El 14 de abril del 2019, en plena campaña electoral de las elecciones del 28-A, Albert Rivera decidió hacer campaña en Rentería, donde fue recibido con enormes lazos amarillos por los vecinos de la localidad vasca, que protestaron por la presencia de la comitiva electoral de Ciudadanos. La visita, considerada como una provocación, acabó con incidentes y Cs denunció los hechos ante los tribunales. Ahora, cuando ha pasado más de un año de los hechos, una juez de San Sebastián ha procesado a un total de 23 personas por su participación en lo que considera un "boicot" de "motivación ideológica" a un acto electoral.
Rivera, que participó en el mitin, junto a la número dos a las europeas, Maite Pagazaurtundua, acusó a EH Bildu y a Sortu de estar detrás del "acoso" sufrido por militantes y simpatizantes de su partido durante este acto electoral. Mientras se celebraba el mitin, los concentrados insultaron y profirieron gritos contra ellos, lo que obligó a la Ertzaintza a intervenir y cargar contra los manifestantes tras el acto.
Indicios de criminalidad
La juez instructora, tras concluir las diligencias previas, ha dictado un auto en el que considera que existen "indicios racionales de criminalidad" de que los investigados podrían haber incurrido en delitos contra el orden público y delitos electorales. Relata que con ocasión de un acto electoral Ciudadanos, partido "minoritario en militancia, votos y presencia" en el País Vasco, en Guipúzcoa en general,y en ese municipio en particular, se promovió "un boicot".
La resolución judicial señala que, en este boicot, hubo una "alta presencia de personas, no coordinadas expresamente entre sí", pero que aprovechando "la multitud, llevaron distintas acciones individuales que, sumadas, tenían fuerza e intención intimidatoria, e impidieron la correcta celebración del acto electoral, legítimamente autorizado, y la llegada y salida de los participantes en el mitin como asistentes y como ponentes".
Ambiente hostil
La magistrada asegura que ninguno de los investigados quería que el acto se celebrara y, por tanto, "con su presencia en la muchedumbre en la calle, con sus gritos e insultos, favorecieron e hicieron" que éste no se desarrollara con normalidad.
En este sentido, recuerda que "obligaron a la actuación de los agentes de la Ertzaintza, dado el ambiente intimidatorio y hostil contra todos los asistentes al mitin, alteraron el orden de la calle, y vulneraron los derechos de participación política en periodo electoral, utilizando la intimidación ambiental para ello, la cual alimentaron con sus propias conductas con una clara intencionalidad de desprecio a la ideología de los asistentes".