La votación de la toma en consideración de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' ha girado como un calcetín las alianzas habituales en el Congreso de los Diputados. El PSOE ha encaminado este martes la modificación de la ley estrella del Ministerio de Igualdad aliándose con el PP, Ciudadanos y socios como el PNV y el PDeCAT, que consideran que la norma tiene defectos que se tienen que corregir. Eso ha provocado la división de los aliados parlamentarios habituales del gobierno de Pedro Sánchez y ha hecho que del lado de Podemos se situaran formaciones como Esquerra Republicana y Bildu. La CUP también ha votado en contra, mientras que Junts per Catalunya se ha abstenido en la proposición de ley, que aspira a rebajar las condenas a los agresores sexuales que están decretando algunos juzgados. Vox, finalmente, ha optado por diferenciarse del PP y también se ha abstenido. Así pues, una amplísima mayoría de 231 diputados ha aprobado este martes que se empiece a reforma de la ley del 'solo sí es sí', por ante los 56 parlamentarios que han votado en contra.
El debate de este martes, que se ha hecho a las puertas del 8 de marzo, ha certificado el malestar y la fractura entre los dos socios del Gobierno. El ambiente se ha caldeado con acusaciones cruzadas gruesas hasta el punto que, al acabar la discusión, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se ha lanzado en tromba contra la dureza de la intervención de Podemos. López cree que es "irresponsable e impresentable" la posición del socio de gobierno, y ha señalado que, con estas palabras, demuestra estar "fuera de la realidad". El enfado del PSOE lo ha motivado la diputada morada Lucía Muñoz, que ha acusado a los socialistas de "traicionar miles de mujeres que gritaron en las calles que sin consentimiento hay agresión sexual".
Según la diputada morada Lucía Muñoz, la reforma socialista servirá para que "vuelvan a preguntarnos si cerramos bien las piernas, que vuelvan a preguntarnos cuántas veces dijimos que 'no' o con qué fuerza nos resistimos antes de una violación. Por el contrario, Muñoz ha añadido que la ley de Irene Montero es "necesaria, pionera y celebrada a nivel internacional" y, por eso, no entiende que los socialistas quieran volver al "calvario probatorio" y "se hayan aliado con Vox y el PP para volver al Código Penal de la Mandada". A pesar del reproche, Muñoz ha alargado la mano a los compañeros de Consejo de Ministros. "Estamos dispuestos a negociar, dispuestos a subir las penas aunque no queramos una ley punitivista, dispuestos a admitir cambios", ha contestado Muñoz.
En el debate parlamentario, la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha defendido el texto asegurando que "la mejor forma de legitimarlo es corregir los errores que contiene" siendo "consecuentes y responsables". Fernández se ha dirigido con dureza a la bancada de Podemos pidiéndoles que "dejen la hipérbole" y que hablen de "soluciones". "Estamos cansados de vuestros sermones; con esta ley no importa con quién, sino para quién", ha sentenciado la diputada socialista haciendo referencia a las víctimas de la violencia sexual. El PSOE también procura hacer equilibrios deshaciéndose del discurso punitivista, que defiende que se pueden rebajar las agresiones de este tipo endureciendo el Código Penal. "Las penas no nos liberan de los agresores sexuales; es la educación y la cultura lo que protege y evita la violencia machista", ha rematado Fernández.
La soledad de Irene Montero e Ione Belarra
Los socialistas han hecho el vacío a la ministra Irene Montero, la impulsora de la primera versión —todavía vigente— de la ley del 'solo sí es sí'. Solo la ministra Ione Belarra, secretaria general de Podemos, ha dado apoyo a su compañera, situándose a su lado durante el debate y comentando con la máxima responsable de Igualdad todos los discursos que pronunciaban en el atril algunos de los diputados que han participado en el debate. El resto de butacas de ministros estaban desérticas. Cabe decir, sin embargo, que este martes había sesión de control en el Senado; de manera que los socialistas tienen excusa por haber dejado completamente sola a Montero.
A Montero y Belarra seguro que les han convencido los argumentos esgrimidos por Pilar Vallugera para justificar el voto en contra de Esquerra a la reforma. La republicana ha criticado "a algunos jueces" por tener "una mirada antigua de la realidad" y ha reprochado al PSOE que "compre el marco de la derecha" y que actúe "con los derechos de las mujeres a golpe de encuesta". "No podemos partir el feminismo como lucha de las mujeres para la consecución de derechos humanos mínimos", ha auxiliado Vallugera. De hecho, el argumento electoral también lo ha utilizado la diputada de Junts, Pilar Calvo, que ha confirmado la abstención de su grupo. "Hagan los ajustes técnicos sin mirar de reojo el calendario electoral. Las mujeres están hartas del electoralismo parlamentario y el oportunismo presidencial", ha remachado desde la tribuna. Desde la CUP, Mireia Vehí ha hablado de "despropósito" y ha animado a "no patrimonializar el movimiento feminista" recordando que es "el movimiento más revolucionario del mundo".
La derecha se abraza al PSOE
En esta ocasión, el PSOE ha tenido la complicidad envenenada del Partido Popular y Ciudadanos, que han votado a favor de la proposición de ley para evidenciar, todavía más, la fractura en el gobierno. Vox, en cambio, ha apostado por la abstención. De esta manera, la derecha ha certificado el abrazo del oso a la parte socialista del Gobierno. En este sentido, el PP ha mojado pan en la división entre socios y ha hecho responsable a Pedro Sánchez, a quien han acusado de legislar prestando más atención a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que a los organismos estatales que advirtieron de la rebaja de condenas por la ley del sí es sí.
"La única causa de la reforma es la alarma electoral, la caída demoscópica; valen los informes de Tezanos a la hora de legislar y no se tienen en cuenta las advertencias del Consejo General del Poder Judicial, del Consejo Fiscal y del Consejo de Estado," se ha quejado la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra. El presidente del gobierno, y no la ministra Irene Montero, es el blanco del PP en esta pugna parlamentaria que, según Gamarra, es "inédita" teniendo en cuenta que "Sánchez se está enmendando a él mismo". "Es una enmienda a la frivolidad, a la falta de solvencia y a la soberbia", ha replicado Gamarra.