Como en un reloj de arena, cada granito que cae entierra las opciones de que Ernest Maragall sea alcalde de Barcelona. Ahora bien, eso no significa que Ada Colau lo tenga todo hecho. La actual alcaldesa en funciones sabe que puede contar con Manuel Valls, pero el PSC se quiere hacer valer. Y exige llegar a un acuerdo de gobierno, que no sólo de investidura, con los comunes para garantizarle su apoyo para que sea reelegida.
Después del anuncio de Colau haciendo público que quiere optar a la alcaldía y que lo quiere hacer con un gobierno tripartito que incorpore PSC y ERC, los socialistas le recuerdan que esta fórmula es imposible. "Queremos un gobierno que no esté subordinado a nada que no sea la ciudad y eso sólo puede ser la suma PSC con comunes", ha advertido la número dos de Collboni, Laia Bonet.
En la sala de máquinas de los socialistas incomoda, y mucho, la tozudez de los comunes para insistir en mezclarlos con ERC. La pregunta clave es qué pasará si se llega al pleno de investidura, dentro de una semana, sin pacto PSC-comunes. ¿Retirará Collboni su apoyo a Colau contribuyendo así, y por omisión, a colocar a un alcalde independentista al frente de Barcelona? La respuesta de Bonet, evasiva, ha sido que "no concebimos que Colau llegue al día 15 sin cerrar un acuerdo". En este sentido la invitan a trabajarse los apoyos necesarios para ser investida, es decir, 21 votos.
Esta noche los comunes reúnen su plenario, que incorpora a más de un millar de activistas de la órbita del partido. Entre todos votarán si empujan a Colau a aspirar a la reelección.