Elna ha sido el escenario cargado de simbolismo que el president en el exilio, Carles Puigdemont, ha escogido para oficializar su decisión de encabezar la lista de Junts a la presidencia de la Generalitat. "Hoy empiezo la cuenta atrás del retorno, que solo tiene sentido si se pone al servicio del país", ha proclamado Puigdemont, que ha asegurado que, si es designado para la investidura, volverá a Catalunya, aunque los jueces se nieguen a aplicar la amnistía. El político independentista, que con su discurso de más de una hora ha puesto ya en marcha su precampaña, ha asegurado que las próximas elecciones plantean una elección decisiva y una oportunidad para sacar Catalunya de la letargia paralizante en que la ha dejado caer la represión. Han seguido la intervención un millar de personas que llenaban hasta los topes el salón de actos del ayuntamiento de Elna y un espacio adyacente al aire libre en que se había instalado una gran pantalla.

 

Puigdemont ha advertido que el retorno del exilio de la institución de la presidencia de la Generalitat "no se puede hacer a escondidas ni puede ser fruto de una rendición o una manía personal", pero tampoco "puede ser un acto de servicio de un partido". Por todo ello, ha anunciado que si hay una mayoría parlamentaria que lo propone como candidato a la investidura volverá a Catalunya, y dejará definitivamente el exilio. "Que nadie se confunda. Se supone que los jueces habrán aplicado las disposiciones previstas en la ley de amnistía, pero ya sabemos que si un juez español tiene medio limón hace una crema catalana. Si hay una actitud de rebeldía o insumisión, si se niegan a aplicar la ley -saben que nadie los perseguirá- asistiré igualmente al pleno del Parlament de Catalunya", ha asegurado.

Ante un auditorio que ha recibido con gritos de president su anuncio, el político gerundense ha asegurado que va "a todas" y ha pedido a su partido un esfuerzo para movilizar al electorado. Seguían la intervención la plana mayor de Junts, con la presidenta, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull, al frente, así como el presidente del Consejo Nacional, Josep Rull, y los responsables de los grupos parlamentarios en el Parlament y en el Congreso, Albert Batet y Míriam Nogueras, junto con una amplísima representación de diputados y senadores, alcaldes y concejales, entre los cuales Xavier Trias. También los consellers de Junts en el exilio, Toni Comín y Lluís Puig.

Lista conjunta con ERC

En su discurso, el president ha defendido la unidad del independentismo y la apuesta por la lista conjunta con ERC, porque se ha mostrado convencido de que cuando más ha avanzado el independentismo ha sido cuándo lo han hecho juntos. "Nadie hasta ahora me ha podido demostrar ni un solo beneficio para el país, ni para nuestros conciudadanos de la desunión y la riña entre nosotros", ha remachado. No obstante, ha admitido que la lista unitaria tiene muchas resistencias y que tampoco hay tiempo suficiente para superarlas. Por todo ello, ha explicado que la candidatura que quiere encabezar tiene que ir más allá de Junts per Catalunya e incorporar a perfiles de otras opciones, con nuevos referentes, que permitan recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones catalanas.

El líder de Junts no ha rehuido la crítica a la gestión protagonizada los últimos años por ERC, a pesar de evitar la referencia directa. Ha admitido las dificultades con que se tropieza el país y la necesidad en reorientar políticas, para lo cual ha avanzado que hará falta tiempo y alejarse de la simplificación y las recetas demasiado fáciles, pero también hará falta liderazgo. "Liderar quiere decir decidir, asumir la responsabilidad de liderar políticas sin complejos cuando haya que hacerlo, desde un proyecto propio que no someta nuestras instituciones y nuestras políticas a las estrategias de país, ha subrayado.

Más de un millar de personas han assistido a la conferencia de Puidemont en Elna / Foto: Carlos Baglietto

Acabar con el derrotismo

Ha admitido que la Catalunya de hoy no es la del 2017, que es consciente del desánimo y la desmoralización de una parte de la población que respondió siempre que se le pidió, pero ha sufrido la frustración porque los responsables políticos independentistas dejaron el trabajo a medias y no han sabido superar la desunión, lo cual ha llevado a la fragmentación y la desconfianza. Todo ha hecho, ha dicho, que mucha gente se quedara en casa, que se abstuviera o apostara por el mal menor, empujados por un derrotismo y una inflación de autocrítica que, según su opinión, no son ni justos ni realistas, porque finalmente no los independentistas han sido derrotados. "Por eso estoy aquí, para acabar el trabajo, para dejar de flagelarnos. No ha habido ni un solo día que no haya examinado con autocrítica las decisiones del 2017, ni un día que haya dejado de trabajar para encontrar la manera de hacerlo mejor, para sacar más provecho de nuestras fortalezas y los aprendizajes sobre nosotros mismos y nuestros enemigos", ha explicado

"No es nada fácil cuando eres el objetivo de la caza al hombre, pero me comprometí a aguantar la posición por si llegaba la oportunidad de pasar a la acción positiva. Y las oportunidades han llegado, en un contexto que abre un nuevo escenario, con circunstancias que tenemos que aprovechar y que hemos sido capaces de crear nosotros mismos", ha asegurado el president, que ha advertido que las victorias se amortizan demasiado rápido y hay que reconocer con profundo orgullo lo que se ha conseguido.

