El presidente Carles Puigdemont desconfiaba del vicepresidente Oriol Junqueras y del compromiso de ERC con el referéndum durante los primeros meses del 2016, según se desprende del libro M'explico, que publica con Xevi Xirgu en La Campana y avanza la ACN.
Un año antes del 1-O, Puigdemont estaba a punto de tirar la toalla por las "deslealtades" que veía en el líder de ERC y vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras. "No quiero ir con un vicepresidente desleal en una etapa tan dura como la que vendrá", confiesa en el libro. En casi 700 páginas, Puigdemont relata día a día el proceso de la investidura en el exilio, marcado por las desconfianzas con ERC y una parte del PDeCAT –sobre todo con Marta Pascal–, la sensación de "soledad" y las "traiciones" de España.
Escrito por el director del diario El Punt Avui y amigo personal de Puigdemont, M'explico relata en tercera persona los hechos más importantes de los 2016 y el 2017, e incluye frases textuales del entonces presidente extraídas de las conversaciones entre los dos. Recoge encuentros, conversaciones, cartas y mensajes de texto, en una radiografía detallada del día a día en el Palau y, también, de las sensaciones de un presidente que se siente "solo" y que "no es feliz" en uno de los momentos más relevantes de la historia reciente de Catalunya. El libro retrata la falta de acuerdo y de entendimiento con el Estado español pero también, y sin ambages, las discrepancias, las "miserias" y "debilidades" de los protagonistas de la política catalana.
La relación con ERC
En mayo del 2016, Puigdemont "ha dejado de confiar en Oriol Junqueras". A pesar de los intentos de acercamiento de uno y otro y la voluntad de exhibir unidad de acción pública –que se concretarán en artículos, comparecencias y entrevistas conjuntas-, la relación entre presidente y vicepresidente es "complicada, sin química". Pero a pesar de pensarlo, Puigdemont nunca opta por romper el Govern, e incluso insiste en más de una ocasión al republicano en hacer una lista conjunta. "No hace falta que seamos amigos para hacer la independencia", se dice.
El 130.º presidente confiesa que su antecesor en el cargo, Artur Mas, le había advertido que "uno de los peligros era la probable deslealtad de Esquerra". "No me lo creí. Me pensé que sería capaz de enderezar la situación, que conmigo sería diferente", admite Puigdemont.
En el libro, relata diversas de estas "deslealtades" del líder de ERC, algunas de las cuales afirma que nunca le llegó a reprochar. "Es un cúmulo de cosas. Junqueras me engañó diciéndome que no había pedido verse con Ximo Puig, se reunió a escondidas con Pedro Sánchez, no dice nada en las reuniones, los consellers de Esquerra no comparten nada, no se pronuncia cuando le pido una lista conjunta (...), dijeron a la CUP que no pasaba nada si no se aprobaban los presupuestos. ¿Pero a qué narices juegan? No quiero ir a un referéndum unilateral, cuando hace falta unidad de todo el mundo, con esta Esquerra", dice Puigdemont.
El PDeCAT
El presidente también ve recelos dentro de su propio partido, el PDeCAT, y relata en el libro las dudas entre algunos consellers con la hoja de ruta. "Supongo que en mi casa hay quien tiene pelusa. No te lo dicen abiertamente, pero se nota", admite. Entre las "deslealtades" de los suyos, recuerda la del conseller de Empresa, Jordi Baiget, pero también habla mucho, en el libro, de Santi Vila, un equilibrista y amigo de quien se fía pero con quien acaba –al menos en este volumen del libro– muy dolido.
Puigdemont y Junqueras intentan acercar posiciones en una cena el 14 de febrero del 2017, cuando Sergi Sol, asesor republicano, dice que el procés no saldrá bien si no van "decididos y conjurados a llegar hasta el final". El presidente sale de aquel encuentro más convencido pero sin haber desvanecido "algunos de sus recelos con respecto a los republicanos". Los dos son contundentes en un consejo ejecutivo el 11 de abril al descartar elecciones y apostar por el 1-O.
