"No se aprobaba el informe de gestión por unanimidad ni en la época de Convergència": esta frase es un reflejo del nivel de euforia de un peso pesado de Junts per Catalunya después de que los delegados aprobaran sin ningún voto en contra la gestión de Jordi Turull i Laura Borràs al frente del partido. Pero también resume a la perfección lo que ha sido el congreso del partido de este fin de semana en la Fábrica Llobet-Guri de Calella (Maresme). Sin sustos, todo trabajado y sin ruido, Puigdemont y Turull han presentado y presentado a una ejecutiva nacional formada por dirigentes próximos a los ya dos máximos dirigentes orgánicos del partido. De hecho, las ponencias se han aprobado con más del 93% de los apoyos y la nueva ejecutiva con el 90,18% de los votos de la militancia -43% de participació-. Lejos queda el congreso de Argelers y las pugnas entre los borrasistas y turullistas. "Somos un partido arreglado y hemos venido aquí a llegar a acuerdos", decía el presidente de la mesa del congreso, Josep Lluís Cleries, después de que el pleno del cónclave aprobara la ponencia de organización sin que sacara adelante las enmiendas más críticas.
Puigdemont, en su discurso ante invitados VIP, ha hecho un llamamiento a pasar a la ofensiva y a jugar el partido ante la hegemonía institucional del PSC. El presidente de Junts ha reivindicado que su partido tiene que ser el partido que ocupa la centralidad del país, que "tiene que anticiparse y adaptarse". "Estamos en un proceso de apertura. Hoy la empezamos. Nos tenemos que abrir más, convencer a más gente e impulsar una línea de país a través de la nación, el progreso, la libertad y la independencia", ha insistido el líder de Junts, que también se ha conjurado en convertir Junts en "la herramienta" que representó Junts pel Sí en el 2015.
Un equipo hecho a medida y de tradiciones políticas muy diferentes
Puigdemont y Turull han confeccionado un equipo en el cual más de la mitad son caras nuevas, con dirigentes que provienen de diferentes tradiciones políticas. Nombres que vienen de Convergència o que reivindican su legado político, como el mismo Turull o los exconsellers Giró, Alsina y Cervera; dirigentes que provienen de Unió Democràtica, como Antoni Castellà; miembros que vienen del mundo municipal y de partidos municipalistas, como Jaume Casañas, presidente de Impulsem Penedès y uno de los veteranos convergentes de la veguería penedesenca; nombres que provienen de la izquierda, como Ennatu Domingo, Oriol Izquierdo, Xavier Vinyals y Assumpta Cros; o independientes como Anna Navarro; o nombres que tienen una relación directa con el exilio y el Consell de la República, como Teresa Vallverdú. ¿El objetivo? Convertirse en un partido que pueda llegar a los votantes de diferentes sensibilidades y hacer de Junts una formación independentista en la cual quepan catalanistas.
Además, el congreso también tiene que servir para iniciar la proyección de nuevos liderazgos, que ya han ido ganando peso en los últimos meses. Un ejemplo es que hay dos vicepresidencias que recaen en Míriam Nogueras y Mònica Sales. Las portavoces parlamentarias en Madrid y en el Parlament han ido cogiendo peso. La primera, con Junts siendo clave en la gobernabilidad de España; la segunda, asumiendo la coordinación del partido en el Parlament de Catalunya. Pero los dirigentes jóvenes que se quieren proyectar tampoco se quedan aquí. Salvador Vergés, Jeannine Abella y Ariadna Urroz también ganarán poco a poco galones. Una de las novedades de la nueva dirección es que cada miembro tendrá una responsabilidad sectorial, como hace el PSC y Esquerra Republicana.
Precisamente, de la dirección del partido han caído todos los afines a la ya expresidenta de Junts, Laura Borràs -ella será miembro nata como presidenta de la fundación del partido-. Borràs se despedía de la presidencia del partido con reproches al mundo de la política, con una frase que lo resume a la perfección: "Tengo ganas de sentirme más libre. A partir del lunes, recupero la libertad de trabajar sin el peso de la responsabilidad, para hacer aportaciones a favor de la independencia".
La nueva estrategia de Junts: seguir apretando en Madrid, entrar en choque con el Govern de Illa y rebajar tensiones con ERC
¿Pero todo para qué, cómo, con qué ideas y con qué objetivo? Y de eso se trataban las ponencias de estrategia y de Model de País. El final del camino claro está: recuperar la Generalitat y asolir la independencia. La estrategia que marca Junts avala claramente la que hasta ahora ha aplicado en el Congreso de los Diputados: "Las relaciones con el Estado español son inevitables teniendo en cuenta el contexto político que vive el independentismo". Junts apuesta por seguir una línea estratégica clara, manteniendo la "tensión" de los gobiernos de Pedro Sánchez y Salvador Illa y conjurándose para utilizar sus votos en el Congreso para conseguir conquistas y que no sea "a cambio de nada". Una de las transacciones que se han hecho es la de incorporar la unilateralidad al redactado, para dejar claro que, si la negociación con el estado "no da frutos o se alarga de manera estéril", no renuncian "a la plena independencia" De hecho, se ha tumbado una enmienda que pedía romper el Acuerdo de Bruselas. Por eso, fijan varias condiciones para que Junts forme parte de una negociación en Madrid: "acabar con la represión, acordar medidas que reconozcan la plurinacionalidad y conseguir competencias reales para que Catalunya pueda abordar las grandes cuestiones que afectan a la seguridad y el bienestar de las personas".
