El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha recordado en un tuit el décimo aniversario de la consulta del 9-N, que ha calificado "de una respuesta contundente a décadas de menosprecio a la voluntad democrática del pueblo catalán". El president también ha tenido unas palabras sobre el papel del Estado español en la consulta del 2014, y ha ironizado diciendo que "como es tradición, lo sabe todo el mundo y es profecía", España no escuchó y respondió con represión".
Puigdemont ha aprovechado los 10 años de la consulta para hacer balance, dice, de la demostración de que el Estado tiene "sus costuras rotas desde entonces", y que en una década de sucesivos gobiernos españoles "no solo no han reparado el error histórico que cometieron con el Estatuto" sino que en palabras del president "se han encargado de demostrar que no tienen ninguna propuesta para el futuro de nuestro país".
Según el líder de Junts, lo único que saben hacer es quedarse en el eufemismo de la "normalidad", para no tener que decir que "es lo que hay, y todavía gracias".
En el seno del independentismo, se ha celebrado la conmemoración de los diez años de la celebración del 9-N, con un mensaje de "gran victoria colectiva", de primer paso cabe al que sería finalmente el 1 de Octubre, pero sin olvidar la represión sufrida por los impulsores de la consulta soberanista.
El president del Parlament de Catalunya, Josep Rull, lo ha calificado de la "primera gran victoria que generó una esperanza colectiva en torno al derecho a decidir y el derecho a la autodeterminación", y como la semilla "que hizo posible el 1 de octubre". Desde de ERC, la expresidenta del Parlamento, Carme Forcadell, también ve el 9-N como "una gran victoria y como el antecedente del 1-O", pero ha recordado también "la represión del Gobierno que inhabilitó el president Mas y tres consellers" por una votación que "no fue un referéndum, que no era vinculado y cabía en la Constitución".
Desde las entidades civiles independentistas, el Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha querido valorar una década después de la consulta del 9-N, que esta se impulsó gracias a "la organización y la presión popular, sin pedir permiso", para reafirmar el mensaje de la entidad que esta es la única vía posible porque "es la que nos llevó al 1-O y que nos tiene que llevar a la independencia".