De los comuns al PSC. Con la sorpresa de Lluís Rabell se ha dado el pistoletazo de salida a una semana en la cual la política parlamentaria empieza a perder comba después del acuerdo de los presupuestos anunciado el miércoles pasado, y con una política municipal que cada vez será más protagonista con la mirada puesta en las elecciones del 28 de mayo. Después de la salida del alcaldable socialista Jaume Collboni del gobierno que encabeza Ada Colau, la candidatura del PSC ha puesto en marcha la precampaña con un fichaje que es toda una declaración de intenciones. Collboni se reivindicaba hace solo unos días, y delante de una amalgama de empresarios y del histórico convergente Miquel Roca, como un candidato "socialdemócrata", una descripción en la cual encajará a la perfección Rabell.
También se sentirá cómodo quien fue candidato de Catalunya Sí Que Es Pot a las elecciones de 2015 porque el PSC se ha articulado como un bastión contra el independentismo, y este es uno de los principales recuerdos que evoca Rabell de su paso por el Parlament. En un acto ahora hace unos meses, para rememorar el quinto aniversario de los hechos del 6 y 7 de septiembre, reveló que estuvo a punto de dimitir del partido porque no quería abstenerse en la votación de aquella jornada sobre las leyes de desconexión, en lo que también describió como un "golpe de Estado", sino que quería votar en contra. Una intervención que ya hizo rodeado de los diputados socialistas Ferran Pedret y Assumpta Escarp, en una especie de preaviso de lo que deparaba el futuro. Este es uno de los muchos pasos que han alejado Rabell del entorno de los comuns y han significado que su fichaje por el equipo de Collboni este lunes no fuera una sorpresa para el portavoz lila, David Cid. "Ya hace tiempo que estaba en la órbita del PSC", ha sentenciado.
Muro de contención contra el independentismo
El firme rechazo de Lluís Rabell al independentismo ha sido, de hecho, uno de los principales aspectos que ha querido reivindicar al alcaldable socialista durante el acto de presentación. Jaume Collboni no se ha privado de aplaudir la "coherencia" que demostró el exdiputado durante aquel pleno del Parlament ahora hace más de cinco años. "Resistió momentos muy críticos con argumentos y diálogo, manteniendo la coherencia federalista que reconocemos y apreciamos", ha dicho, clamando también contra las "nefastas consecuencias" del procés. Collboni también ha aprovechado para lanzar su dardo particular contra otros "sectores de izquierdas" a los que, en contraposición con Rabell, "les temblaban las piernas" frente al independentismo y el referéndum del 1-O.
A pesar de haber evitado ninguna referencia a aquella experiencia durante su intervención inicial, Rabell, que aunque formará parte de la lista socialista en la alcaldía se mantiene como independiente, sí que se ha mojado cuando ha señalado que la segunda legislatura de la alcaldesa Ada Colau a partir de 2019 sirvió para que "la ciudad no cayera en manos" de ERC, partido que habría podido hacer de Barcelona "la plataforma de una agitación que estaba a punto de estallar", en referencia a las protestas contra la sentencia del procés en octubre de aquel año.
Equidistancia con Colau y Trias
Ahora bien, no ha tenido mucho más palabras sobre la actual alcaldesa de Barcelona, con una valoración de mandatos poco descriptiva. "Mi balance de los gobiernos de Ada Colau es la propuesta de la candidatura de Jaume Collboni", ha sentenciado. "El balance de unas legislaturas es siempre una propuesta". Eso sí, ha reconocido que sus ejecutivos han cumplido "un cierto papel en una etapa determinada", estrenándose en el 2015 como alternativa por la "revuelta y crítica de los barrios" tras el Ayuntamiento de Xavier Trias, pero ha asegurado que ahora toca pasar página. Y Rabell tampoco se ha mojado mucho sobre la posibilidad de un entendimiento entre el PSC y Junts después de las elecciones, teniendo en cuenta su crítica con el modelo convergente durante su tiempo en el Parlament. "No tengo miedo de ir a dormir un día y despertarme al día siguiente en la cama al lado de alguien que no esperaba", ha asegurado, reafirmando su confianza que la candidatura socialista será "progresista" y de ambición "transformadora" para Barcelona. La discusión de posibles alianzas no tendrá lugar durante la campaña, si bien Collboni no ha cerrado nunca la puerta a un entendimiento con el alcaldable de Junts.
Lluís Rabell ha intentado justificar su adhesión al proyecto socialista, que también le han interrogado amigos próximos, según ha admitido. Con una vida de experiencia en el mundo del activismo vecinal, ha señalado la necesidad de que Barcelona sepa encontrar su espacio en el "encrucijada histórica" actual marcada por las respuestas que se tienen que dar a los "impactos de la globalización neoliberal y sus efectos adversos", como el cambio climático, la reindustrialización y las políticas de vivienda. Unas respuestas que tienen que tener un "compromiso social insoslayable" y que pasan siempre para situar en la centralidad las políticas sociales en constante comunicación con los vecinos. Y es que la oferta de Collboni ha sido demasiado tentadora: ser el próximo teniente de alcaldía del Plan de Barrios y de Participación Ciudadana, con la responsabilidad de ser el máximo garante de la "cohesión social" en la ciudad.