El president Carles Puigdemont mantuvo una reunión la víspera del 27 de octubre del 2017 en la Casa dels Canonges a instancias de Víctor Terradellas, exsecretario de relaciones internacionales de CDC, con dos ciudadanos rusos. A uno de los cuales se ha atribuido el papel de representante del gobierno de Vladímir Putin. Este contacto, que explicaba con detalle este domingo El Periódico, sustenta lo que se ha denominado la trama rusa del procés, sobre la cual el juez del caso Volhov, Joaquín Aguirre, investiga a Terradellas. No obstante, fuentes de la Oficina del president consultadas por ElNacional, aseguran que Puigdemont no dio ninguna credibilidad a las propuestas que se le plantearon en aquel encuentro y que, de hecho, tampoco "nunca tuvo ninguna prueba de la identidad de sus interlocutores, ni dio ninguna credibilidad a su supuesta representación oficial".
La información de El Periódico explica que participaron en el encuentro los ciudadanos rusos, Nikolay Sadavnikov, a quien atribuye vínculos con el ministerio de Exteriores ruso y con una empresa de Panamá, y Sergey Motin, del cual explica que dejó sin pagar un tratamiento de cáncer en una clínica de Barcelona y posteriormente murió de cáncer. También estaba un catalán, Jordi Sardà Bonvehí, implicado en una supuesta estafa sobre la venta de gas a Ucrania, además de Terradellas. Según la versión de Terradellas que recoge el diario, los supuestos emisarios ofrecieron a Puigdemont ayuda económica de millones de dólares y 10.000 soldados rusos, mientras que en contrapartida reclamaban poner en marcha un sistema de criptomonedas en Catalunya y crear un gran nicho mundial de moneda virtual.
Desde la Oficina del presidente se insiste en que Terradellas nunca actuó por encargo ni por indicación de nadie del Gobierno ni de lo que se denominó el estado mayor del procés y que sus gestiones eran "estrictamente personales" y al margen de la hoja de ruta que se estaba siguiendo. Admiten que en una de estas actuaciones, Terradellas, acompañado de otros interlocutores a quien presentó como enviados rusos, explicó al president una propuesta que "preveía una financiación de las necesidades de Catalunya durante el periodo de transición y eventualmente un apoyo militar".
Sin credibilidad
"Ninguna de las propuestas mereció credibilidad ni eran recomendables para Catalunya", aseguran, recordando que la hoja de ruta del procés era y es estrictamente no violenta y europeísta y que en aquel momento, la víspera del 27 de octubre, ya se había decidido aprobar la declaración de independencia sin esperar el reconocimiento internacional.
Estas fuentes aseguran que el president no dio ninguna credibilidad a la supuesta representación de sus interlocutores que, de hecho, la conversación tuvo lugar en la Casa de los Canonges y no en los despachos oficiales, donde se celebraban las reuniones con representantes de los países interesados en el procés, y que "no existió ningún encargo ni ninguna estrategia ligada a aquel encuentro".
Además, subrayan que esta no fue la única propuesta sobre financiación del periodo de transición que llegó al president Puigdemont e insisten en que todas fueron descartadas por los mismos motivos. "Ninguna de las propuestas tenía credibilidad y parecían opciones oportunistas que en ningún caso podían obedecer a la estrategia política fijada", aseguran estas fuentes, que no esconden el malestar ante la filtración de datos que forman parte de un sumario supuestamente secreto.
La información de El Periódico explica que en la reunión con Sadovnikov no se acordó nada.