El presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha hecho un llamamiento este miércoles a la "serenidad" y al diálogo para "no escalar un conflicto sobre los lazos amarillos". Así lo ha comunicado a través de un vídeo publicado en su cuenta de Twitter, donde recomienda "no caer en provocaciones" delante de "todos los que han diseñado una escalada de confrontación". "Sólo alimentan actitudes radicales que dificultan el necesario diálogo entre las partes", alerta.
Puigdemont ha asegurado que en las calles de Catalunya caben "todas las expresiones" y ha pedido a los ciudadanos no hacer "nunca ninguna concesión a la violencia ni a la censura". "Sería una grave irresponsabilidad alentar una confrontación social con la finalidad de interferir en el clima necesario que tiene que acompañar todo momento de diálogo", ha apuntado.
Hago un llamamiento a no escalar un conflicto sobre los lazos amarillos. A todos los que han diseñado una escalada de confrontación les tenemos que hacer frente con serenidad, sin caer en provocaciones que sólo alimentan actitudes radicales que dificultan el necessàri diálogo entre las partes. pic.twitter.com/LLWWs7WHXn
— Carles Puigdemont (@KRLS) 29 de agosto de 2018
El líder de Junts per Catalunya ha asegurado que las "discrepancias" que mantienen con el Estado "no estarán nunca por encima" de la voluntad de favorecer la convivencia en Catalunya. Pero ha añadido que esta voluntad "es y tiene que ser compatible" con la libertad de expresión.
Delante de este escenario, Puigdemont ha reivindicado el "diálogo" como "deseo mayoritario". Ha advertido que la Generalitat "no abdicará de sus competencias", y ha subrayado que "como siempre" quiere que la "racionalidad democrática" y la "cooperación" sean el camino para resolver los problemas. Por eso ha propuesto "dialogar en el ámbito que sea más oportuno".
Finalmente, el presidente en el exilio ha afirmado que todo el mundo que tiene "responsabilidad" se tiene que implicar "sin ambigüedades ni vacilaciones" en la condena de "todo acto de violencia que persiga coartar la libertad de expresión de los otros". Y ha considerado que sería "una grave irresponsabilidad" alentar una confrontación social para "interferir" en el clima "necesario que tiene que acompañar todo momento de diálogo".