Carles Puigdemont ha vuelto a Catalunya después de seis años y diez meses en el exilio en Bélgica. Lo ha hecho en un acto en el Arc de Triomf de Barcelona, donde lo esperaban miles de personas, así como las entidades independentistas, la plana mayor de Junts y diputados de ERC y la CUP. "Encara som aquí", ha proclamado el president ante sus seguidores. Puigdemont se ha presentado en Barcelona para participar en el pleno de investidura del primer secretario del PSC, Salvador Illa, pero con la orden de detención del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena todavía vigente, por lo cual todo apunta que será detenido tan pronto como los Mossos puedan acceder a él.

🔴 Última hora de Puigdemont, DIRECTO | Reacciones a su regreso a Catalunya
 

Desde antes de las ocho de la mañana, se ha empezado a concentrar la gente en el paseo Lluís Companys. El president del Parlament, Josep Rull, esperaba a Puigdemont en la confluencia del paseo con la calle Trafalgar; allí estaban también el expresident Quim Torra y las expresidentas del Parlament Laura Borràs y Anna Erra. Con ellos, la cúpula del partido, todos los diputados del Parlament, diputados en el Congreso, senadores y alcaldes. El Consell de la República ha organizado el acto de recibimiento institucional de Puigdemont, en el cual han participado también la Assemblea Nacional Catalana (ACN), Òmnium Cultural y la AMI, entre otras entidades.

El president en el exilio, rodeado por la cúpula de Junts que le esperaba en la calle Trafalgar para blindarlo, ha logrado llegar hasta el escenario preparado en el Arc del Triomf entre gritos de apoyo de los asistentes para pronunciar su discurso de regreso ante los miles de personas que han respondido a la llamada de las entidades independentistas. "Hoy he venido aquí para recordarles que todavía estamos aquí, porque no tenemos derecho a denunciar", ha dicho Puigdemont, que ha reaparecido dos minutos antes de las 9 de la mañana, en el acto de "recibimiento institucional" organizado por partidos y entidades independentistas. 

Puigdemont ha asegurado que desde la política no hay derecho a renunciar a la autodeterminación porque es un derecho que pertenece a los pueblos y es colectivo: "Ni es ni será nunca un delito hacer un referéndum", ha añadido el president en el exilio, que ha admitido que "hoy muchos piensan celebrar que yo sea detenido y pensarán que el escarnio nos y os disuadirá; que para escarmentar vale la pena incumplir una ley aprobada por su parlamento", ha añadido, y ha afirmado que la amnistía debía servir, textualmente, para devolver a la política lo que nunca debería haber salido de la política.

Carles Puigdemont interviene en el Arc de Triomf  / Foto: Carles Baglietto

En su discurso, Puigdemont ha recordado que "en estos siete años la represión ha hecho muchos estragos". "Continuará ocurriendo mientras los jueces manden más que un Parlament", ha dicho el president, que ha condenado que la represión haya hecho que "ser catalán se haya convertido en algo sospechoso". El president ha denunciado la "represión durísima y feroz" que ha "interferido en la vida de nuestras instituciones". Consciente de que puede ingresar en prisión en pocas horas, Puigdemont ha señalado que "en un país donde las amnistías no amnistían no nos interesa estar" porque, según ha dicho, este país "tiene un problema de raíz democrática". Puigdemont ha terminado su discurso afirmando: "No sé cuándo volveremos a vernos. Pase lo que pase, cuando nos volvamos a ver, que podamos acabar con el grito con el que yo he terminado mi discurso: Visca Catalunya lliure".

Una vez finalizado su discurso, Puigdemont ha desaparecido mientras la comitiva de Junts, encabezada por el presidente del Parlament, Josep Rull, se ha dirigido hacia el Parlament, donde en la entrada se ha podido ver a personas de la confianza del president en el exilio, como su abogado, Gonzalo Boye, y su amigo Jami Matamala.

 

 

Los diputados, junto al president Josep Rull, y los expresidents Artur Mas y Quim Torra al frente, se han dirigido siguiendo un pasillo entre los asistentes al acceso del parque de la Ciutadella. Una vez allí, se les ha obligado a entrar uno a uno a través de un pasillo de Mossos y a reseguir el camino hasta la cámara catalana, donde se han encontrado con vehículos atravesados ​​para impedir el acceso a ningún coche. Una vez en el Parlament, la incógnita era dónde estaba Puigdemont.