Hace casi dos meses que Carles Puigdemont (Amer, 1962) ocupa la presidencia de la Generalitat. A la cuenta atrás del proceso le quedan dieciséis meses y el president insiste en que dentro del plazo previsto se anunciará públicamente que Catalunya empieza a actuar como un Estado independiente y, acto seguido, se aprobarán las leyes de desconexión. Hasta entonces, Puigdemont se muestra optimista sobre el funcionamiento del Govern de JxSí y no tiene “ninguna duda” de que la CUP apoyará los presupuestos del ejecutivo.
Como president, trabajaré para que se declare la independencia
Pronto hará dos meses que es president. ¿Se ve proclamando la independencia en 16 meses?
Declarar la independencia es una cosa que yo tengo en mi imaginario desde que tengo uso de razón política. Porque yo soy independentista y, por lo tanto, ver la declaración de independencia de Catalunya no es una cosa ajena a mi visión del mundo. Me gustaría mucho que un president de la Generalitat pudiera hacer eso pronto. Y como president trabajaré para que eso pase, que es el encargo que tengo del Parlament y de las urnas.
¿Dentro de este plazo de legislatura de 18 meses?
Si son menos no pasa nada y si es un mes más tampoco es ningún descalabro. Son dieciocho meses porque lo vemos factible con nuestros recursos y en lo que depende de nosotros. Pero también quiero poner en valor el trabajo hecho durante años. Llevamos desde la sentencia del Estatut madurando un proceso hacia la independencia. Eso no empieza en el inicio de estos 18 meses.
¿La situación de bloqueo político en España, cómo influye en el proceso? ¿Obliga a diferirlo?
Hemos tomado las determinaciones que dependen de nosotros. Que haya o no gobierno en España es irrelevante. En cambio, sí que afecta a lo que es el día a día de la gestión de las competencias autonómicas. Dijimos que tenemos voluntad de ejercer al 100% las competencias estatutarias. Nosotros obedecemos el Estatut de Catalunya y al Parlament. Y necesitamos que esta obediencia a las obligaciones estatutarias y constitucionales sea correspondida por el Estado español.
En otro momento se podría decir que este vacío de gobierno en el Estado favorecía el proceso...
No. Decidimos el 27S que este proceso ya no dependía de lo que hiciera la política española. Nuestra hoja de ruta ya no depende de que en España haya o no un gobierno estable. Dicho esto, nos interesa enormemente un gobierno estable en España. Tenemos vocación de estar interrelacionados permanentemente con España, Europa y el mundo, y claro está que aquello que pasa en España nos interesa. Tenemos interés que las cosas le vayan muy bien.
¿A pesar de todo, hay temas que afectan, por ejemplo, a las finanzas públicas que si no tienen respuesta pueden acabar provocando un bloqueo en Catalunya?
El Govern de Catalunya prioriza el funcionamiento del día a día del país. Si finalmente la otra parte declina hacer lo mismo cometerá una grave irresponsabilidad. Ante los ciudadanos que tienen todo el derecho del mundo a ser atendidos en igual condiciones que el resto de ciudadanos del Estado español, quedará en evidencia que quien está desconectando verdaderamente, si es que no lo ha empezado a hacer hace tiempo, es el Estado y el gobierno español. Sería lamentable que el Estado se aprovechara de esta provisionalidad para generar una situación de ahogo en Catalunya, inexplicable y muy injusto.
No tengo por qué hablar con un presidente en funciones de cuestiones que no está a su alcance responder
¿Ya tiene hora con Rajoy? Supimos por la broma de una radio que estaba dispuesto a recibirlo.
Él no hizo bien en no llamar para felicitar al president de una comunidad autónoma -a ojos de él y en el BOE sale así-. No hizo bien en no felicitar y no desear suerte. Dicho esto, no tengo por qué hablar con un presidente en funciones de cuestiones que no está a su alcance responder. Si él me hubiera pedido vernos habría ido sin ningún problema. Pero me parece que ya no estamos en esta tesitura y, muy probablemente, esta entrevista ya no se producirá.
La semana pasada coincidió con el rey Felipe VI por primera vez desde que es president y después de un episodio de tensión institucional. ¿Cómo fue?
Las conversaciones que he tenido con el Rey, o cuando era príncipe, siempre han estado muy cordiales y francas. No ha sido diferente esta vez. No hubo ningún momento de tensión o incomodidad por parte de nadie.
¿Desde Madrid ha recibido algún mensaje aparte de la no llamada de Rajoy?
