Finalmente, el primo del emérito Juan Carlos I, testificó ayer ante la Fiscalía de Mónaco, donde ahora reside. Hablamos de Álvaro de Orleans, el testaferro del rey y la cara visible de la Fundación offshore Zagatka con la que se costearon todo tipo de lujos como viajes, regalos y escopetas que requería Juan Carlos I durante más de una década.

La cifra llegaba a los ocho millones de euros pero fue ayer cuando, el mismo primo, aceptó que una parte de este dinero, en total 5 millones, se destinó a vuelos privados.

"Era mi deber protegerlo"

En concreto, unos desplazamientos que Juan Carlos I hizo con la su entonces amante Corinna Larsen, del 2006 hasta el 2018. La justificación que da el primo es que hacía falta que "viajaran de forma discreta" y centró su relato en el "deber de proteger la privacidad" del rey fruto del "compromiso" que había heredado "de sus antepasados al dar apoyo a las monarquías europeas".

A pesar de todo, sigue negando la mayor, es decir, que desviar dinero desde una fundación a un rey para pagar gastos personales no signifique ser su testaferro. Hay que recordar que Álvaro de Orleans no está imputado ni en España ni en Suiza, donde ya tomó su primera declaración hace dos años. Además, el relato por videconferencia que dio desde el Principado, lo hizo en calidad de testigo y sin abogados.

El primo lejano del emérito, Álvaro de Orleans, en una imagen de archivo / Fuente: GTRES

También hay que destacar otra coincidencia en el tiempo. Su declaración de este pasado 22 de marzo se hizo tres semanas posteriores al primer día que Mónaco lo citó, el pasado 1 de marzo. Entonces, la diligencia se aplazó ya que la fiscalía española no podía atenderlo por cuestiones de agenda del fiscal Juan Ignacio Campos, el autor de la solicitud de esta declaración. La negativa de Campos se produjo antes de la primera fecha y cuando Juan Carlos todavía no había efectuado la segunda regularización con Hacienda por la cual abonó 4,6 millones de euros el 25 de febrero.

El contenido del interrogatorio

En el interrogatorio, Campos estuvo acompañado del fiscal anticorrupción Alejandro Luzón, que se centró en operaciones comerciales concretas llevadas a cabo por Zagatka y que afectan al emérito, en quien se centran las diligencias de investigación abiertas por la Fiscalía del Supremo español. Con los cinco millones de euros, Juan Carlos viajó a los Emiratos Árabes Unidos, Canadá, el Caribe o los Estados Unidos, durante una época el rey ya no era inviolable. En concreto desde su abdicación el año 2014 cuando perdió este privilegio y pasó a tener tan sólo la condición de aforado.

Campos y Luzón también pidieron a Orleans que explicara el origen de los cerca de 14 millones de euros que llegó a mover la Fundación Zagatka en una cuenta de un banco suizo. El primo lejano de rey emérito señaló que el origen de estos fondos es su patrimonio personal y familiar. Hay que recordar que, en los estatutos de la Fundación Zagatka figuraban él y su hijo como primero y segundo beneficiario. En tercer lugar, en el supuesto de la muerte de los anteriores, aparecía Juan Carlos I, y en cuarto y quinto, el rey Felipe VI y sus dos hermanas, las infantas Elena y Cristina.