"Hoy podemos afirmar que un año después las cosas no van bien y ha llegado el momento o bien de un punto inflexión o bien de dejarlo estar". Con estas palabras el líder de Junts, Carles Puigdemont, ha reprochado al PSOE el incumplimiento de los acuerdos que cerraron en noviembre del año pasado para apoyar a la investidura de Pedro Sánchez y ha anunciado la presentación en el Congreso de los Diputados de una proposición de ley en la que emplaza al presidente español a que se someta a una cuestión de confianza. Puigdemont ha admitido que está pendiente la última reunión con el PSOE en Suiza en presencia del mediador y que Junts espera ver la respuesta de los socialistas, pero no ha escondido su escepticismo. "Hoy Pedro Sánchez sigue demostrando que no es de fiar, no ha conseguido vencer los recelos que teníamos, sino que los ha incrementado", ha advertido el president en el exilio, que ha asegurado que Junts ha sido "generosa y paciente".

El político independentista ha comparecido en el Press Club de Bruselas, después de reunirse con la comisión permanente de su partido en la capital belga, en un encuentro durante el cual ha hecho evidente el profundo malestar provocado por la falta de concreciones del acuerdo cerrado hace trece meses con el PSOE. El resto de la ejecutiva ha seguido la reunión de forma telemática. Sin embargo, el líder del partido no ha adelantado a los miembros de la dirección la intención de exigir a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. Puigdemont ha expuesto su petición públicamente en rueda de prensa al finalizar la reunión. Ha explicado que ha querido evitar el "tono de amenaza" y que, por esta razón, antes de empezar la rueda de prensa el grupo parlamentario en Madrid ya había presentado la iniciativa reclamando que Sánchez se someta a la cuestión de confianza.

"Esto se tiene que hablar. Queremos que Sánchez, que contó con nuestros votos para ser presidente, acepte un debate sobre dónde estamos hoy", ha argumentado Puigdemont que, a pesar de admitir que la decisión final corresponde al presidente español, ha advertido que le resultaría difícil eludir una votación del Congreso, reclamándole que se someta a la confianza de los diputados.

Negociación en Suiza

"Firmamos un acuerdo desde la desconfianza mutua, partiendo de posiciones muy alejadas, veníamos de muy y muy y muy lejos. Era un acuerdo que pretendía crear las condiciones para un compromiso histórico que contribuyera a resolver el conflicto político entre Catalunya y España", ha recordado Puigdemont, que ha subrayado que se había pactado que las "cosas tenían que hacerse de forma distinta", por lo que se acordó la creación de un espacio de negociación presencial en Suiza, con mediación internacional y donde se abordaran por un lado las limitaciones y déficits del autogobierno y, por el otro, el reconocimiento nacional de Catalunya.

Puigdemont ha admitido que este espacio se ha reunido periódicamente y de manera puntual, excepto la última reunión del mes pasado —que se desconvocó por la crisis en el País Valencià provocada por la DANA y a raíz de los procesos congresuales de ambos partidos— y que se ha mantenido indefectiblemente mes tras mes; ha recordado que ya habían advertido de que si las conversaciones avanzaban, la legislatura tendría recorrido, pero que si el objetivo era "marear la perdiz" el PSOE no contaría con la complicidad de su partido.

Ha asegurado que Junts ha mostrado capacidad de negociar para avanzar en acuerdos concretos, pero que a estas alturas los acuerdos son escasos, los trabajos que requieren superar discrepancias se alargan sistemáticamente y "la descoordinación entre lo abordado en Suiza y la praxis del Gobierno es muy preocupante".

Presupuestos

Con respecto a la negociación de los presupuestos del Estado, ha recordado que la condición imprescindible de Junts para apoyar las cuentas era disponer de la liquidación del presupuesto anterior. "La liquidación de 2023 es catastrófica para Catalunya; la del 22, también; la del 21, también. El mandato de Pedro Sánchez se parece mucho al mandato de Mariano Rajoy: incumplimiento sistemático de las inversiones previstas en Catalunya y sobreinversión en Madrid", ha recordado, para subrayar acto seguido el impacto que esto tiene en la competitividad de Catalunya y en el bienestar de los catalanes. ¿Cómo podemos negociar los presupuestos con unos incumplidores?", se ha preguntado.

A pesar de evitar enumerar el inventario de incumplimientos del PSOE e insistir en que la resolución del conflicto entre Catalunya y España era clave, a lo largo de la rueda de prensa se ha referido a algunas cuestiones puntuales. Ha asegurado que el catalán no es oficial en Europa por la falta de implicación de Pedro Sánchez —"es evidente que no ha dedicado los esfuerzos que le hemos pedido", ha dicho—, ha reprochado que "hoy no hay amnistía, porque una amnistía que no es completa no es amnistía" y ha lamentado que después de que el "Supremo se haya declarado en rebeldía" Sánchez no ha hecho ni una declaración para replicar a un "ataque tan grave como es la decisión del Supremo de no aplicar una ley en vigor".

Financiación

Puigdemont ha recordado que la financiación era uno de los puntos que se tenía que tratar a fondo, y ha denunciado que se ha abordado un acuerdo que consolida el café para todos; además de que ni el Gobierno español ni el catalán han presentado las balanzas fiscales a pesar de tener los datos.

Por lo que respecta a la negociación del conflicto político entre Catalunya y el Estado, ha lamentado que "choca contra la retórica de la normalidad", que esgrimen tanto los ministros del Gobierno como el president Salvador Illa. "Si está todo tan normalizado, de qué sirve negociar en Suiza la resolución de un conflicto", se ha interrogado, además de reprochar la agenda desnacionalizadora del ejecutivo de Illa o la falta de respuesta ante el hecho de que haya diputados que no pueden asumir sus escaños.

En materia de inmigración, ha insistido en que Junts quiere un traspaso integral de competencias que no se limite a temas administrativos y que incluya resolver sobre permisos de larga y corta duración, órdenes de expulsión, control de fronteras, reagrupamiento familiar...

A preguntas sobre si sitúa la reunión que había reclamado con Sánchez en la carpeta de incumplimientos, ha admitido que habría ayudado pero que no es una cuestión decisiva. Con todo, ha aprovechado para recordar que el president de la Generalitat, Salvador Illa, tampoco se ha reunido con él.