Conjura para una candidatura que vaya más allá de Junts per Catalunya para las elecciones del próximo 12 de mayo. El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha protagonizado este martes en Perpinyà (Catalunya Nord) la presentación del Acord del Vernet, un acuerdo con siete partidos que lo acompañarán en una lista que el también eurodiputado quiere que traspase las fronteras de su formación. En concreto, se han sumado Demòcrates (liderado por Toni Castellà), Moviment d'Esquerres, Acció per la República, Estat Català (lo preside el exdirigente de ERC, Josep Andreu), Reagrupament, Alternativa Verda y Joventut Republicana. Después de la firma, Puigdemont ha hecho una declaración donde ha celebrado la "suma de partidos y grupos que se añaden al llamamiento para construir un proyecto que gobierne y lidere sin dejar ninguna carpeta de lado". Ya en modo electoral, en un claro reproche a Esquerra Republicana, el president en el exilio ha defendido un ejecutivo que "no salga renunciado de casa o que no se autoimponga límites a sus ambiciones". "Nos proponemos una iniciativa donde la gente pueda ver esta voluntad de no tener límites ni complejos", ha afirmado, en la línea de trabajar para "acabar el trabajo" de octubre del 2017 y "haciéndolo mejor".
En esta línea, Puigdemont ha añadido que el acuerdo presentado —donde ha querido agradecer la "voluntad de sumar desde la identidad de cada uno"— este martes tiene que responder al criterio de "dotarse de un Govern solvente, ambicioso, que mire de tú a tú al Estado y que no se deje ninguna carpeta sin tocar". "También somos conscientes de que no se trata solo de ofrecer un buen Govern, a veces hay gente que se conformaría con eso, pero también hay que recuperar la autoestima y la ambición nacional para hacer el trabajo que dejamos a medias sin ningún tipo de complejos", ha señalado el eurodiputado. Puigdemont ha querido destacar a lo largo de su discurso que un país "no avanza si hay un Govern rendido desde casa": "Se puede salir rendido desde casa por no tener ideas ni proyecto, por no tener que incomodar más de la cuenta o por no hacer valer los intereses de los catalanes por encima de los intereses del partido que gobierna en España, pero todo ello conduce a la misma rendición y ni una ni la otra estarán capacitadas para esta etapa histórica después de la letargia, el paréntesis, la represión y la rendición". Por eso, el president en el exilio ha apelado a "rehacer el trabajo compartido entre las todas fuerzas democráticas" que prepararon el 1 de octubre.
Paralelamente, el president Puigdemont también ha cargado contra el PSC y el PP: "Los costes de la dependencia con el Estado son elevadísimos e insostenibles, y que sistemáticamente —año tras año— los partidos que gobiernan en España, sea el partido de Illa o de Fernández, dejan tirados a ocho millones de personas y, al mismo tiempo, sobrealimentan la economía de Madrid". "Eso solo puede ser contestado y combatido desde Catalunya y con una actitud de firmeza que nadie que tenga las manos atadas al Gobierno puede tener", ha proclamado. El líder de Junts ha criticado, también, que el Estado "no haya hecho ninguna propuesta a lo largo de estos años durísimos": "Ninguno ha desmentido que lo mejor para el futuro de Catalunya es un país independiente. Solo nos ofrecen resignación y conformidad, y ha quedado claro que lo único que puede asegurar nuestro futuro y bienestar es la independencia". El político gerundense ha culminado su discurso sosteniendo que el gobierno de un país "tiene el deber moral de trabajar para tener recursos, competencias y para que cuando los ciudadanos miren al Govern con cara de pregunta, encuentren respuestas y explicaciones".
