El PSOE prepara una nueva reunión ordinaria con Junts per Catalunya en el extranjero, después de que ambas formaciones se comprometieran a reunirse mensualmente en el pacto para investir a Pedro Sánchez. El encuentro se producirá después de que los independentistas provocaran la enésima derrota de los socialistas esta legislatura en el Congreso tumando la toma en consideración de una ley para mejorar la regulación de los alquileres. Según apuntan fuentes socialistas a este periódico, la reunión todavía no tiene fecha, pero la enmarcan en la normalidad y en el compromiso de mantener reuniones regulares entre ambas formaciones. Fuentes de Junts han asegurado durante esta semana que el encuentro correspondiente al mes de septiembre todavía no se había celebrado.
El PSOE, pues, prepara este encuentro con los juntaires en el mismo momento que Salvador Illa ha iniciado una ronda de reuniones en Palau con los distintos expresidents de la Generalitat. El encuentro con Carles Puigdemont es una incógnita, en tanto que el líder socialista tendría que desplazarse hasta Waterloo para que la reunión se pudiera producir.
Es precisamente Salvador Illa el motivo por el que, en opinión del Gobierno, Junts per Catalunya quiso tumbar este martes la toma en consideración de una reforma de la ley del alquiler. Fuentes de la Moncloa atribuyen el "cambio de actitud" de Junts per Catalunya a la investidura del líder socialista como president de la Generalitat. Y mientras tanto, fuentes del grupo parlamentario en Madrid apuntan que desde el 8 de agosto (el paso de Carles Puigdemont por Barcelona y la investidura de Illa) ha habido "un antes y un después" en la relación con los socialistas.
Pero el PSOE, confiado en que hay que agotar el mandato, esperan que haya un cambio en la manera de hacer de los juntaires: "Confiamos en que lo digerirán y que querrán dejar de quedar constantemente retratados en el Congreso; gobernaremos tres años más". Esta digestión, según opinan ministros de la alta jerarquía del Gobierno, tiene que llegar después del congreso de Junts que se celebrará en octubre.
Al fin y al cabo, las mismas fuentes insisten en que Pedro Sánchez no teme que Carles Puigdemont acabe aliándose con Alberto Núñez Feijóo. Es el pronóstico que hacía este mismo miércoles Gabriel Rufián, quien advertía que, en su opinión, Junts per Catalunya empieza a construir una mayoría en la cámara baja con PP y Vox. Pero la Moncloa no lo ve de la misma manera: "Sería un suicidio político que dieran apoyo a una moción de censura de una formación a quien constantemente han tachado de represora", opinan. De todos modos, fuentes de la Moncloa y Ferraz apuntan que los contactos entre Junts y PSOE son constantes, pero que ya hace tiempo que no se producen al más alto nivel.
Inmigración y presupuestos, en el horizonte
Ahora mismo, el PSOE teme que la imagen del porrazo de este martes se vuelva a repetir el próximo jueves: el Congreso de los Diputados votará la senda de déficit por segunda vez en dos meses. El pasado mes de julio, Junts ya la tumbó. Y, de momento, los juntaires aseguran que no han cambiado de opinión. La advertencia que hacen ahora los socialistas es que, aunque la cámara vuelva a tumbar la senda, presentarán a toda costa los presupuestos; tienen el convencimiento de que los alcaldes de Junts presionarán al partido para que voten a favor de una senda que les permite endeudarse.
En el horizonte también está la cuestión de la inmigración. Junts per Catalunya insiste en que, tal como firmó el pasado mes de enero, la Moncloa está obligada a delegar "íntegramente" a la Generalitat las competencias en esta materia. El Gobierno, de momento, se niega a ello. Las mismas fuentes consultadas por este periódico apuntan que competencias como el control de fronteras no se pueden delegar; y que así lo establece la Constitución. Ambas formaciones negocian, pero Junts volvía a advertir este martes que no aceptará un "pacto rebajado".