Justo antes de la Diada 2022, el president Carles Puigdemont ha recordado cómo "los vencedores han procurado asegurar su dominio mediante el control del relato". Lo ha dicho en un acto de homenaje al marqués de Rubí celebrado este sábado en Amberes (Bélgica), donde se ha dedicado a ofrecer una lección de historia para establecer paralelismos entre el año 1714 y la época actual. Pero especialmente ha querido que el acto sea para mantener en la memoria a los exiliados catalanes austriacistas que siguieron fieles a Carlos III.
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Es así como ha puesto sobre la mesa que en aquel momento muchos catalanes se marcharon al exilio, unos "para salvar la vida" y otros "para no acatar el nuevo orden". Además, ha hablado de cómo los Borbones abolieron las instituciones catalanas y prohibieron la lengua. Y también ha aprovechado para indicar que "los vencedores han procurado asegurar su dominio mediante el control del relato", haciendo referencia a la manera en la cual los españoles empezaron a producir muchas crónicas contrarias a los catalanes después de la victoria borbónica. ¿Todo eso no recuerda un poco a la situación actual? Líderes catalanes exiliados por toda Europa, la aplicación del 155, los intentos de vincular el independentismo con el terrorismo...
Está aquí donde ha reivindicado la figura de Josep Plantí, quien se exilió después de 1714. El president ha traído Plantí al presente porque tiene una reflexión que, según él, se aplica bien a los actuales "opinócratas" favorables a Felipe VI: "No comprendo por qué algunos escritores tratan a los catalanes con palabras impropias por la defensa de Barcelona. No lo puedo entender si no es que lo hacen por el fanatismo". Alguna cosa así dijo al jurista catalán después de la victoria borbónica, que también dejó bien claro porque escribía cosas como esta: "A fin de que no se hable en el futuro de infamia ni de rebelión, únicamente de gloria y de quién siguió la causa del honor, la libertad y la patria". "Que esta figura nos inspire", ha concluido Puigdemont.
El acto ha sido organizado por el Casal Català de Brussel·les y era un homenaje al marqués de Rubí, Josep Antoni de Rubí y Boixadors, quien fue precisamente gobernador de la fortaleza de Amberes (en los Países Bajos austríacos). Antes había sido virrey de Mallorca, conocido para negarse a entregar la isla a Felipe V. Siempre se mantuvo fiel a los Austrias, hasta el punto que también se esforzó en enviar víveres desde Mallorca a Barcelona para ayudar en la resistencia en solitario contra los Borbones. Pero después de la caída de la ciudad el año 1714, una expedición borbónica conquistó la isla el año 1715.