La corrupción, las muertes en las residencias y las mentiras han sido el cóctel que han llevado a un millar de personas (800 según la delegación del Gobierno) a concentrarse en la sede del PP en Génova en contra de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y exigiendo su dimisión. Los gritos son una muestra de la variedad de motivos que indignan a la calle: “No son muertos, son asesinados”, “Fuera ladrones de las instituciones”, “No es un partido, es una mafia”, “Vosotros, fascistas, sois los terroristas” y “Que salga el narco”. El ánimo compartido en la concentración es que las últimas informaciones vinculadas a Ayuso, que involucran a su novio (investigado por Hacienda) y a su jefe de gabinete (para amenazar elDiario.es) son “la gota que colma el vaso”. Un cántico lo ilustra: “Mi abuelo se murió y Ayuso se forró”.

 

“El colmo de todo es la corrupción”, comenta una de las concentradas, pero el cabreo va mucho más allá. Entre la gente, una mujer es muy crítica con la espera por una consulta médica en la atención privada, un hombre “indignado por la mentira” denuncia “la utilización de la prensa a favor suyo”, un reducto de jóvenes grita “No le gusta la fruta, le gusta la pasta” y un concentrado luce una mascarilla con el número 7.291, la cifra de mayores que murieron durante la pandemia en las residencias sin ser derivadas. Justamente hace cinco días, la comisión que investiga las muertes en las residencias aseguró que se habrían podido salvar 4.000 vidas. La sanidad capitaliza buena parte de las quejas: “Ayuso, escucha, la pública está en lucha”.

Desde las siete de la tarde, se ha cortado uno de los dos sentidos de la circulación en la calle Génova (el que desemboca en el Paseo de la Castellana), mientras que el otro ha continuado abierto todo el rato. Vigilaban una decena de furgonetas de la Policía Nacional, con los agentes impidiendo que cualquier persona se detuviera delante de la puerta de la sede del PP. Al cabo de una hora y media, la concentración se ha acabado deshaciendo. A la hora de dispersarse, la gente convocada ha enviado un mensaje: “Hoy nos marchamos, pero volveremos”. Durante el rato que ha durado la protesta, ElNacional.cat conversa con algunos de los concentrados, que tildan a Ayuso de “mentirosa”, “hipócrita”, “cara dura”, “cínica”, “prepotente” y “falsa”. Un hombre la considera “una digna sucesora de Esperanza Aguirre”.

Protesta a Gènova PP contra Ayuso   Martí Odriozola
Protesta en la calle Génova para pedir la dimisión de Ayuso / Foto: Martí Odriozola

Una ubicación “simbólica” para denunciar una “estructura política corrupta”

¿Y por qué en Génova? Desde la organización, explican a este medio que la ubicación tiene un componente “simbólico” y recuerdan que aquí fue donde los partidarios de Ayuso pidieron la cabeza de Pablo Casado hace dos años. Algunos de los concentrados argumentan que así intentan que “Feijóo lo obligue a dimitir”, aunque otros lamentan que “Feijoó no tiene huevos de echarla” y anticipan que, si lo hace, “se irá como Casado”. Además, delante de la sede de los populares, otros reflexionan que “el PP tendrá algo que decir” y que Ayuso “tiene detrás una estructura política corrupta”. En Génova, silencio. Solo un grupo reducido de personas se lo mira desde una ventana del primer piso. En un momento dado, mientras hacen fotos con el móvil, abren la ventana. Un gesto que es respondido con silbatos de los concentrados. Más tarde, desde la calle se extiende un grito unánime: “Incluso la sede es ilegal”.

 

Los convocantes: La Plaza, una organización juvenil que planta una “semilla” movilizadora

Detrás de la concentración está la organización juvenil La Plaza. Su portavoz, Rodrigo Alonso, esgrimía antes de empezar la concentración que “cuando todos los nombres apuntan a una misma persona, tiene que asumir la responsabilidad e irse”, en referencia a Isabel Díaz Ayuso y a su mano derecha, Miguel Ángel Rodríguez. “Mientras la sociedad madrileña trabaja para vivir a veces en zulos, otros viven de las mascarillas, de las comisiones abusivas y de la evasión fiscal”, denunciaba. “Mientras nuestros abuelos sobreviven a duras penas en las residencias, tenemos una presidenta que se dedica al matoneo político con un asesor principal que se dedica a amenazar el periodismo crítico”, añadía Rodrigo Alonso.

Más tarde, una de las concentradas celebraba la convocatoria: “Es hora de que los jóvenes entren en batalla”. La protesta de hoy, según relatan fuentes de la plataforma, es tan solo la “semilla” de un movimiento que nació en septiembre y que asegura que continuará movilizado para luchar por la sanidad, por el derecho a la vivienda y por los espacios juveniles. Unas demandas que desembocan en la exigencia de que Ayuso dimita.