Laura Borràs ya ha sido suspendida como presidenta del Parlament, pero eso no quiere decir que deje de ser el centro de todos los debates relacionados con la política catalana. Una semana después de suspenderse su cargo al frente de la cámara, ha sido el PSC quien se ha pronunciado sobre ello. Concretamente, la portavoz de los socialistas, Alícia Romero, ha cargado contra Borràs este viernes, tildando de "miserable" su actitud en todo el serial que ha acabado con su caída. A pesar de la presión de todos los partidos, excepto Junts, la presidenta decidió no dimitir y simplemente forzar su suspensión temporal hasta que se resuelva el juicio por la supuesta corrupción cuando era directriz de la Institución de las Letras Catalanas.
Romero ha reprochado Borràs por su reacción después de ser suspendida, cuando acusó el PSC, ERC y la CUP de actuar como "jueces hipocráticas" y "cómplices de la guerra sucia" contra el independentismo. "Laura Borràs, con aquellas declaraciones, demostró una actitud muy miserable", ha tirado. Y no sólo eso, sino que ha presionado la aún presidenta suspendida a irse formalmente con el fin de facilitar la situación. "Si es tan patriótica, lo que tendría que hacer es dimitir".
Interinidad en la presidencia
Y es que la negativa de Borràs de dejar el cargo mientras espera que se resuelva su juicio ha forzado una situación inaudita: es la vicepresidenta primera de la Mesa, en este caso la republicana Alba Vergés, quien ha tenido que asumir las funciones de la presidencia. Una realidad que no gusta a los socialistas. "No podemos tener una institución tan importante como el Parlament de Catalunya en una situación de interinidad, con una presidenta suspendida y con una persona interina asumiendo sus funciones", ha remarcado Romero, convencida de que la cámara "no merece verse en esta tesitura". La portavoz también ha afirmado que "lo más limpio" sería que Borràs diera "un paso al lado" para poder nombrar a una nueva presidenta. Un paso que, además, podría ser reversible si al final Borràs es declarada inocente, de manera que podría recuperar el cargo.
Ahora bien, Junts no quiere ni oír hablar de esta opción. Este jueves, Vergés afirmó que ERC facilitaría el cumplimiento del acuerdo de investidura, por el cual la presidencia del Parlament recae sobre Junts, y daría un paso al lado si los de Jordi Turull proponían alguien para asumir estas funciones. Ahora bien, este mismo viernes, el diputado Jaume Alonso-Cuevillas ha advertido que su partido no tiene ningún tipo de intención de sustituirla. "No lo haremos, sería dar cobertura y blanquear una situación absolutamente excepcional. Esquerra ha decidido suspender a la presidenta porque ha querido, era el partido que tenía la llave en la votación y el actual socio de Junts", ha lamentado. Por su parte, la CUP ha echado pelotas fuera, responsabilizando ambas formaciones de la situación de interinidad, y pidiendo que sean ellas las que resuelvan la situación.