En plena crisis migratoria en Ceuta provocada por un choque diplomático entre Marruecos y España, el president en el exilio, Carles Puigdemont, ha salido a defender el derecho del reino alauí a "plantear la cuestión de la soberanía" de las ciudades de Ceuta y Melilla.

"Espero que la UE no deje llevarse por la inflamación nacionalista española. Ceuta y Melilla son dos ciudades africanas, que forman parte de la Unión Europea sólo por herencia de un pasado colonial que permitía a los europeos tener posesiones fuera de Europa", ha tuiteado.

"Marruecos tiene derecho a plantear la cuestión de la soberanía y sería necesario crear una mesa de diálogo para resolver el conflicto. Sería necesario un diálogo entre España y Marruecos para abordar la agenda de desacuerdos", ha añadido.

De esta manera Puigdemont ha ido más allá del conflicto actual y ha recordado el pasado colonial de las dos ciudades autónomas españolas, que se están viendo afectadas por las disputas diplomáticas entre los dos países después de que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, fuera hospitalizado en España bajo una identidad falsa.

Puigdemont, la amenaza de Marruecos

Precisamente Puigdemont ha formado parte indirectamente de este conflicto, ya que la prensa marroquí lo ha utilizado como amenaza contra el gobierno de Pedro Sánchez por la atención a Gali. Un ejemplo ha sido el editorial del diario Al Ahdath Al Maghribia, una publicación independiente y socialista, que ha interpelado directamente a la Moncloa: "¿Para dar la vuelta a la ecuación, qué pasaría si Marruecos diera apoyo al referéndum catalán del 2017 y Carles Puigdemont fuera acogido y saliera nuestro ministro de Asuntos Exteriores a decir que se hace por motivos humanitarios pero que eso no afectará en ningún caso a la relación con España?".

Hace dos meses, dos otros diarios, Le Collimateur y Hespress, considerados próximos al ministerio del Interior y a los servicios de inteligencia en el exterior, aseguraron que Puigdemont podría beneficiarse del estatus de refugiado político, aunque advertían que sólo se trataba de un relato de ficción que tenía voluntad pedagógica. "Tranquilos, esto sólo es una ficción, pero es igualmente significativa. Para volver a la realidad, hay que señalar que España no ha tenido la desgracia de tener un vecino que haya acogido, financiado e incluso armado un movimiento separatista contra su unidad territorial", en alusión al hecho de que no ha abastecido ningún movimiento armado catalán.

 

Imagen principal: el president de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont / Foto: ACN