Referéndum

A modo de ejemplo, Puigdemont ha desplegado la enumeración de las victorias conseguidas los últimos 120 días: la investidura de Pedro Sánchez, con un acuerdo firmado fuera de España, en una situación inédita, ha dicho, a ningún estado europeo; el acuerdo de Bruselas, que lo hizo posible y que fija el marco de la nueva etapa para resolver el conflicto y reconocer de una manera inédita la persecución histórica de Catalunya; la ley de amnistía, que tiene que permitir por primera vez en 6 años y medio poder trabajar sin la amenaza "omnívora" de la represión; la normalización de la lengua catalana en el Congreso de los diputados y la defensa del catalán en Europa en un proceso que "ya es irreversible; sentar al gobierno del Estado en una negociación fuera de las fronteras españolas con un mediador, que "no ha fallado ni un solo día de los previstos"; pero también el compromiso por una nueva financiación y por las inversiones en Catalunya, que ha explicado recordando las cifras de los últimos años, en un proceso "de asfixia premeditada", en beneficio del "agujero negro que representa Madrid".

 

Finalmente, Puigdemont ha asegurado que al igual que ha sido posible la amnistía también lo es el referéndum de autodeterminación. "No hay ningún impedimento constitucional para que se pueda celebrar un referéndum", ha asegurado, por lo cual depende de "voluntad política". En este punto, ha explicado que en caso de que la vía de la negociación no dé frutos y se alargue estérilmente, "si marean la perdiz, si hay una dilación en la negociación", Junts no renunciará a asumir la independencia, si esta es la voluntad de los catalanes. "Ahora que conocemos mejor los intinerarios, las fortalezas, las debilidades, sería inaceptable que no nos preparáramos con lo mejor. No nos tenemos que apresurar, pero no nos podemos equivocar. En esta legislatura propondremos al Estado la celebración de un referéndum de autodeterminación", ha remachado.

Puigdemont, que se ha presentado al acto acompañado de su esposa, Marcela Topor, y antes de iniciar el acto ha saludado al público que estaba en el exterior, ha sido recibido con gritos de president y de independencia. "Estamos en casa, no es una manera forzada de decirlo, lo sentimos de corazón", ha asegurado al tomar la palabra en el ayuntamiento de Elna.

Puigdemont canta el himno de Catalunya al final de la conferencia / Foto: Carlos Baglietto

Reproche a Aragonès

El presidente ha asegurado que las dos elecciones que habrá los próximos meses, las catalanas y las europeas, son muy importantes para el futuro como país y para el proyecto europeo; y ha reprochado que las dos elecciones tendrían que haberse celebrado al mismo tiempo. "Pero el president Aragonès ha considerado que hay razones de más peso para hacerlo de otra manera, con un calendario repentino que obligan a tomar decisiones trascendentes con muy poco tiempo. Por eso estoy aquí", ha explicado en un tono que no ha escondido el reproche al president en funciones y candidato de ERC.

Puigdemont ha asegurado que nada de lo que ha hecho y decidido estos seis años y medio se puede entender sin las razones que los llevaron a ir al exilio. "Había que proteger por encima de todo las instituciones de nuestro país y la decisión soberana del pueblo de Catalunya de proclamar la independencia", ha explicado. Ha recordado que el Estado español desencadenó "una represión general" con decisiones que perjudican "a todos los catalanes", incluidos los que "aplaudían los porrazos y se alegraban de la prisión y el exilio". "Se buscaba un escarmiento y un escarnio, de manera que nos teníamos que conjurar para evitar que la institución de la presidencia de la Generalitat cayera en las garras de los tribunales de excepción", ha remachado.

Ha explicado que para impedir que la institución fuera rehén o moneda de cambio ha intentado mantener la perspectiva con qué se marchó al exilio, que le permitió conservar la posición en momentos de grandes adversidades; se ha referido a los costes personales que se les ha querido hacer pagar y a las presiones a que han sido sometidos y que han podido asumir porque tenían claro las razones que les hizo ir al exilio y porque disponían del apoyo de las familias y la complicidad de miles de catalanes.