El PSOE ha movido pieza en la Mesa del Congreso, pero no en el sentido que había anunciado. El grupo socialista ha evitado tumbar este jueves la proposición no de ley en que Junts reclama a Pedro Sánchez que se someta a una cuestión de confianza si pretende mantener el apoyo de sus diputados. El PSOE ha desistido de hacer descarrilar definitivamente la propuesta a pesar de que la víspera la negativa de Junts a reformular el texto había llevado a la conclusión que el no de los socialistas estaba cantado.
Junts reunirá este viernes la permanente del partido en Bruselas con el presidente de la formación, Carles Puigdemont, al frente. Todo hacía pensar que la previsible negativa de los socialistas a aceptar la tramitación de la proposición desembocaría en la ruptura que anunció Junts el pasado diciembre y que así lo anunciaría Puigdemont en la rueda de prensa convocada después de la reunión. Pero el último regate de Sánchez ha provocado un debate interno, entre los que apuestan por esperar a una decisión definitiva, que todo apunta que será la opción escogida dado que apenas se ha aplazado unos días, y los que consideran que el tacticismo de los socialistas no esconde la negativa a aceptar la petición y, por tanto, reclaman sentenciar ya la ruptura.
Reunión con Junqueras
Junts tendrá que fijar la respuesta a Sánchez al día siguiente que Puigdemont se haya reunido con el presidente de ERC, Oriol Junqueras, en Waterloo, acompañados de los respectivos secretarios generales, Jordi Turull y Elisenda Alamany. El encuentro en que los dos líderes independentistas han querido exhibir buena sintonía, incluso abandonando juntos la Casa de la República en un vehículo con la fecha del 1-O en la matrícula, ha servido para acordar "impulsar espacios de trabajo coordinado" entre Junts y ERC e "iniciar una nueva etapa de relación que contribuya a recuperar la fuerza y la iniciativa del movimiento independentista". Puigdemont y Junqueras se han reunido después de que la militancia de los respectivos partidos ha avalado su liderazgo, como se ha encargado de subrayar al líder de Junts tanto dentro como fuera de la reunión.
Más allá de la trascendencia que este encuentro acabe teniendo, la posibilidad de que las dos principales fuerzas independentistas se coordinen no es una buena noticia para los socialistas. Especialmente en un momento en que el pulso de Junts al presidente español coincide con la plantada de ERC, que ha dejado claro tanto a Sánchez como a Salvador Illa que no habrá nuevos presupuestos hasta que no se cumplan los acuerdos pendientes.
Con todo, a pesar de la buena sintonía dominante, la reunión ha servido también para constatar que las prioridades y las estrategias entre las dos fuerzas no son totalmente coincidentes, dado que a diferencia de Junts, los republicanos no muestran ningún especial interés en someter a Sánchez a una cuestión de confianza ni les interesa hablar de una moción de censura ni aceptan contemplar un escenario que otorgara el protagonismo al PP.
Apoyo al PSOE
Junts exigió a Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza después de asegurar que "las cosas no van bien y que había llegado el momento o bien de un punto inflexión o bien de dejarlo correr". "Queremos que Sánchez, que contó con nuestros votos para ser presidente, acepte un debate sobre dónde estamos hoy", argumentó después de reprochar que los "incumplimientos" de los socialistas obligan a replantear el apoyo de su partido. Pocos días más tarde, Puigdemont advirtió en una entrevista en TV3 que un portazo a la propuesta conduciría la legislatura al "colapso".
Ante la exigencia de los independentistas, los socialistas argumentaron que los letrados de la cámara no aceptarían tramitar una iniciativa sobre un punto, como es la cuestión de confianza, que es facultad exclusiva del presidente del Gobierno. No obstante, los letrados del Congreso pasaron la pelota a la Mesa al concluir que, teniendo en cuenta los precedentes, no había ninguna razón de tipo procedimental para tumbar la propuesta. Incluso plantearon que en la admisión a trámite de la propuesta se podría especificar que en caso de ser aprobada el valor de la resolución sería "puramente política" y no generaría ninguna obligación al presidente. Añadieron, además, que en última instancia se podría solicitar a Junts una "reformulación" del texto para subrayar "el carácter exclusivamente político" de la iniciativa. A este añadido se agarró el PSOE para reclamar a Junts, hasta el último momento, la reformulación del texto, a la cual los diputados de Míriam Nogueras se han negado.
La decisión este jueves de los socialistas de aplazar la votación, sin embargo, no resuelve el problema, advierten las fuentes consultadas, sino que, en el mejor de los casos, se limita a ganar unos días, en los que el ultimátum continuará vigente.