El acuerdo con otras formaciones
De nuevo, en la escenografía del lugar de la firma ha dominado el azul oscuro (y no el turquesa, que es el color de Junts), reforzando la imagen de una "lista de país". Las ocho personas que han firmado el manifiesto son Jordi Turull (Junts), Toni Castellà (Demòcrates), Oriol Izquierdo (Acció per la República), Teresa Garcia (Moviment d'Esquerres), Enric Solé (Reagrupament), Pep Andreu (Estat Català), Dolors Borau (Alternativa Verda) y Agnès Serra (Joventut Republicana de Lleida). Tanto el secretario general de Junts como el propio Puigdemont ya apuntaban días antes que la idea era hacer una candidatura que fuera más allá del partido, lo que toma forma con el acuerdo de este martes. Concretamente, en la conferencia del pasado jueves en Elna, el president en el exilio defendió una candidatura unitaria: "Creo que no me equivoco si afirmo que la mayoría de nosotros compartimos la idea de que la mejor propuesta para corresponder a las esperanzas de la gente y poder batallar con la máxima fortaleza en todos los frentes sería una candidatura unitaria. [...] Desde la experiencia de Junts pel Sí, no ha habido nunca más ninguna otra propuesta política tan estimulante, tan movilizadora y tan poderosa como esa. [...] Por eso nunca he dejado de pedir unidad, a riesgo de quedarme predicando en el desierto, porque cuando más hemos avanzado ha sido justamente cuando más unidos hemos ido".
De hecho, el manifiesto del Acord del Vernet establece que este se produce por la "necesidad de construir un frente de país lo más amplio posible, para recuperar la iniciativa política y situar a Catalunya en una posición óptima para culminar los retos que el país inició en octubre de 2017". Las ocho formaciones firmantes del texto consideran que "el movimiento independentista tiene que volver a la estrategia ganadora" del 1-O y que "Catalunya no se puede permitir otra etapa de desunión y de luchas intestinas que no hacen más que allanar el camino de sus adversarios". "Solo tendremos posibilidad de ejercer de forma efectiva la autodeterminación si somos capaces de organizarnos de manera solidaria, y desde la generosidad, construyendo un frente que acoja a todas las sensibilidades que integran el movimiento de liberación nacional", defienden. Finalmente, el manifiesto enfoca las elecciones del próximo 12 de mayo como una elección "entre los que quieren acabar el trabajo de hundir la nación convirtiéndola en una región más de España y los que queremos acabar el trabajo que empezamos para que Catalunya sea reconocida en el concierto de las naciones independientes del mundo".
Un ejemplo reciente es el caso de la candidatura de Xavier Trias para las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, cuando concurrieron con la marca 'Trias per Barcelona' y, en el seno de la coalición, estaba Junts, el extinto PDeCAT, Demòcrates y Moviment d'Esquerres. Por otra parte, se repite para estos comicios el acuerdo con el partido de Toni Castellà y MEScat, que ya formaron parte de las listas de las elecciones al Parlament del 14 de febrero de 2021 y de las del Congreso, del 23 de julio de 2023.
Para comunicar una coalición, el plazo máximo es el sábado 30 de marzo a las 14 horas. De hecho, es un trámite que se puede hacer ante la Junta Electoral Provincial correspondiente desde el 20 de marzo. A partir de aquí, los partidos y coaliciones deberán presentar las candidaturas ante el órgano electoral del 3 al 8 de abril como plazo máximo. A lo largo de estos días, los comités y asambleas de Junts a escala comarcal, veguerial, sectorial, ideológico (de izquierdas, socialdemócrata y liberal) o la Joventut Nacionalista de Catalunya elaboran sus propuestas de cuatro nombres para configurar las listas para el 12 de mayo. La semana clave será después de Semana Santa, ya que Junts celebrará el sábado 6 de abril un consejo nacional para aprobarlas. Lo que es seguro es que Puigdemont liderará el ticket electoral por Barcelona, mientras que Mònica Sales lo hará por Tarragona; Salvador Vergés, por Girona, y Jeannine Abella, por Lleida. El president en el exilio avisaba el jueves pasado que tiene claro que su candidatura "deberá ir más allá del partido" y que deberá incorporar a "perfiles y apoyos procedentes de otros sectores": "Al plantel de gente solvente que ha ido adquiriendo experiencia en estos últimos años, se le tienen que seguir incorporando nuevos referentes y nuevos valores que sean capaces de devolver a los ciudadanos la confianza que deben tener en las instituciones catalanas".