Al día siguiente de que el Parlamento Europeo haya levantado la inmunidad de Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín, el presidente en el exilio está convencido de que a pesar de haber perdido la batalla parlamentaria, la "batalla política se está ganando". Para Puigdemont, el hecho de que "a pesar de las injerencias españolas" el 42% del Parlamento haya votado en contra es una señal que constata que el caso catalán ha resonado más allá de las fronteras y, por lo tanto, "una victoria".
"Hemos conseguido que haya relevancia política en el voto del suplicatorio y eso quiere decir que ya no es un asunto interno. Es eso lo que queríamos hacer: introducir el conflicto catalán en la política europea", ha reafirmado el ahora eurodiputado en una entrevista en Catalunya Ràdio.
Para Puigdemont, ahora sigue la carrera judicial que hace años que juegan y considera que el hecho de que la causa llegue al TJUE es una buena noticia. A su entender, en Estrasburgo podrán luchar en igualdad de condiciones —no como en la Eurocámara, "donde el Estado español presiona"— y se podrá reparar "la reputación del Parlamento Europeo y el daño a la democracia europea, que hoy está un poco más débil que ayer."
De hecho, los eurodiputados ya habían pedido en hasta 30 ocasiones que la cuestión llegara a los tribunales europeos, donde alegarán que el caso es una "persecución política". Su defensa ya se prepara para una batalla judicial de un año en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea antes de enfrentarse a la euroorden en Bélgica y Escocia.
El nuevo Govern
Con respecto a la formación de un nuevo Govern a la Generalitat, Puigdemont ha reivindicado que Junts tendría que tener "por lógica" la presidencia del Parlament. Según ha explicado, en estos momentos los equipos negociadores de ERC y Junts están trabajando para "restaurar las bases de sus relaciones" y ha advertido que hace falta un ejecutivo capaz de "hacer frente a la crisis económica y social de la Covid, a la lucha antirepresiva y a la resolución del conflicto político con la amnistía y la autodeterminación".
En lo que no tiene esperanzas es en las relaciones del nuevo Govern con el Estado, una cuestión en que Puigdemont se ha mostrado una vez más escéptico. El presidente ha reiterado que tanto si gobierna el PP como el PSOE "continúa la represión" y ha considerado que la mesa de diálogo es "retórica vacía y gesticulación inútil".
En este sentido, ha pedido que se abandonen las palabras y empiecen los hechos, ya que para él, ahora mismo no hay una mesa donde haya "realmente diálogo y negociación". "El independentismo tiene que luchar por no caer en la fantasía y ficción que vende el Estado", ha pedido.