Situación sin precedentes en el Congreso de los Diputados. El PSOE ha utilizado una argucia parlamentaria inédita para impedir que la Cámara Baja vote algunas de las enmiendas que aprobó el Senado a la ley de desperdicio alimentario. Entre otras, hay dos con especial impacto y relevancia: la que establecía una moratoria para alargar dos años la vida de las plantas de tratamiento de purines, que beneficia a dos plantas catalanas, y la que rebajaba el IVA de los alimentos básicos al 2%. ¿Qué ha pasado? El Gobierno vetó las enmiendas cuando se registraron en el Senado alegando que supone una disminución de los ingresos públicos o un incremento de los gastos. Ahora bien, la Mesa del Senado, con mayoría absoluta del PP, rechazó el veto y permitió su tramitación, cosa que llevó a que estas dos enmiendas, junto con otros retoques, se aprobaran o bien en la ponencia o bien en el pleno de la Cámara Alta. Ahora la ley ha vuelto a la Carrera de San Jerónimo para que el Congreso se pronuncie sobre estas modificaciones, pero el PSOE y Sumar, que tienen mayoría en la Mesa del Congreso, ha impedido que se puedan votar y las han retirado del texto contra el criterio que ha expresado al secretario general del Congreso, Fernando Galindo.

📝 Junts y ERC se imponen al PSOE para facilitar que dos plantas catalanas de purines sigan funcionando

📝 La abstención de Junts permite que el Congreso reclame a la Moncloa un IVA del 2% en los alimentos básicos

 

Sin embargo, el pasado mes de diciembre, se produjo una situación parecida con un desenlace bien diferente: en la ley sobre el impuesto a las multinacionales, el Senado aprobó algunas enmiendas que tenían efectos presupuestarios y, cuando volvieron al Congreso, el Ministerio de Hacienda no dijo nada y se pudieron votar sin ningún problema. Tres meses después, la maniobra ha sido la contraria. Por los pasillos del Congreso, eso mismo recuerdan, indignados, miembros de peso del grupo parlamentario del PP. Fuentes populares consultadas por ElNacional.cat denuncian la gravedad de esta decisión y reprueban que la Mesa del Congreso haya enmendado directamente el pleno del Senado. Por su lado, los diputados de Junts y de ERC, impulsores de la enmienda sobre las plantas de purines, han recibido con desolación e impotencia la decisión del PSOE y emprenderán acciones para intentar que la Mesa replantee su criterio.

Los primeros a dar el paso han sido los juntaires, que han registrado un escrito de reconsideración alegando que el veto se ha hecho “fuera del momento procedimental oportuno” y “afectando al trabajo parlamentario desarrollado en otra cámara”. “No corresponde la estimación del criterio del Gobierno, ya que tiene que obedecer a requisitos formales, que esté suficientemente motivado, y a requisitos temporales, que se ejerza en la tramitación correspondiente de cada cámara, y no a posteriori”, esgrimen. Y advierten que esta decisión “podría dejar lesionados de cara a un futuro los derechos de los parlamentarios” y “deteriora la función legislativa” del Congreso de los Diputados.

“Esta es una democracia secuestrada y la secuestradora se llama Francina Armengol”

“Se ha vuelto a evidenciar el cortijo en el que Sánchez ha convertido la Cámara Baja gracias al servilismo de Francina Armengol”, lamentan fuentes del PP, que denuncian un “atropello parlamentario” y censuran que, que por “primera vez en la historia democrática” de España, la Mesa del Congreso “haya permitido que el Gobierno vete enmiendas ya aprobadas por el Senado”. “Todo para evitar una derrota más del Gobierno que evidencie su extrema debilidad y la inexistencia de una mayoría para gobernar”, insisten. “La realidad es que el Gobierno solo permite votar en el Congreso aquello que interesa al Partido Socialista, despreciando el Parlamento, con el silencio cómplice y la cooperación necesaria de la presidenta de la cámara”. “Estas enmiendas se suprimirán con el acatamiento de la presidenta del Congreso. Esta es una democracia secuestrada y la secuestradora se llama Francina Armengol, que no es la presidenta de la cámara, sino la delegada del PSOE en el Congreso”, ha verbalizado en rueda de prensa el portavoz del PP en la Cámara Baja, Miguel Tellado.

Fuentes del equipo de Armengol se limitan a argumentar a preguntas de ElNacional.cat que no ha habido un informe jurídico de los letrados porque no ha sido necesario. “La Mesa entiende que está claro que no se pueden tramitar las enmiendas que afectan al presupuesto”, reiteran las mismas voces. Y se escudan en el artículo 134.6 de la Constitución, que fija que “toda proposición o enmienda que suponga aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios requerirá la conformidad del Gobierno para su tramitación”. Ahora bien, esta conformidad ya la negó durante la tramitación del Senado, que levantó el veto y dio luz verde a las enmiendas.

Una enmienda para facilitar que dos plantas catalanas de purines sigan funcionando

La enmienda que queda bloqueada por el PSOE y que tiene un efecto directo sobre el sector agrícola catalán es la que establecía una moratoria de dos años para que dos plantas de tratamiento de purines catalanas (la de Alcarràs y la de les Masies de Voltregà) puedan seguir funcionando. Han llegado a los 25 años de vida útil y están paradas desde el pasado 1 de enero porque han dejado de recibir las ayudas del Gobierno y eso las hace inviables económicamente. La prórroga les daba tiempo para renovarse en condiciones de eficiencia energética y para culminar la transformación en plantas de biogás. Ante la negativa continuada del PSOE, Junts y ERC consiguieron introducir la enmienda al Senado con la complicidad del PP y, cuando parecía que estaba garantizada su llegada en el BOE, el Gobierno la ha hecho descarrilar.

Otra de las enmiendas trascendentes era una que pretendía recuperar la rebaja del IVA de los alimentos básicos al 2% hasta el 31 de diciembre del 2025. Es la que hubo entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre del año pasado. Eso incluye, entre otros, los huevos, los lácteos, las frutas y verduras, el aceite de oliva, las legumbres y los cereales. Cuando se votó en el Senado, Junts se mostró en contra y Vox y el PNV se abstuvieron. Ahora bien, hace cinco días se aprobó en el Congreso una iniciativa sin carácter vinculante impulsada por el PP que iba en la misma dirección gracias a la abstención de Junts y el apoyo de Vox, cosa que abría la puerta a que la reforma legislativa también recibiera luz verde.