Ningún margen de decisión para acordar entre todos los españoles si quieren vivir en un estado monárquico o republicano. Si Catalunya no pudo celebrar un referéndum por decidir sobre su futuro, es (previsiblemente) de cajón que tampoco España podrá abrir el debate sobre Monarquía o República.
Así lo ha denunciado hoy el president Carles Puigdemont, que se ha lamentado en un mensaje en Twitter que "preguntar, cuestionar o votar son ahora actos de terrorismo, rebelión y sedición", después de ver como en estos últimos meses la justicia española ha ido acusando y encarcelando diferentes políticos por rebelión sólo para dejar que los catalanes puguessin decidir su futuro de forma pacífica. De hecho, incluso la Fiscalía se atrevió a acusar de un delito de terrorismo uno miembro de los Comités de Defensa de la República (CDR) por los cortes en algunas carreteras catalanas durante la Semana Santa y, el más surrealista, por haber encontrado en casa suya una captura de Google Maps, caretas de papel y un silbato amarillo.
Precisamente por todo eso, Puigdemont se ha lamentado de que ahora parezca imposible poder decidir sobre nada en el Estado español, pero ha querido subrayar que "la mejor garantía para conseguir la República española es dar apoyo a la catalana", al mismo tiempo que ha recordado que el 77,9% de los catalanes suspenden la Monarquía y, lo que es más, un 60,3% la puntúan con un cero.
El presidente, además, se lamenta de que no haya ningún dato sobre el cual opina la ciudadanía española en relación a la Monarquía o República desde el 2015, mientras que el Centro de Estudios de Opinión (CEO) lo pregunta oleada tras oleada.
De hecho, en Catalunya cada vez ha caído más la valoración sobre la Casa Real.
Y no sólo eso. La monarquía española es la institución peor puntuada por los catalanes, que le dan sólo un 1,82% de su confianza, a diferencia del Parlament, las Universidades, los Mossos d'Esquadra o los medios de comunicación.