El PSOE ha acabado dejando Podemos al margen y ha pactado este lunes con el PP dos enmiendas para reformar la ley del 'solo sí es sí'. Tanto los socialistas como los populares aseguran que estas dos enmiendas transaccionales son solo "correcciones técnicas", por mucho que los socios de gobierno, Podemos, señalen que cualquier modificación de esta ley estrella del Ministerio de Igualdad es "política". Estas enmiendas corrigen unos artículos que, por error, habían destipificado como delito la distribución pública por internet de contenidos que promueven los delitos sexuales a menores de 16 años.

La secretaria de Igualdad del PSOE, la diputada Andrea Fernández, ha insistido este lunes a la salida de la ponencia en la que ha llegado con pactos con el PP, en que todo lo que se ha pactado en el interior son "meramente cuestiones técnicas de carácter semántico", con el fin de rebajar el plantón que los socialistas han hecho a Podemos. "La parte sustancial de la reforma se mantiene como al inicio", sostenía también Fernández. Esta última idea también la ha mantenido el PP, que en declaraciones a los periodistas ha asegurado que los populares en ningún momento han querido tocar ninguna cuestión relacionada con el consentimiento.

Este lunes se ha confirmado que ya es prácticamente imposible un acuerdo entre PSOE y Podemos para reformar la ley que ha permitido que centenares de agresores sexuales vieran rebajadas sus condenas. Los socialistas no han querido ni oír hablar de las enmiendas que presentó Podemos la semana pasada de la mano de Esquerra Republicana y Bildu —que este lunes se han situado al lado de los morados con su voto en contra, mientras que Junts per Catalunya se ha abstenido— y ha mantenido su posición.

Al fin y al cabo, las diferencias entre las dos partes se fundamentan en el lugar donde se coloca la violencia y la intimidación en el texto de la ley. Como la obsesión de Podemos y del Ministerio de Igualdad es que el consentimiento se mantenga bien intacto en el corazón de la ley, piden que la violencia y la intimidación se coloquen en la reforma como agravantes de una agresión sexual. El PSOE no lo ve de la misma manera (considera que eso dispararía las penas); y es por eso que propone plantearlo como un subtipo dentro del Código Penal. Es decir, que sea en él mismo una forma de agredir sexualmente.

Así pues, fuentes parlamentarias que han asistido a la ponencia de esta mañana explican que, con el pacto que se ha llegado dentro de la sala, ahora habrá que probar que una relación no ha sido consentida a fin de que se condene alguien por agresión sexual. De la misma manera, explican que si una mujer demuestra haber sufrido violencia o intimidación, no hará falta probar el consentimiento: se considera que, de facto, ya es inexistente.