Junts per Catalunya se quiere centrar en el choque con el Govern de Salvador Illa, y Jordi Turull dio una pequeña muestra en el inicio del congreso de este fin de semana. Lo hizo no con la independencia, sino con problemas de día a día de la ciudadanía: "El Ajuntament de Martorell -gobernado por Junts- ha hecho más viviendas de protección social que todo el Ajuntament de Barcelona. Por lo tanto, lecciones de política de vivienda hacia la gente de Junts, cero. Si el Ajuntament de Barcelona, en proporción, hubiera hecho los pisos que ha hecho Martorell, no habría problema de vivienda".
Pero por todo ello, el partido liderado por Carles Puigdemont tendrá que reconducir las relaciones con Esquerra Republicana, que tendrá que escoger liderazgo a finales del mes de noviembre. De hecho, la estrategia con los republicanos es clara: "rebajar las tensiones". En este sentido, plantean la creación de una sociedad paraguas del independentismo para reagrupar sinergias y para poder trabajar para la independencia de nuestro país, independientemente del Consell de la República. "Lo tendría que impulsar la sociedad civil y serviría para aglutinar los diferentes agentes", aseguran fuentes de Junts.
Las políticas que quiere impulsar Junts para ocupar la centralidad
Una estrategia siempre va acompañada de ideas y el objetivo de estas, para Junts, es ocupar la centralidad política. Precisamente, el alcalde de Calella, Marc Buch, mientras daba la bienvenida a los congresistas ponía un elemento sobre la mesa: "El centro es donde hay el equilibrio y donde cabe más gente. Junts tiene que ser un partido previsible y de fiar. Si la gente confía en nosotros, volveremos a gobernar. Por eso, hace falta que nuestro partido determine claramente nuestros objetivos". En esta línea, Junts, en su ponencia de Model de País, deja claro qué líneas seguirán en las principales problemáticas de Catalunya.
Los juntaires plantean abanderar la carpeta de la fiscalidad -con Jaume Giró llevando esta carpeta en la ejecutiva- y apuestan por revisarla y aplicar una "reducción justa" de los impuestos de sucesiones y de patrimonio, la deflactación de todos los tramos del IRPF y la revisión del impuesto de sociedades a las pequeñas y medianas empresas. Aparte, consideran que hace falta revisar el impuesto de actividades económicas (IAE), así como "regular mejor" el modelo de trabajo autónomo por medio de una fiscalidad más progresiva y de bonificaciones a la emprendeduría "repensando las cuotas mensuales en la Seguridad Social". También quieren aplicar una reducción del IVA cultural.
La ponencia hace referencia a la inmigración y al aumento de la extrema derecha y propone crear una Agencia Catalana de Inmigración que se encargaría tanto de "la fijación de cuotas" como de "las condiciones de llegada, acogida e integración de los recién llegados". El texto inicial también impugnaba a "la hegemonía del pensamiento woke", un concepto que se ha acabado transaccionando y sustituyendo por "pensamiento buenista" o "demagógico". En clave de vivienda, después del debate en ponencia Junts ha incluido el texto la apuesta por una estrategia nacional para la emancipación, así como la necesidad de aumentar ayudas y bonificaciones fiscales. El texto definitivo también plantea la aprobación de una ley de veguerías, explicita el compromiso con la incorporación de más personas con discapacidad en las listas electorales y expresa la intención de impulsar concejalías de política lingüística en los ayuntamientos donde se pueda.
¿Cómo quedan los otros cargos a Junts?
Los militantes también han escogido el resto a cuadros del partido, entre los cuales la Mesa de la comisión de garantías, el defensor del militante, el presidente del Espacio Municipalista, la mesa del consejo nacional del partido y los equipos de veguería encabezados por su presidente.
- Josep Pagès, presidente de la comisión de garantías
- Marcel Pedrós, defensor del militante
- Josep Maria Vallès, presidente del Espacio Municipalista
- Pilar Calvo, presidenta del Consejo Nacional
- Quim Calatayud, presidente de la veguería de Tarragona
- Joan Ramon Casals, presidente de las comarcas de Barcelona
- Xavier Vidiella, presidente de la veguería del Penedès
- Clàudia Roig, presidente de exteriores
- Anna Feliu, presidente de la veguería de Lleida
- Felip Montclús, presidente de la veguería de las Terres de l'Ebre
- Ricard Pérez, presidente de la veguería del Pirineo y Arán
- Maria Ànegls Planes, presidenta de la veguería de Girona
- Joan Rodríguez, presidente de la veguería de Barcelona
- Rosa Vestit, presidenta de la veguería de la Catalunya Central