El escenario, el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat. La hora, las 10 de la mañana de este viernes. Será cuando el president, Carles Puigdemont, y el vicepresident, Oriol Junqueras, anunciarán la fecha y la pregunta del referéndum de independencia después de que el Govern, convocado media hora antes, lleve a cabo la última deliberación.
Un referéndum sobre el cual pesan, obviamente, muchas incógnitas, y precisamente porque tendrá que ser a la fuerza unilateral después de la negativa de Mariano Rajoy a abrir el diálogo y la negociación que día sí día también le ha ofrecido Puigdemont. Con todo, el Gobierno de JxSí piensa mantener la puerta abierta hasta el último minuto.
El 1 y el 8 de octubre son las fechas que más números tienen de ser las elegidas para celebrar el referéndum vinculante comprometido para la segunda quincena de septiembre. La coincidencia del domingo 24 con la Mercè, la fiesta mayor de Barcelona, desaconseja esta fecha.
La pregunta, como este jueves reiteró el mismo presidente en una intervención en el IESE ante más 400 empresarios y representantes del mundo económico será "clara y binaria". En las últimas horas ha circulado la idea de que incluirá los términos "Estado" (independiente) y "república", lo cual satisfaría tanto las sensibilidades del PDeCAT como las de ERC. La última palabra, en todo caso, la tiene el president.
Además de los miembros del Govern, al acto de hoy están convocados todos los diputados de JxSí y la CUP, en este momento un total de 71 (61+10) después de la marcha de Germà Gordó al grupo mixto y una vez descartada la asistencia de los comunes -representados en el Parlament por el grupo de Catalunya Sí que es Pot-, una vez dejaron claro en la reunión del martes del Pacte Nacional pel Referèndum que la consulta unilateral no es su vía.
La pregunta del 9-N
El 13 de diciembre del 2013, cuando el entonces president Artur Mas anunció la fecha y la pregunta de la consulta del 9-N del año siguiente, compareció acompañado de miembros de su gobierno, de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP. Aquel consenso fructificó entonces en una pregunta doble – "¿Quiere que Catalunya sea un Estado?" y "En caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?" - con el fin de satisfacer un abanico político que iba desde los democristianos a los anticapitalistas. 2,3 millones de personas participaron en la votación, en una nueva demostración de fuerza cívica del movimiento soberanista inédita en la historia de Catalunya, de España y de Europa.
Ahora como entonces, al Govern de la Generalitat no le queda otra que ir por la vía directa después del reiterado "no es no" de Rajoy a la consulta pactada. Una negativa formalizada tanto por la vía verbal -vía actos diversos y conferencias de prensa-, como epistolar -dura carta de respuesta a Puigdemont-, como parlamentaria -la invitación a Puigdemont a ir al Congreso a someterse a un "Ibarretxe dos"-, como judicial, con las advertencias a todos los miembros del Govern y los altos cargos de abrir la vía penal si sacan adelante el referéndum.
Dos empresas ofrecen urnas
La consellera de Governació, Meritxell Borràs, y el secretario general del departamento, Francesc Esteve, ya han sido blanco de una querella de la Fiscalía por el anuncio publicado en el DOGC para comprar urnas en un clima en que crece la presión a los funcionarios y a las empresas por parte del gobierno del PP para que se abstengan de colaborar con la organización del referéndum.
En todo caso, dos empresas han presentado sendas ofertas para proporcionar las urnas: Plastic Express, con un precio unitario de 20,47 euros más IVA por urna y la UTE Espai World y Suministros Integrales Futbida, con una oferta unitaria de 19 euros más IVA. A partir de hoy, el referéndum de autodeterminación afronta el tramo final con fecha y pregunta clara y binaria.