El primer ministro belga, Charles Michel, se reafirma en su posición respecto de Catalunya. En su llegada al Consejo Europeo, previsto para este jueves y viernes en Bruselas, Michel ha reiterado la condena a la violencia y ha hecho un llamamiento al diálogo entre los gobiernos español y catalán, así como también con respecto a la orden nacional e internacional. "Condeno la violencia, grito al diálogo y pido una desescalada", ha repetido el primer ministro belga.
Preguntado también por unas polémicas declaraciones donde salía del guion europeo, abriendo la puerta a la mediación europea o internacional entre Catalunya y España, Michel ha asegurado que "asumo, reivindico y confirmo" estas palabras.
Michel ha hecho estas declaraciones después de que esta mañana un diario belga publicara un mensaje del embajador español en Bruselas al diplomático belga delegado a Mardid. En el texto, el representante español expresaba el malestar por unas declaraciones del primer ministro belga y le advertía de la posibilidad de poner en peligro las relaciones entre los dos países. Sin embargo, Michel ha querido rechazar que haya una crisis diplomática entre Bélgica y España.
La furia del diplomático español surge a raíz de unas declaraciones del primer ministro belga, que afirmaba que si fracasara el diálogo en España habría que plantearse una mediación internacional. Las declaraciones de Michel supusieron una salida del guion europeo, que optaba por intervenir sólo en el caso —poco probable— que ambos gobiernos pidieran la mediación.
Cuando le han preguntado por estas declaraciones, Michel ha asegurado que "no hay ningún incidente, ninguna crisis" entre los dos países. "Creo que ha habido una dramatización mediática a partir de declaraciones que asumo, reivindico y confirmo", ha dicho Michel, que ha añadido que pide una solución política por resolver la crisis política en España, "cómo ha hecho la Comisión Europea".
Tensión con Rajoy
Aunque Michel ha asegurado que no hay una crisis entre España y Bélgica, el fugaz saludo que Rajoy ha hecho al primer ministro belga cuando ha entrado a la cumbre, y esquivándole la mirada, no parece demostrar una buena situación de la relación entre los dos mandatarios.