Del debate monográfico sobre 'La Catalunya real' impulsado por Ciudadanos para cargar contra el independentismo con una batería inacabable de reproches y cero propuestas, ha salido una oferta noticiable. Durante su turno de intervención, Miquel Iceta ha extendido la mano al Govern Torra-Aragonès.

El primer secretario de PSC ha señalado que más allá de la independencia, las prioridades de su partido coinciden con las del Govern y ha invitado a JxCat y ERC a trabajar en la dirección de los pactos posteletorales alcanzados a nivel local tras las elecciones municipales, unos acuerdos que por otra parte han sido un torpedo en la línea de flotación de la unidad de los partidos independentistas. "Es el camino que conviene seguir", ha defendido, a la vez que ha subrayado la necesidad de que "todos juntos" se comprometan "con la estabilidad". Per ello ha dibujado tres objetivos -rehacer el consenso social, impulsar el progreso económico y fortalecer la cohesión social- y ha proyectado una serie de prioridades de país: desarrollo próspero y justo, educació, sanidad, combate de las desigualdades y de los desequilibrios territoriales y lucha contra el cambio climático. 

Pero no se ha quedado sólo con palabras, sino que ha hecho un gesto. Siguiendo la estela de lo que ya había apuntado las últimas semanas, Iceta ha pedido al Govern que "presente los presupuestos" antes del mes de octubre, "si Ustedes quieren, estamos dispuestos a hablar". Los socialistas, pues, abren una rendija a poder llegar a grandes pactos con el ejecutivo catalán, cosa que no pasa desde la época en que Artur Mas era president.

Sintonia Torra-Iceta

Casualidad o no, este miércoles Iceta y Torra han escogido la misma corbata, de color rojo. Esta no ha sido la única sintonía. Por la mañana, durante la sesión de control ambos han mantenido un tono cordial y dialogante, esquivando los asuntos espinosos. Ya por la tarde, el president ha recogido el guante de Iceta, a pesar de no hacer referencia explícita al ofrecimiento de presupuestos ha sido elocuente. "Agradezco este punto de partida para que pudiéramos llegar a estos acuerdos de futuro", ha apuntado, añadiendo que "hay un corpus de prioridades sobre las cuales" podrían ponerse de acuerdo, "pactos de estado, porque el país lo necesita". 

A día de hoy, la Generalitat funciona con presupuestos prorrogados desde hace casi dos años. Los últimos que se aprobaron fueron los de la etapa Puigdemont-Junqueras, en el año 2017. La CUP los había tumbado inicialmente, cosa que llevó a Puigdemont a someterse a una moción de confianza. Fue en aquel momento que optó por incorporar el referéndum en la hoja de ruta, una decisión que llevó a la CUP de Anna Gabriel a votara favor de unas cuentas con las cuales nunca acabó de comulgar.

En el año 2018, el Departamento de Economía no llegó a tiempo de elaborar presupuestos. Los del 2019 sí que los pudo preparar, pero prefirió no llevarlos al Parlament porque no tenía los apoyos garantizados, menos todavía con el ciclo electoral a la vista. Ahora, el gabinete de Aragonès trabaja ya con los números de 2020, y son estos los que Iceta se abre a negociar.