El president, Carles Puigdemont, insiste en mantener la presión sobre el Gobierno de Mariano Rajoy para que "se retiren todos los elementos que impiden la normal celebración del pleno de investidura".

Después de reunirse con el presidente del Parlament, Roger Torrent, en Bruselas, Puigdemont no ha desvanecido las dudas sobre cómo se tendrá que hacer el debate previsto para el próximo martes pero ha aconsejado que nadie descarte que se pueda celebrar "en las condicions óptimes, todos allí".

"Hay muchas posibilidades. La real, la presencial, es la que querríamos todos, y hay condiciones para que se produjera", ha asegurado, siempre insistiendo en que hay muchas vías y que ninguna está descartada.

"No puedo ser más explícito que eso", ha asegurado ante de las reiteradas preguntas sobre la manera como se tiene que llevar a cabo la investidura. Eso sí, ha insistido que el objetivo es que el Parlament pueda debatir, que el debate refleje el resultado de las elecciones y que todo contribuya a la restauración de aquello que el 155 ha anulado.

Cuando un periodista le ha señalado que, apelando a la separación de poderes, el gobierno español no puede interceder en el poder judicial, Puigdemont ha advertido que "la vicepresidente dejó claro quién había decapitado el movimiento independentista, lo dijo con nombres y apellidos, Mariano Rajoy".