Mensajes directos e indirectos llegan y personas que vienen a verte portadoras de mensajes también. Pero en este momento tienen una gran dificultad cuando dices: A quién llamo? Nadie sabe darte un número de teléfono.
¿Qué tipo de mensajes le llegan?
Que puede ser que alguien se haya sentido aludido cuando dije que la independencia iba de verdad y que se están dando cuenta de ello demasiado tarde. Nosotros siempre decimos lo mismo: Si tienen alguna propuesta que hacernos que nos la digan, pero si no hay un referéndum...
Nuestra hoja de ruta es inalterable. Pase lo que pase. No hay nada que lo detenga
¿Se está poniendo de nuevo más el acento en el referéndum a diferencia del 27S?
Nuestra hoja de ruta es inalterable. Continúa su camino, pase lo que pase. No hay nada que lo detenga. Sin embargo, si alguien tiene alguna propuesta que hacernos, siempre estamos dispuestos a escuchar. Que quede claro que si alguien del otro lado nos propone un referéndum tenemos la obligación de considerarlo muy seriamente. Nadie en Catalunya lo discute. Tiene un consenso de más del 80 por ciento. Dicho esto, prácticamente no doy ninguna opción a que alguna fuerza política gobernante en el Estado español esté en condiciones de proponerlo.
Esta semana ha dicho que con el pleno de investidura del presidente español ya se han hecho las exequias de la tercera vía.
Para mi, hace tiempo que quedó claro. La sentencia del Constitucional ya fue la proclamación de ruptura que hizo el ordenamiento político español en relación a Catalunya. Tomamos nota de aquello. Para mí, aquel día realmente acaba la opción de la tercera vía.
Hay una novedad, sin embargo. Podemos es la primera formación grande que en el Estado español defiende y mantiene el referéndum como una línea roja en las negociaciones con el PSOE...
Es una opción muy minoritaria. Nosotros hemos agradecido la valentía. Y es verdad que es la primera vez que una fuerza de ámbito estatal en el Congreso de los Diputados hace un planteamiento tan claro y nítido como éste y lo mantiene. Pero estamos hablando de una fuerza política que, si descontamos los votos que tuvo en los territorios-naciones, tiene muy poco peso en el corazón de la política española. Tiene un recorrido difícil. Pero sobre todo, el resto de partidos, sin los cuales no puede haber acuerdo de gobernación, le han dicho que ésta es una situación innegociable. Está muy bien, pero es imposible.
Imaginemos, haciendo política ficción, que se le pone tan difícil a Sánchez que finalmente lo acepta, para salvar un gobierno de izquierdas...
Esta opción no la contempla nadie. No es que sea política ficción, es una marcianada. Estamos un poco cansados de tener que hacer siempre ejercicios de política ficción sobre qué condiciones se tendrían que dar... ¡Que no! Que ya no nos toca a nosotros imaginar escenarios de salida de un conflicto que tiene España. No lo tenemos nosotros. Le corresponde en España. Lo hemos hecho muchos años. El catalanismo cuando ha ido a quejarse a España, España le ha dicho: “Di que te puedo ofrecer que aceptarías”. Eso ha sido siempre así y al respecto se ha negociado. No, no. Si España cree que tiene que hacer alguna propuesta que decida cuál tiene que hacer. A nosotros ya no nos corresponde imaginar escenarios de salida de un enredo español, no catalán. Y no están dispuestos.
De miedo, espero no hacer a nadie. Lo que quiero despertar es esperanza
¿Puigdemont da más miedo a España que Mas?
De miedo, espero no hacer a nadie. Lo que quiero despertar es esperanza. No sé qué miedo pueden hacer las apelaciones al diálogo y a la negociación que constantemente hacemos y al buen tono y a la necesidad de encontrar salidas democráticas y pactadas. Al único que le puede asustar eso es a alguien que no tenga fuertes convicciones democráticas.
¿Usted es más convergente o más independentista?
Convergència es una formación independentista en el sentido que es soberanista, y yo soy militante desde el 83. CDC siempre ha sido soberanista, porque el soberanismo en la historia del catalanismo se ha expresado de maneras diferentes y durante muchos años se expresó de manera autonomista. Me siento cómplice de un proyecto que entiende que el soberanismo del momento pasaba por intentar el despliegue de la autonomía a partir de aquellos horizontes que dibujaba el pacto de la Transición. Y cuando aquellos horizontes han sido decepcionados, se propone otra manera de ejercer aquel soberanismo que es tener un Estado independiente.
