La ley del 'solo sí es sí' vuelve este jueves al Congreso de los Diputados para, definitivamente, ser reformada y aparcar la polémica que pesa sobre ella desde hace medio año. Lo hará, sin embargo, a través de un pacto entre el PSOE y el PP, después de que los populares hayan decidido dar apoyo a la proposición de ley presentada por los socialistas y que después los dos grupos hayan apostado por hacer pinceladas a la norma. Los partidos de Sánchez y Feijóo han insistido durante esta última semana en que los retoques son solo de carácter "técnico" y que el consentimiento no se modifica en la nueva versión de la norma. Eso, Podemos, lo niega rotundamente.

Este miércoles por la tarde, a escasas horas de que se celebre el Pleno para reformar la ley, el entorno de Irene Montero manifestaba en el patio del Congreso, con tono de rendición, su preocupación por la jornada del jueves. "Tengo la obligación de no perder la esperanza", manifestaba instantes antes la ministra en declaraciones a los periodistas, en referencia a un escenario utópico en el cual el PSOE alargaba la mano a Podemos en el último momento para reformar la ley feminista de la mano del Ministerio de Igualdad. El entorno de la ministra, sin embargo, se mostraba decepcionado instantes más tarde asegurando que "nos costará una década volver a tener el consentimiento en el centro del Código Penal".

La lista de acontecimientos previos que llevan al Pleno de este jueves es bien conocido: la aplicación de la ley del 'solo sí es sí' provoca centenares de reducciones de penas a agresores sexuales, eso provoca alarma social y el PSOE presiona a su socio de gobierno para reformar la ley. Podemos, al inicio, se muestra reticente a la idea, pero finalmente acaba aceptando y se sienta a negociar. No hay manera de que las dos partes se pongan de acuerdo y, una vez el PP promete apoyo incondicional a una reforma del 'sí es sí' liderada por el PSOE, los socialistas presentan una proposición de ley para modificar la norma.

A partir de aquí, todo se calienta entre los dos socios del ejecutivo porque Podemos considera que la reforma propuesta se traduce en un retroceso y un retorno "al Código Penal de la Mandada". El PSOE niega por activa y por pasiva que esté tocando el consentimiento. Sin embargo, de todos modos, la proposición sigue su vía parlamentaria y el PP va dando luz verde a todos los procedimientos, pacta enmiendas con los socialistas y, poco a poco, Podemos queda cada vez más arrinconado.

Al fin y al cabo, las diferencias entre PSOE y Podemos pivotan en torno a una sola cuestión: dónde se coloca la violencia y la intimidación en la nueva versión de la ley. Como la obsesión de Podemos y del Ministerio de Igualdad es que el consentimiento se mantenga bien intacto en el corazón de la norma, piden que la violencia y la intimidación se coloquen en la reforma como agravantes de una agresión sexual. El PSOE no lo ve de la misma manera; y es por eso que lo plantea como un subtipo dentro del Código Penal. Es decir, que sea en él mismo una forma de agredir sexualmente. Puedes hacer click aquí para más detalles sobre las diferencias entre los dos socios del Gobierno.

"Ya no nos jugamos nada a nivel político"

Uno de los motivos por los que el entorno de Montero lamenta que las dos formaciones que conforman el gobierno de coalición no llegan a un acuerdo es que considera que todo el daño que podían recibir los dos "ya está amortizado". Es decir, desde la capitanía del Ministerio de Igualdad son conscientes de que todo el asunto del 'sí es sí' ha perjudicado electoralmente al PSOE y a Podemos, pero que las llamas ya están apagadas. "Mañana no nos jugamos nada a nivel político, tendríamos que poder pactar", reiteran estas fuentes.