El president en el exilio, Carles Puigdemont, no asumirá el papel de líder de la oposición. Así lo ha comunicado a los diputados de su grupo parlamentario con quienes se ha reunido en un encuentro de trabajo de dos días en Waterloo para preparar el debate de política general. Según ha podido saber ElNacional.cat, Puigdemont ha argumentado que, por con respeto a la responsabilidad que asumió como president de la Generalitat no puede ser ahora la jefe de la oposición.

En el Parlament, la figura de jefe de la oposición se creó a propuesta del president Pasqual Maragall e incluso se llegó a incorporar en la Ley de la Presidència de la Generalitat y del Govern. Esta responsabilidad recae en la persona que preside el grupo parlamentario de la oposición que cuenta con más escaños y el presidente del Parlament tiene que comunicar formalmente a través de una resolución quien asume este rol. En teoría, el jefe de la oposición tiene que ser consultado sobre los asuntos de más importancia para Catalunya y proponer mejoras de la acción de Govern. Artur Mas, como jefe de la oposición durante el mandato de Maragall, incluso acompañó al president en viajes oficiales.

Escaño

Antes de las elecciones, Carles Puigdemont anunció que en caso de no conseguir la presidencia de la Generalitat abandonaría el Parlament y, por lo tanto, no asumiría el papel de jefe de la oposición. No obstante, la previsión del líder de Junts partía del convencimiento de que en el momento en que se celebrara el pleno de investidura del nuevo president ya se le habría aplicado la ley de amnistía y, por lo tanto, podría volver a Catalunya, estar presente en el debate de investidura y posteriormente retirarse de la política. La realidad, sin embargo, ha sido bien diferente, la amnistía todavía no se le ha aplicado porque el Tribunal Supremo argumenta que la malversación de que se le acusa por el referéndum del 1-O comportó un enriquecimiento personal, lo cual figura como excepción en la ley aprobada en el Congreso.

La decisión de no asumir la responsabilidad de jefe de la oposición no quiere decir, sin embargo, que Puigdemont tenga intención de renunciar a su escaño en el Parlament, ya que esta decisión quedaría pendiente hasta que no se le aplique la amnistía.

Renovar liderazgos

Desde que se constituyó el nuevo Parlament continúa figurando como presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, mientras que Mònica Sales, aparece como portavoz del grupo. No obstante, en las filas de Junts se da como más que probable el relevo de Batet, al margen de que todos los cargos de máxima responsabilidad del partido se mantienen pendientes del congreso que Junts celebrará el 25, 26 y 27 de octubre. Precisamente una de las incógnitas que continúa abierta es si Puigdemont asumirá el liderazgo orgánico de la formación, que hasta ahora no ha ostentado.

En el primer congreso de Junts, Laura Borràs asumió la presidencia del partido y Jordi Turull la secretaría general. En aquel momento, Puigdemont optó por no asumir ninguna responsabilidad a la dirección para intentar buscar como presidente del Consell de la República una posición al margen de los partidos. No obstante, este órgano del exilio que tenía que aglutinar al independentismo no ha conseguido su objetivo.

Precisamente, este miércoles Puigdemont ha abierto la reunión de los diputados de su partido en Waterloo llamando a reforzar el liderazgo de Junts como alternativa desde su posición de primera fuerza de la oposición y primer partido independentista y aprovechando la debilidad de los ejecutivos de Salvador Illa y Pedro Sánchez. Ha emplazado, además, a hacerlo "renovando mensajes, discursos y liderazgos" y ampliando el espectro social al cual tradicionalmente se dirigen.