El president Carles Puigdemont ingresaría en la prisión de Estremera (Madrid VII) en caso de que se decidiera su encarcelamiento después de la extradición y podría disponer de celda individual si la pide o compartirla con alguno de sus consellers.
Así se pone de manifiesto en la respuesta que España ha remitido a la Fiscalía belga, después de que pidiera a la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela información sobre el sistema penitenciario y judicial español de cara a la comparecencia de este viernes ante un juez belga de Puigdemont y los cuatro consellers que se encuentran en Bruselas.
Según han indicado a EFE fuentes de Instituciones Penitenciarias, en el escrito se asegura que Puigdemont y los consellers hombres, Toni Comín y Lluís Puig, irían a Estremera, a 70 kilómetros de Madrid, y donde están en prisión preventiva los miembros del Govern que la jueza Lamela envió a la prisión.
Mientras tanto, las mujeres, Meritxell Serret y Clara Ponsatí, ingresarían en un centro penitenciario de la Comunidad de Madrid, previsiblemente el de Alcalá Meco, donde están recluidas ya dos conselleres.
Las autoridades españolas también aseguran a la Fiscalía belga de las condiciones de la prisión de Estremera, lo que califican de un centro tipo con un diseño muy avanzado, inaugurado el 2008 y con instalaciones que mejoran las de las prisiones de otros países europeos.
La Fiscalía belga había preguntado a la Audiencia Nacional cuáles serían las condiciones del president Puigdemont y los consellers en caso de que el juez decidiera extraditarlos. En este sentido, se interesaba por cuánto tiempo duraría la prisión provisional, y si el encarcelamiento se tomaría directamente o después de la declaración de los acusados. También pedía por las dimensiones de las celdas, la calidad de las comidas en prisión o por el acceso a las duchas y los equipamientos sanitarios.
En este sentido, el documento del Ministerio del Interior, a la pregunta de "¿Cuáles son las dimensiones de la celda en la que el (los) implicados (s) serán cerrados?", Las autoridades españolas han ofrecido a la Fiscalía información adicional, como que cada celda está equipada para ser ocupada por dos internos y tiene inodoro y ducha con una separación para preservar la intimidad, así como conexión para televisión. También informan a la Fiscalía que las celdas pueden ser compartidas pero se podría garantizar la estancia individual salvo que los facultativos observen riesgo de suicidio.
Y a la pregunta de si hay "superpoblación" en la cárcel donde ingresarían y las medidas que se tomarían para "impedir que los implicados se vean confrontados con las consecuencias negativas de tal superpoblación", España señala que Estremera tiene 1.214 celdas y en la actualidad está ocupada por 1.071 internos. De todos modos, Prisiones podría garantizar una celda individual si Puigdemont o los consejeros lo solicitan.
Las autoridades españolas han respondido hasta catorce preguntas sobre el sistema carcelario, entre ellas las relacionadas con la higiene, el acceso a equipamientos sanitarios o duchas y a la asistencia médica, la comida (Es suficiente y de buena calidad?, preguntó la Fiscalía), las actividades recreativas y culturales o las visitas de familias o amigos.
Recuerda España que sólo si protagonizan incidentes violentos especialmente graves, los internos pueden quedar encerrados en una celda de aislamiento, pero siempre supervisado por el equipo médico, autorizado por el director de la prisión y comunicado al juez de Vigilancia Penitenciaria.
También intenta tranquilizar a la Fiscalía belga el hecho de haberla informado de que la comida responde a las exigencias dietéticas de los presos, edad, salud y costumbres; que pueden ir al gimnasio, en la biblioteca y en talleres y que los reclusos realizan vida en común con otras unas ocho horas diarias.
Garantizan también las autoridades españolas una asistencia médica primaria, pero también la especializada en la red pública sanitaria, así como su derecho a la defensa facilitando el acceso a sus abogados y su integridad física con medidas de seguridad interior para evitar agresiones