La respuesta no será binaria, sino una explicación política. El president, Carles Puigdemont, contestará al requerimiento que le ha hecho llegar el gobierno español insistiendo en la oferta de diálogo, pero sin hacer marcha atrás en la voluntad de tirar adelante la independencia, según ha podido saber El Nacional. Esta es la conclusión de la maratón de reuniones que ha mantenido el president a lo largo del día de hoy, como resultado de las cuales se han recogido las líneas generales de la réplica al requerimiento que le ha hecho llegar el Estado, el paso previo a la activación del artículo 155 de la Constitución.
El Govern tiene hasta el lunes a las 10 de la mañana para enviar su respuesta. Lo hará por burofax, al igual que recibió el requerimiento, y no se limitará a reenviar la intervención del president ante el Parlament y la declaración de independencia posterior que firmaron los diputados, tal como se había planteado en un primer momento. El requerimiento del gobierno español pide saber de manera precisa si en el Parlament el martes pasado se declaró o no la independencia de Catalunya.
Reunión informal de Govern
Puigdemont ha convocado este viernes una reunión informal del Govern para escuchar la voz de los consellers. Lo ha hecho después de que el martes pasado, los miembros del Consell Executiu ya se pronunciaron y sólo la titular de Ensenyament, Clara Ponsatí, se posicionó en contra de la suspensión de la declaración de independencia que, según algunas fuentes, se llegó a votar.
Después de este pronunciamiento tan claro, en el entorno del president había provocado cierta sorpresa que desde la filas de ERC se oyeran voces responsabilizando el martes por la noche a Puigdemont de la decisión de suspender la declaración de independencia, ocho segundos después de pronunciarla. Pero también entre los republicanos provocó malestar la actitud de la líder del PDeCAT, Marta Pascal, que dejó claro que no se comprometería a firmar la declaración hasta conocer el texto, aunque aseguran que había sido previamente pactada.
A pesar de este preludio, fuentes del ejecutivo aseguran que la reunión informal del Govern ha servido para constatar la cohesión de los consellers en torno a la respuesta que prepara Puigdemont.
Múltiples reuniones
A lo largo del viernes, las reuniones han continuado, con los presidentes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart -que el lunes estarán subiendo las escaleras de la Audiencia a la misma hora que el burofax de Puigdemont enfile el camino hacia la Moncloa; con los responsables del grupo parlamentario de JxSí, Lluís Corominas y Marta Rovira además del independiente Lluís Llach; con la coordinadora del PDeCAT; y con los representantes de la CUP. Las reuniones han sido constantes y variadas, y también han participado consellers.
La conclusión de todo ha quedado recogida en unas líneas generales a partir de las cuales el president acabará de cerrar la respuesta. Este sábado, habrá pronunciamientos públicos de las entidades soberanistas y el domingo, día en que se conmemora el fusilamiento del president Lluís Companys, serán los máximos responsables del Govern los que harán intervenciones públicas. Esperando la respuesta definitiva que, posiblemente, se cerrara el lunes a primera hora de la mañana con las últimas consultas de Puigdemont a su gobierno y colaboradores.
Mientras el hervir de reuniones se sucedía dentro del palau de la Generalitat, más allá de la plaza de Sant Jaume continuaban las presiones sobre el president. Las de sus aliados, con pronunciamientos previos de la ANC y la CUP pidiendo el levantamiento de la suspensión de la declaración de independencia, pero también del Estado.
Efectos económicos en España
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha vuelto hoy a la sala de prensa de la Moncloa para advertir a Puigdemont, que se están creando las condiciones para que haya recesión en Catalunya. También hoy desde Washington el ministro de economía, Luis de Guindos, ha alertado de que la crisis política no saldrá gratis. De Guindos, que asiste a la Asamblea Anual del FMI, ha informado de que rebajará las previsiones de crecimiento de España por debajo del 2,6%.
El frente económico que el ejecutivo español está atizando contra el desafío independentista empieza a hacer sentir sus efectos también en el resto del Estado. Esta es una de las estrategias del independentismo. Ganar tiempo equivale a hacer que esta herida se haga sentir cada vez con más evidencia en la economía española y demuestre que los envites contra las empresas catalanas y el discurso para atemorizar el dinero no sale gratis al Estado.