nuevo en su ciudad, en Vic. Durante estos años de exilio se habían visto muchas veces en Ginebra, la ciudad que acogió a Rovira en marzo de 2018. Mientras esperaban a su hija, Joan y Rosa iban recordando todas estas ocasiones, con un viaje de ida lleno de alegría y uno de vuelta mucho más triste. No se esperaban cuando empezó esta semana que, antes de que se acabara, volverían a ver a su hija en la casa familiar a las afueras de la ciudad.
Una foto en la plaza Major
Rovira ha llegado en coche acompañada de su compañero Raül. Lo ha hecho con unos minutos de retraso respecto de la hora prevista. El motivo es bien sencillo: antes de llegar a casa ha ido a la plaza más conocida de su ciudad, la plaza Major, donde tantas concentraciones de apoyo a los presos, a Rovira y al resto de exiliados, se han hecho en los últimos años. Preguntada por cómo ha visto la ciudad después de tantos años, ha asegurado que como siempre. En los edificios que rodean la plaza esta mañana estaba colgada todavía la pancarta con la cara de Rovira. También las de Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig, el president y los consellers que hoy todavía están en el exilio. De hecho, Puig ha acompañado hasta las puertas de los Països Catalans a los exiliados que hoy han podido culminar su vuelta, y se ha tenido que quedar en la Catalunya Nord.
El abrazo entre padres e hija ha durado unos segundos, entre los aplausos de las amigas de Rovira, que con una camiseta fucsia estampada con su cara la han ido a buscar a Cantallops hasta Vic. Rovira le ha explicado a una de ellas que se ha encontrado con los padres de ella sentados en la plaza Major y que se han asustado cuando les ha ido a saludar. "¡Que ya son mayores, Marta!", se ha quejado la amiga con un tono muy poco convincente y entre risas y lágrimas. Si una cosa ha marcado esta mañana, han sido las emociones: antes Rovira se ha podido reunir en Catalunya con sus compañeros de partido, también el expresident Oriol Junqueras, con quien se han abrazado entre fuertes aplausos y gritos de independencia. Era una de las imágenes más esperadas de la jornada después del distanciamiento entre el tándem que ha dirigido ERC entre el 2011 y el 10 de junio del 2024.
La agenda de Rovira
Rovira podrá comer en Vic, en la casa de sus padres la esperaban más miembros de la familia, pero tendrá que dirigirse rápido hacia Barcelona para cumplir con sus obligaciones como secretaria general del partido. Esta tarde se celebra en la sede del partido, primero, una ejecutiva y, después, un consejo nacional para cerrar el escándalo de los carteles de los hermanos Maragall, que contará con una intervención en abierto de Rovira. Hasta ahora, tenía que intervenir en los diferentes encuentros del partido conectada desde la buhardilla de su casa a Suiza por videollamada. Y en los vídeos que acostumbraba a enviar a los mítines eran al aire libre. Ahora, podrá volver a intervenir desde encima del escenario, con toda la normalidad. El primer acto será mañana en Olesa de Montserrat, en la Assemblea de Dones del partido, que el mismo día que recibió la noticia que se archivaba la causa dijo que era su objetivo. Por la tarde, se hará un acto de bienvenida en Vic.