Éste no es un gobierno de CDC más ERC. Es el gobierno de JxSí. Monocolor desde el punto de vista parlamentario
¿Cómo van las relaciones con ERC dentro del Govern?
Éste no es un gobierno de CDC más ERC. Es el gobierno de JxSí. Por lo tanto, es monocolor desde el punto de vista parlamentario. Aquí hay una sensible diferencia con lo que pasaba con los anteriores gobierno de coalición. Que tenían tres grupos parlamentarios con tres programas electorales diferentes y con tres candidatos. Y se ponen de acuerdo y hacen una confluencia y una síntesis. Nosotros, no. Teníamos un candidato, un solo programa, y un solo grupo parlamentario, por lo tanto un solo gobierno. Y eso facilita mucho las cosas.
¿Usted cree? Aparecen diferencias en temas como BCN World...
Las dificultades las tenemos identificadas porque las hemos puesto en el programa electoral. Somos conscientes de ello. No venimos de cero. Venimos de una tradición y un recorrido político. Por lo tanto, hemos tenido que hacer este trabajo de síntesis que los gobiernos del tripartito tuvieron que hacer cuando estaban en el gobierno. Nosotros, por suerte, lo hicimos antes de las elecciones. Eso conjura muchas tensiones.
Dentro de 18 meses caducamos todos
Pero su llegada al Govern cambia el acuerdo que se había cerrado. Era un acuerdo a partir de un candidato que había anunciado que se retiraría en 18 meses. Había una fecha de caducidad.
Dentro de 18 meses caducamos todos. Lo que queremos que caduque es esta Catalunya postautonómica. Eso significa no sólo un cambio de leyes y de estructuras, significa un cambio de paradigma político. Por eso algunos partidos estamos haciendo el trabajo que estamos haciendo. Porque nos lo creemos de verdad. Que a un nuevo escenario, a nuevo statu quo de Catalunya como país independiente, le hacen falta nuevas formulaciones de partidos, nuevos funcionamientos, nuevos liderazgos políticos, nuevos lenguajes... Nosotros lo hemos entendido así. Por eso, Convergència ha anticipado muchos de los trabajos que algunos partidos tendrán que hacer dentro de 18 meses. Caduca un poco todo.
Precisamente CDC ha puesto un nuevo liderazgo y, es de suponer, que no lo dejará perder dentro de 18 meses...
Nos equivocaríamos todos si ahora pensáramos que aquello que hacemos tan trascendente para la historia de Catalunya de estos 18 meses tiene que estar condicionado o vinculado a lo que tenga que pasar después. Todos nos tenemos que comprometer con el hecho que son unos meses irrepetibles, que queremos que sean irrepetibles. Tenemos que hacerlo una vez. Nos tenemos que concentrar sólo en eso. Si alguien piensa o tiene la sospecha de que aquello que hace aquel o aquel otro está más en función del itinerario que piensa para el futuro, nos equivocaremos.
En el Govern, temas como comunicación o la estructura del proceso se articulan en dos patas, una en Presidència y una en Vicepresidència, como si hubiera desconfianza y se vigilaran...
Eso sería la lógica tripartito. Porque vendríamos de tres programas diferentes y tres lógicas diferentes. Pero tenemos una única manera de entender la política de comunicación. Es importante. Esta vacuna, que viene de la pericia de las experiencias pasadas y de la solidez que tenemos en el objetivo de la legislatura, nos ha permitido a todos juntos ir sin este tipo de recelos.
El otro socio es la CUP...
Tenemos un acuerdo parlamentario con la CUP, sí.
La CUP es consciente de la trascendencia de su papel en el Parlament
¿Cómo evalúa el cumplimiento de este acuerdo?
Éste es un análisis que tendría que hacer el grupo de JxSí. Yo soy de los que pienso que la CUP es consciente de la trascendencia de su papel en el Parlament. Que es consciente de la trascendencia de lo que el Govern quiere hacer, de la determinación en aplicar la hoja de ruta y de los compromisos sociales que hemos adquirido. No creo que todo eso lo quiera poner en peligro desdiciéndose de un acuerdo de estabilidad parlamentaria explícito.
¿Hay cierta cohabitación de liderazgo entre usted y Artur Mas?
