Carles Puigdemont ha aprovechado el debate sobre el estado de la Unión Europea de este miércoles en Estrasburgo para dirigirse directamente a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. El eurodiputado de Junts ha hecho alusión a las palabras de la presidenta donde ha afirmado que existe una lucha entre la democracia y la autocracia, "esta es la batalla de verdad", además ha añadido que "hay que renovar la democracia". Ha recordado así las amenazas que vienen de fuera, "desgraciadamente Usted ha olvidado las amenazas internas", ha reclamado a Von der Leyen. Puigdemont ha reprochado a la presidenta que "en ningún momento nos ha recordado que la democracia no tiene que espiar a su ciudadanía, a los políticos, a los periodistas, a los activistas, tal como sucede, entre otros lugares, en el estado español".
Puigdemont ha asegurado que se tienen que respetar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero también ha reprochado que "el 61% de estas sentencias no se respetan en el estado español". Puigdemont ha reclamado que se tiene que luchar contra el autoritarismo, aunque defiende que eso se hace reforzante la democracia desde dentro, ha lamentado, pero que "no es nada fácil cuando los comisarios se hacen fotografías con la extrema derecha y rechazan entrevistarse con eurodiputados espiados".
Los eurodiputados catalanes han reprochado a la presidenta de la Comisión Europea, la falta de respuesta por parte del ejecutivo y el resto de instituciones europeas en relación con el CatalanGate. Por su parte, el eurodiputado de ERC, Jordi Solé, ha pedido "coraje" a la presidenta de la Comisión para que en la Unión Europea se defiendan derechos fundamentales. Solé, por su parte, ha recordado que los valores de la Unión Europea dentro de los estados miembros "no se pueden dar por supuestos". "Aquí también es necesario defender cada día los derechos fundamentales; en algunos países hemos sido espiados a través del móvil, como me ha pasado a mí, y eso es un problema", ha manifestado.
La UE amenazada desde dentro
Este mismo lunes, Puigdemont ya avisó en el Parlamento Europeo por el caso Pegasus en un debate al pleno sobre el espionaje en Grecia con el software israelí, donde instaba a las autoridades comunitarias a "reaccionar". "Si no reaccionamos con Pegasus, nos encontraremos con que bajo la excusa de la seguridad nacional se acabará la seguridad jurídica y, como consecuencia, nuestra democracia se verá debilitada", advirtió. En esta ocasión la Comisión se mostró a favor del discurso de Puigdemont. El eurocomisario de Justicia, Didier Reynders, pidió este lunes a las autoridades y los tribunales de los estados miembros "utilizar todos los poderes" para investigar los escándalos de espionaje con el software israelí. Aparte, insistió en la idea de que solo se pueden interceptar comunicaciones cuando "la seguridad nacional está en peligro". Pero ni incluso así: "La simple referencia a la seguridad nacional no es suficiente". "Tiene que basarse en elementos concretos e importantes", ha precisado, mientras ha reiterado que los 27 tienen que supervisar y controlar sus sistemas y servicios de seguridad para que respeten completamente la legislación europea".
En el debate sobre el estado de la Unión Europea de este miércoles si ha tratado el estado de derecho, que se ha debatido por las formaciones políticas. Una de las más contundentes ha sido la portavoz de los socialistas S&D, Iratxe García, quien ha apuntado que el estado de la democracia europea "parece tan frágil como la economía". "Algunos estados miembros como Hungría se han convertido en autocracias, mientras que partidos fascistas ganan bastante en Italia; es preocupante", ha manifestado. En este sentido, García ha acusado la actitud de algunos partidos de "normalizar" la entrada de la extrema derecha a las instituciones y les ha pedido que rectifiquen.
De hecho, el Parlamento Europeo tiene previsto debatir este miércoles sobre el cumplimiento de los valores europeos en el país. En relación con este tema, el portavoz del grupo Renew, Stéphane Séjourné, ha asegurado que la Unión Europea se equivocó permitiendo su entrada al club comunitario y ha añadido que "no se puede dar un céntimo más" al primer ministro húngaro, Viktor Orbán.