Pedro Sánchez se ha dado hoy un plácido baño de masas en la Fira de València. Cosa extraña, teniendo en cuenta los últimos congresos del PSOE. El presidente español y secretario general socialista ha cerrado el cónclave más tranquilo, después de conseguir la pacificación interna. Sin ir más lejos, la nueva ejecutiva ha salido con el 95% de los votos. Y delante de 9.500 personas, según el partido, ha afianzado su apuesta por el diálogo en Catalunya, porque con la ley no es suficiente. El dirigente socialista también ha recuperado su discurso más a la izquierda, comprometiéndose a derogar la reforma laboral del PP o a abolir la prostitución.
La clausura no ha tenido ningún gran anuncio. Ha sido un discurso completamente ideológico y político, empezando por el conflicto catalán. Frente a la derecha que los acusa de "romper España", Pedro Sánchez les ha rebatido "no fue a este gobierno a quienes le declararon la independencia unilateralmente". Y ha contrapuesto que, frente a lo que pretenden las fuerzas conservadoras, lo que quieren hacer los socialistas es "unir con diálogo" para dejar atrás el "aciago" 2017. "Fomentamos el diálogo y el reencuentro dentro de la ley y la Constitución, pero vamos mucho más allá. No nos queremos conformar con el cumplimiento de la legalidad democrática. Es condición necesaria, pero no suficiente", ha avisado el secretario general del PSOE. Por este motivo, el presidente del Gobierno ha insistido en trabajar para "la unión desde el respeto y el afecto, con las herramientas del diálogo y la concordia."
Más allá de la cuestión catalana, Pedro Sánchez ha pronunciado un discurso profundamente ideológico, centrado en reivindicar no sólo la obra de gobierno sino el rearme de la socialdemocracia en Europa. De hecho, a través de vídeos, en la clausura han participado los principales dirigentes socialdemócratas alemanes, desde el primer ministro portugués António Costa hasta el alemán Olaf Scholz. También han enviado mensajes la primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern e incluso el expresidente brasileño Lula da Silva, que en los últimos años se había mostrado más próximo a la órbita de Podemos.
Así, el presidente del Gobierno ha repasado todo lo que ya han hecho o están haciendo a pesar de la crisis del coronavirus: la subida del salario mínimo, el "gran Pla Marshall" europeo, la ley de eutanasia, la ley del sólo sí es sí, el ingreso mínimo vital, la ley de vivienda, la ley LGBTI, los ERTE o la ley de memoria democrática. "Avanzamos , claro que avanzamos, y avanzaremos todavía con más contundencia", ha asegurado Sánchez, justo antes de comprometerse a derogar la ley mordaza y la reforma laboral del gobierno Rajoy y a abolir la prostitución.
En este frame ideológico, Pedro Sánchez ha contrapuesto la salida de la crisis del 2008, "el sáverse quien pueda", con la actual salida de la crisis. En este sentido, ha recordado cómo se ha protegido a más de 3,5 millones de trabajadores y como el 94% de los que estaban en ERTE ya han recuperado su trabajo. "Se llama socialdemocracia y hace unas cuantas décadas que la representamos", ha reivindicado, fijándose en cómo ha cambiado el paradigma en gran parte de la Unión Europea. "El egoísmo neoliberal ha fracasado a la hora de ordenar nuestra economía y proteger a nuestros ciudadanos", ha sentenciado.
También ha cargado contra una derecha "acomplejada", "desorientada" y radicalizada. "Es una oposición no al gobierno, sino al sistema. Critican la misma legitimidad de nuestro gobierno, la existencia misma de un gobierno democrática. La democracia sólo los vales si ellos gobiernan", ha denunciado el dirigente socialista. Ha lamentado cómo la derecha tradicional se está viendo "arrastrada por la estrategia de la ultraderecha". Pero se ha reafirmado: "Nosotros seguiremos aquí cuando ellos ya hayan cambiado de nombre siete veces más".
Durante el 40.º Congreso se ha aprobado la nueva ejecutiva federal, completamente renovada, con seis ministros dentro y cuatro miembros del PSC, que gana peso. Desde el escenario, Sánchez ha expresado "gratitud" eterna a los ministros y miembros de la ejecutiva salientes. Curiosamente, jugando en casa, el purgado José Luis Ábalos ha sido uno de los más ovacionados por el público. No por la nueva dirección. Con la vicesecretaria general Adriana Lastra se han esquivado la mirada y Pedro Sánchez ni se ha acercado a saludarle.
En el futuro serán competidores en las urnas, y será una dura rival. Pero siguen formando del mismo gobierno y la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz ha querido felicitar el presidente Pedro Sánchez y desear "fuerza y aciertos a la familia socialista en esta etapa". Ha concluido haciéndose suyo el lema del 40.º Congreso y el compromiso de derogar la reforma laboral: "Avanzamos cuando las fuerzas progresistas colaboramos. El siguiente paso en nuestro camino compartido es una reforma del mercado de trabajo a la altura de nuestro país".