El president Mas es el líder del partido. Tiene todo mi apoyo, complicidad y ayuda. Y al revés. Hoy yo creo contar con el apoyo, complicidad y ayuda del president Mas, que es un activo político de Catalunya que ha dejado muy alto el listón con su actitud moral y ética de la política. Es un ejemplo para mucha gente. Los hípermegaliderazgos que suelen ser de una persona creo que felizmente están superados para la política del siglo XXI. Nos encaramos a un modelo político al que a través del mundo local, nacional-estatal y de mundo de los partidos políticos y sociedad civil, la gente quiere reconocerse en diferentes matices y en diferentes liderazgos. La pluralidad también se tiene que expresar en estos términos.
El líder del partido es el president Mas, el líder del Govern soy yo
¿Un liderazgo compartido?
De hecho es lo que está pasando ahora. El líder del partido es el president Mas, el líder del Govern soy yo. Yo no soy un cargo de partido. Y el president Mas no tiene un cargo en la Generalitat.
¿Tiene intención de optar a liderar el partido?
No. Una de las cosas que hemos identificado bien en Convergència para hacer propuestas de radical modernidad en la política y para poder servir al país es que el partido tiene que ser el partido, y las instituciones las instituciones. Está muy bien planteado el debate. Está sacudiendo muy positivamente a la militancia. No sé si se había desacostumbrado o no a este tipo de debates pero realmente los está abordando con mucho interés y con ganas de participar.
¿Refundar o fundar?
Yo sobre las cuestiones de partido me pronunciaré muy poco, porque estoy en el lugar donde estoy, porque hay un trabajo muy serio que está liderando el president Mas y porque quiero que la militancia se exprese con toda libertad, sin ningún tipo de condiciones, y por lo tanto, yo no hablaré. Y tengo mis opiniones y en el partido participo del debate. Pero públicamente no estamos en la fase en que yo tenga que salir.
Juntos CDC i ERC hemos ganado las elecciones en Catalunya. Separados a las españolas, hemos perdimos todos
¿Si se vuelven a celebrar elecciones en el Congreso, CDC y ERC tienen que presentar candidaturas separadas?
Cuando hemos ido juntos hemos ganado las elecciones en Catalunya. De manera clara. Cuando hemos ido separados a las españolas, perdimos los dos porque ganó otra candidatura. Y el relato que se ha hecho en España, equivocado, es que el independentismo había retrocedido.
¿Pero, de hecho, son dos partido diferentes?
Los partidos tienen que tomar una decisión sobre qué escenario quieren. Cuando hemos ido juntos hemos ofrecido una alternativa que ha movilizado a muchísima gente. Cuando hemos ido separados hemos hecho buenos resultados, especialmente ERC, pero no suficientes para situar el independentismo catalán como grupo parlamentario de presencia importante en la cámara española.
Cuando dice que no optará a la dirección de CDC, se deduce que su opción es institucional...
He venido aquí no para tirar la toalla, sino para asumir en una situación excepcional y anómala un encargo excepcional y eso requiere que esté dedicado y concentrado al 100%, y que pueda entregar a los ciudadanos el trabajo hecho con nota. Esta es mi obsesión. Cumplir con el encargo que hacen los ciudadanos en las urnas y con el plan de gobierno aprobado por el Parlament. Me dedicaré en cuerpo y alma a eso. Esta es mi misión.
Eso, es dentro de 16 meses.
Cuando acabe eso entregaremos el resultado. Este resultado nos tiene que permitir abrir un proceso constituyente, convocar el referéndum de la Constitución y proclamar efectivamente la independencia y ser una República independiente en el concierto de los Estados del mundo. Eso es difícil de superar. Si eso es así, poder hacerlo y poder servir justificará todos los sacrificios y tensiones.
Mucha gente todavía no entiende que en 2019 no tendremos unas elecciones municipales españolas en Catalunya
¿Y qué hará a partir de entonces?
Insisto, cambian los paradigmas. A veces tengo la sensación de que mucha gente del campo del soberanismo todavía no entiende que en el 2019 no tendremos unas elecciones municipales españolas en Catalunya. Todavía actúan como si en el 2019 nos tuviéramos que presentar todos a unas municipales. Yo soy de los que pienso que no. Las cosas cambiarán radicalmente desde el punto de vista de cultura política. Habrá actores políticos nuevos y marco jurídico nuevo...
¿Con los precedentes del 9N, espera una respuesta diferente por parte del Estado?
No será un referéndum ni ilegal ni cívico. Será oficial, legal e institucional.
En un momento determinado empezaremos a actuar como un Estado independiente para aprobar leyes que, si no, obviamente serían inconstitucionales
Pero de la legalidad catalana que se proponen proclamar en 16 meses...