"Dejaré claro que vamos juntos, que vamos a todas", dice entonces Junqueras. El presidente admite a Xirgu que su número dos "por primera vez" ha estado claro. Pero una nueva filtración del contenido del encuentro le hará pensar de nuevo que todo es un "fracaso" y que hay que seguir trabajando para "acelerar el procés, y parar las dudas y las deslealtades".
Puigdemont lamenta las "filtraciones constantes a la prensa" de las conversaciones del consejo ejecutivo. "Aquí filtra todo el mundo: tengo constancia que lo hacéis los del PDeCAT y los de ERC, y eso se tiene que acabar", sentencia en abril del 2017.
"Nos tenemos que entretener con las batallas internas; es francamente lamentable, desolador y desanimador", concluye Puigdemont, que dice que si bien España le da "mucho respeto", no le genera "ninguna duda". "Lo que me genera dudas es lo que observo cuando veo la actitud de algunos de aquí. Eso es lo que más me fastidia", confesa.
Como grandes éxitos, relata la conferencia en el Parlamento Europeo, a Bruselas, o los encuentros con Jimmy Carter o Romano Prodi. Puigdemont, en algunos casos con el conseller de Asuntos Exteriores Raül Romeva, mantiene varias reuniones internacionales de forma regular con interlocutores que se interesan por los planes para el referéndum.
Sobre la remodelación del gobierno poco antes del verano, Puigdemont explica que pidió a Junqueras que se fuera, también, a alguien de ERC "porque eso tranquilizaría el PDeCAT". El vicepresidente le sugirió el nombre del conseller de Justicia, Carles Mundó. "A mí no me parece bien. Acaba de apuntarse la victoria de haber cerrado la prisión Model y es un conseller de Esquerra con quien me entiendo. No habría sido una buena idea", explica. Finalmente, se marcharon -además de Baiget- las conselleres Munté y Ruiz, y el conseller Jané.
"Mucha tensión en el Govern"
El 1-O se celebra y Puigdemont dice que es a partir de entonces cuando se entra en "terreno desconocido". Los días posteriores, especialmente con la declaración suspendida de independencia, Puigdemont se siente cada vez más "abatido" y hay mucha "tensión" dentro del Govern. Considera que el Estado le ha traicionado haciéndolo creer que había una opción para el diálogo. "Me siento solo. En la reunión de gobierno me he sentido solo. Junqueras no hace nada. Si la vicepresidenta hubiera sido Marta Rovira, todo habría ido de otra manera", afirma el 11 de octubre, el día siguiente de la DUI suspendida.
La situación se tensa cada vez más a medida que se acerca el 27-O. Puigdemont llega a estar convencido de la convocatoria de elecciones autonómicas. Pero la falta de garantías de Madrid de que no se aplicará el 155 y la presión de ERC –y de algunos de los consellers del PDECAT– lo acaban haciendo cambiar de opinión. "Lo que es una auténtica falta de respeto son las acusaciones de traidor que algunos esparcen por las calles", dice en una tensa reunión con diputados de JxSí.
"Yo había pactado lealtad con el presidente de Esquerra. 'Te acompañaremos en la decisión', me dijo y repitió. Qué acompañamiento que me están haciendo. Me acompañan clavándome puñales", dice en un capítulo donde se recuerda, entre otros, el tuit de las 155 monedas de plata de Gabriel Rufián.
El libro también describe las relaciones de Puigdemont con la CUP – incluyendo varios encuentros con Anna Gabriel-, así como las reuniones y conversaciones con el presidente español, Mariano Rajoy; el rey Felipe VI; el líder del PSOE, Pedro Sánchez; el de Podemos, Pablo Iglesias; el delegado Enric Millo, y numerosos empresarios, cónsules o diputados. El volumen incluye las diversas ofertas que los jefes de gabinete de Rajoy y Puigdemont negociaron para intentar evitar el 155, así como los intercambios de mensajes con Iñigo Urkullu, que actuó claramente como mediador entre Madrid y Barcelona. En M'explico, también se repasa la decisión y la operación –preparada con antelación– de marcharse al exilio, así como los primeros días en Bruselas de parte del Govern destituido. A finales de agosto, la segunda entrega del libro, entrará más a fondo en la visión de Puigdemont del exilio.