El PSC ganaría las elecciones catalanas y Junts y ERC empatarían, según una encuesta del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para el El Periódico. La distancia entre los tres partidos es estrecha, de tan solo cinco puntos, dejando un escenario muy abierto hasta los comicios. Eso sí, el Parlament se podría quedar sin una mayoría independentista y los republicanos se convertirían en la fuerza determinante para inclinar la balanza de la gobernabilidad. También es destacable el importante crecimiento del PP y la desaparición de Ciudadanos.
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Los socialistas de Salvador Illa serían la primera fuerza del Parlament, con el 23,8% de los votos y 35-38 escaños (ahora tienen 33) —cosa que representaría una leve tendencia al alza (un punto) respecto de las últimas elecciones. En la segunda posición, Junts y ERC empatarían a 29-32 diputados, pero los de Carles Puigdemont conseguirían algunos votos más: el 18,5%, ante un 18% de los de Pere Aragonès. En el caso de los republicanos, perderían tres puntos y hasta cuatro escaños (ahora tienen 33). Con respecto a los postconvergentes, retrocederían 1,3 puntos y hasta tres parlamentarios (ahora tienen 32).
El resto de partidos en el Parlament
Respecto al resto de partidos, el PP podría multiplicar por cuatro su representación en el Parlament y pasaría de 3 a 12-14 diputados, saltando de la octava a la cuarta posición. Los populares se beneficiarían de la desaparición de Ciudadanos (ahora tienen 6) y la bajada de Vox, que pasaría de 11 a 7-9. Los comunes tienen actualmente 8 escaños y podrían perder uno, quedarse igual o ganar uno (7-9). La CUP, casi igual: de los 9 actuales, a los 7-9 diputados.
Hace tres años Illa ganó por 1,7 puntos a Aragonès, que se impuso a Puigdemont (la candidata fue Laura Borràs) por 1,2 puntos. Ahora, el candidato del PSC superaría por 5,3 puntos al president en el exilio y por 5,8 puntos a la actual jefe del ejecutivo catalán. Son diferencias cortas, teniendo en cuenta la alta indecisión y movilidad en todos los electorados. La mayoría de las personas encuestadas consideran que estas son las elecciones catalanas menos importantes de las últimas cuatro, a la vez que solo un 68,6% muestran su disposición de ir a votar —en los anteriores comicios, en plena covid, el dato fue del 74,6%—. El porcentaje de indecisos es del 27,7%, muy similar al momento que se convocaron las elecciones del 2021. El sondeo de El Periódico se ha elaborado los días 14 y 15 de marzo, justo después del anuncio de Aragonès y coincidiendo con la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados.
Gobernabilidad y posibles pactos
En referencia a la movilidad, hay una fidelidad de voto lo bastante baja. Solo supera el 60% en el caso de los socialistas, cuya principal fuga es hacia los republicanos (6,2%), cosa que querría decir que Illa casi no notaría desgaste por la ley de amnistía. En el caso de ERC, la fidelidad es baja (43%) porque una cuarta parte de sus votantes cambiarían de papeleta: el 10% elegiría la de Junts y el 7% la del PSC. En el caso de Junts, la fidelidad es del 54%, con el 30% de los electores indecisos —probablemente, a la espera de confirmarse la candidatura de Puigdemont.
Estos resultados dejarían un panorama similar al del 2021, cuando Illa necesitaba el apoyo de ERC, mientras que Aragonès necesitaba el apoyo de Junts y de un tercer partido (fue la CUP). Ahora, la suma Junts+ERC+CUP es muy ajustada y la mayoría independentista quedaría en el aire, con una horquilla de 65 a 73 diputados. Recordemos que la mayoría absoluta es de 70 escaños. Así, el PSC y ERC llegarían a la cifra mágica por la parte alta (64-70), y podrían necesitar a los comunes para formar Govern. Finalmente, hay que decir que la encuesta abre la puerta en la entrada de la Alianza Catalana de Sílvia Orriols en el Parlament, con hasta tres diputados.