En un momento determinado anunciaremos públicamente que empezamos a actuar como un Estado independiente para poder aprobar una serie de leyes que, si no hacemos este anuncio, obviamente serían inconstitucionales. Con la ley de transitoriedad jurídica explicitaremos de qué forma estamos dando este paso de ley a ley, sin generar ningún vacío legal, garantizando la seguridad jurídica a todo el mundo. El referéndum que convocará el Govern de Catalunya será legal e institucional.
Y el gobierno español mirará...
Cuando nosotros hacemos el reconocimiento de que empezamos a actuar como un Estado soberano para poder aprobar y sacar adelante todo este paquete de decisiones es porque decidimos actuar como un Estado soberano. Hemos venido a hacer eso.
Eso no quiere decir que esta actuación no comporte una reacción del Estado español...
Yo no puedo prejuzgar lo que harán terceros delante de eso, pero nosotros ya seremos sujeto político.
Sabemos lo que han hecho hasta ahora.
Es evidente que si nosotros aprobamos las leyes, el Govern las aplica y se convocan elecciones constituyentes y las ganan claramente las fuerzas que apuestan por el proceso constituyente, eso es inapelable. Puede gustar más o menos fuera de Catalunya, pero será incontestable e irrenunciable.
La CUP se ha ganado su presencia en el Parlament de Catalunya. Eso quiere decir alguna cosa
La CUP no ha aceptado renunciar a las ponencias conjuntas para las leyes del proceso. ¿Está llevando a JxSí a un obstáculo que se podría haber ahorrado?
La CUP existe. Tiene 10 diputados y es determinante para que el bloque independentista tenga mayoría absoluta. Se han ganado su presencia en el Parlament de Catalunya. Eso quiere decir alguna cosa. Existen, hay una parte de la población que los ha votado. Tiene una representación muy importante en el Parlament. Es lo que hay. Tenemos que asumir que el país es éste también. Y jugarán el espacio que la democracia les ha dado. Como otros grupos.
¿Este jugar su espacio les permitirá aprobar los presupuestos?
No tengo ninguna duda de que será así. Los presupuestos formarían parte del campamento base para hacer lo que queremos hacer. No podemos hacer segun qué cosas y menos el plan de choque social si no tenemos presupuestos. Si hemos tenido el apoyo en la prórroga presupuestaria a unos presupuestos que no tenían tan compromiso social como los que estamos elaborando, no puedo concebir otro voto que no sea el apoyo. A parte de que lo necesitamos como instrumento de gobierno. No podemos especular.
No tengo ninguna duda de que la CUP votará los presupuestos
¿No contempla, pues, la posibilidad de no tener presupuestos?
No. No trabajo con la hipótesis de que no tendremos presupuestos
¿Y en el proyecto Barcelona World habrá acuerdo?
Estamos trabajando muy intensamente prácticamente desde el primer día que llegamos al Govern. Trabajando cuál es el acuerdo que podemos compartir todos de manera sólida y cuál nos permitiría encontrar aquel punto de consenso con la CUP que tenemos hablado.
Eso podría ser la cuadratura del círculo...
Yo propuse la consulta como una fórmula de consenso.
La primera experiencia no muestra un punto de consenso: Convergència propone hacerla en el Camp de Tarragona y ERC a nivel catalán.
Eso es la segunda parte. En el concepto de consulta ya tenemos una aproximación al consenso. Estamos trabajando internamente en el Govern. A fondo, no superficialmente. No estamos tomando ninguna decisión. Pero internamente estamos trabajando mucho, muy honestamente, todas las partes implicadas.
En Girona pedí ayuda y comprensión. Cada uno explicará las razones de sus decisiones
Teniendo tan buena relación con ERC y la CUP no se entiende demasiado bien lo que ha pasado en Girona...
Los temas locales tienen lógicas que la razón nacional no entiende a veces. Siempre está la invocación a las dinámicas locales. Eso tiene cosas buenas y malas. Yo como alcalde ya propuse a ERC entrar a gobernar, conmigo aprobaron el cartapacio, y pedí cuándo marché, a todas las fuerzas políticas, no sólo a ERC, vista la situación anómala que se producía en Girona, una pizca de ayuda y comprensión para encontrar soluciones que no afectaran a la ciudad. No ha sido posible. Cada uno ya explicará las razones de sus decisiones. Nosotros no hemos dejado de pensar en todo momento en el interés de la ciudad, no del partido.