El martes pasado la ley de amnistía pasó su primer examen en el Congreso, pero todavía está muy lejos de aparecer en el BOE. El equipo de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, calcula que eso podría llegar hacia el mes de abril. Ahora toca presentar enmiendas. La decisión de tramitar la ley por la vía de urgencia otorgó a los grupos parlamentarios solo siete días para hacer sus sugerencias de modificación. Ahora toca que PSOE, Esquerra Republicana y Junts per Catalunya se sienten en la mesa a negociar con el fin de refinar con pinceladas delicadas y precisas el texto que tiene que reparar la persecución judicial a independentistas. Junts se abre a pulir aspectos técnicos, mientras que ERC quiere hacer también retoques sin entrar en una 'batalla de la enmienda' con los socialistas. Desde el Gobierno insisten en que no concederán ninguna modificación sustancial al texto.

El motivo por el que estas tres formaciones van con pies de plomo en el tema de las enmiendas se debe al examen que la ley tendrá que pasar ante el Tribunal Constitucional una vez sea aprobada. PSOE y Junts consideran que el texto pactado entre las dos partes y presentado en forma de proposición de ley en el Congreso ya es lo bastante bueno. Este es el motivo por el que esta formación independentista ha ido pendulando su discurso en torno a las enmiendas durante los últimos días. A mediados de noviembre, Jordi Turull aseguraba que el texto ya "cumple todas las expectativas", y este jueves él mismo se abría a "valorar" cualquier rectificación técnica si algún experto les hace propuestas para "blindar más el objetivo" de la norma. "Estamos estudiando todos los input que nos llegan de todos los lados", manifestaba el pasado martes Míriam Nogueras en declaraciones a los periodistas.

En el Congreso, fuentes de Junts reiteran que están convencidos de la fortaleza del texto original, pero que "cuando van apareciendo, constantemente, noticias sobre el juez García-Castellón" se plantean si hace falta o no enmendar el texto para blindar todavía más los casos de lawfare. Este juez de la Audiencia Nacional es quien trata últimamente de cazar a Carles Puigdemont y Marta Rovira por el caso Tsunami Democràtic. Y también puede presumir de haber enviado varios miembros de los CDR a juicio por terrorismo.

 

Precisamente, desde que PSOE y Junts per Catalunya presentaron el contenido de la ley de amnistía, Esquerra Republicana ha mostrado alguna duda sobre el texto. De hecho, no firmaron la proposición de ley presentada en el Congreso, en tanto que manifestaron que querían estudiarla en profundidad. Consideraban que había riesgo de que el perímetro de la amnistía no cubra los casos de Tsunami Democràtic y los CDR, causas perseguidas por el delito de terrorismo. No se prevé, hoy por hoy, que Junts y ERC se sienten a negociar la presentación de enmiendas conjuntas. "Ojalá", señalaba Gabriel Rufián esta semana, lamentando que "dos no negocian si uno no quiere". Míriam Nogueras también valoraba que esta posibilidad es lejana.

Los republicanos ya han manifestado en público que quieren reservarse la "posibilidad de presentar enmiendas" a la ley. En privado, fuentes de ERC en el Congreso de los Diputados explican que ya mantienen conversaciones con el PSOE sobre cómo retocar la ley. Aseguran que en ningún caso quieren entrar en una batalla con los socialistas, y que si presentan cualquier enmienda será porque previamente lo han pactado entre las dos partes. Hace unas semanas, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, argumentaba que su partido no había firmado la ley de amnistía con el fin de tener "libertad" a la hora de presentar enmiendas, argumentando que su formación no quiere que la ley tenga resquicios.

"Ambigüedades" a la ley de amnistía

Más que resquicios, quien considera que en la ley hay "ambigüedades" es Òmnium Cultural. Lo señalaba en un comunicado a mediados del mes de noviembre. Desde la entidad señalan a este periódico que hay que garantizar la "máxima protección" a cualquier persona susceptible de ser represaliada. Y apuntan que en las últimas semanas ya se ha visto cómo "los poderes del Estado" siguen maniobrando para mantener viva "la guerra sucia". Es ejemplo la persecución de García-Castellón a Puigdemont y Rovira, justo cuando se negociaba la amnistía.

Míriam Nogueras y Pilar Vallugera, durante el Pleno del pasado martes / Foto: Europa Press

El PSOE no aceptará ningún cambio "sustancial"

Sea como sea, el PSOE ya ha enviado un aviso a las formaciones independentistas: cualquier enmienda "técnica" o "semántica" será bienvenida, pero no aceptarán ningún retoque "sustancial" a la ley. Así se manifestaba un miembro destacado del Gobierno el pasado Día de la Constitución en una conversación informal con periodistas. Aseguraba que no se tocará "ni una coma" de la exposición de motivos de la norma, y que cualquier enmienda se traduciría en una "mejora técnica menor".

El acuerdo entre PSOE y Junts da algunas claves, pero difusas

Hay que echar un vistazo al acuerdo de investidura de Pedro Sánchez firmado por PSOE y Junts para imaginar cómo podría cambiar en un futuro la ley de amnistía. Pero, en todo caso, serían modificaciones que llegarían, hay que reiterarlo, en un futuro. El martes pasado el Congreso aprobó la creación de tres comisiones de investigación en la cámara baja: sobre la Operación Catalunya, Pegasus y los atentados del 17-A. Atención a qué dice el texto firmado por PSOE y Junts: "Las conclusiones de las comisiones de investigación de esta legislatura se tendrán en cuenta en la aplicación de la ley de amnistía en la medida en que se puedan derivar situaciones comprendidas en el concepto lawfare o judicialización de la política, con las consecuencias que, si procede, puedan dar lugar a acciones de responsabilidad o modificaciones legislativas". El periodo para presentar enmiendas acaba en los próximos días, mientras que estas comisiones tardarán, como mínimo, meses para llegar al periodo de conclusiones.