El president en el exilio, Carles Puigdemont, se ha mostrado indignado después de que la directora del CNI, Paz Esteban, ha dicho en la comisión de secretos oficiales que espiaron a su entorno y a su familia con autorización del Tribunal Supremo. Puigdemont considera que la cuestión de la autorización judicial no resuelve el escándalo y ha recordado que la mayoría de personas de su entorno no están en ninguna causa judicial, sino que han sido espiados para atacarlo a él. Ha concluido que "España es una amenaza para la democracia". "Queda claro que España es un Estado carcomido por todas partes. Una pseudodemocracia que considera lícito tener bajo espionaje total (privacidad incluida) a personas que son independentistas o que simplemente son parte de mi entorno", ha indicado.

Según Puigdemont, esta manera de actuar es delito aunque se realice con permiso judicial, porque supone una persecución política. "Mi entorno ha sido infectado por Pegasus. Eso está demostrado de manera irrefutable. Sólo los terraplanistas pueden negarlo. Si el CNI ha utilizado este software, ha cometido un delito muy grave. La mayoría de personas de mi entorno no están en ninguna causa judicial, y en ningún caso entran en ninguno de los supuestos en que un Estado puede limitar derechos fundamentales. Han sido espiados con el fin de poder espiarme a mí sin violar en apariencia mi inmunidad. Pero la han violado. España es una amenaza a la libertad; se permite espiar a mi familia y a mis colaboradores sólo porque los molesta mi libertad de acción europea", ha añadido.

 

El abogado y diputado de Junts Jaume Alonso Cuevillas ha manifestado que algunos del llamado "entorno de Puigdemont" son sus abogados, y qye si un juez ha autorizado que los espiasen "es gravísimo".

El Centro Nacional de Inteligencia espió al independentismo catalán, con una autorización judicial del Tribunal Supremo. Según fuentes conocedoras, esta es la versión que ha dado la directora del CNI en la comisión de secretos oficiales. Eso sí, Paz Esteban ha rebajado la lista a sólo 18 dirigentes independentistas, entre los que hay el president Pere Aragonès y el entorno del president Carles Puigdemont en Waterloo. Se encuentra muy lejos del informe de 65 políticos, activistas, abogados y periodistas catalanes y vascos que Citizen Lab ha acreditado que tenían el teléfono infectado con el programa Pegasus. Y quedan muchas incógnitas en el aire: ¿quién espió al resto de independentistas? ¿Y al presidente español Pedro Sánchez y a la ministra Margarita Robles? El PSOE y la oposición española han salido muy satisfechos; todo lo contrario del independentismo.

La comparecencia a puerta cerrada ha empezado a las nueve de la mañana y ha durado más de tres horas, con presencia de dos de los espiados con Pegasus: los diputados Míriam Nogueras, de Junts, y Albert Botran, de la CUP. Antes se ha procurado que los portavoces de los diferentes partidos dejaran los móviles en taquillas y se ha efectuado un barrido electrónico, para evitar grabaciones. Sólo se les ha permitido tener papel y bolígrafo. Según diversos de los portavoces presentes en la comisión de secretos oficiales, buena parte de la comparecencia se ha centrado prácticamente en el CatalanGate.