El activista Josep Espar Ticó representó la voluntad de integrar a la gente en un proyecto para recuperar Catalunya, más allá de la manera de pensar de cada uno, y más allá de planteamientos teóricos y estrictamente políticos, según ha asegurado el president Jordi Pujol en declaraciones a ElNacional.cat. Espar Ticó, protagonista de episodios clave de la lucha del catalanismo antifranquista e impulsor de numerosas iniciativas en defensa de la lengua, ha muerto hoy a la edad de 94 años.
Pujol describe a su amigo y compañero de activismo como un hombre "excepcional" y "profundamente enamorado de Catalunya". Aunque fue uno de los fundadores de Convergència Democràtica, Pujol destaca que Espar no ha sido exactamente ni un político ni un empresario ni un hombre incorporado a planteamientos intelectuales, pero sí una persona enérgica que entendió que la recuperación de Catalunya no se podía hacer con planteamientos teóricos y estrictamente políticos, sino "espirituales y de energía interior". "Un planteamiento de voluntad de integrar a la gente en un conjunto, un proyecto que tiene que tener varias variantes, evidentemente, un proyecto en que quizás no todo el mundo pensaba de la misma manera pero tiene que querer recuperar el país, en todos los sentidos, darle un nuevo empuje", detalla.
A Espar se lo recuerda, entre otras acciones, por su participación en 1960 en los hechos del Palau, cuando durante un homenaje a Joan Maragall, fue el primero que se levantó a cantar El cant de la Senyera, después de que el gobernador civil había había obligado a retirar esta pieza del programa. Pujol fue detenido por aquellos hechos.
Una manera de hacer
En las declaraciones en ElNacional.cat, Pujol recuerda que la afiliación de Espar, profundamente cristiano, más que a un partido fue a una "idea de país", a través del movimiento CC, "la idea del país, Catalunya, y la idea del cristianismo". Se trataba, según evoca, "de un movimiento más espiritual que político, más de exigencia moral, que de planteamientos económicos".
"A Espar no sólo se le tiene que agradecer, sino que vale la pena profundizar en esta manera de hacer suya, un poco particular y diferente de la mayoría de la gente, que iba al fondo del tema, al fondo del drama, porque Catalunya vivió una época dramática", subraya Pujol, que recuerda que el mismo Espar tuvo que vivir una época dramática porque mataron a su padre. "Pero los momentos dramáticos no se pueden superar sólo con movimientos estrictamente muy intelectuales, sino con una especie de afectación de la interioridad de la gente y que esta interioridad se transmita al país. Pues, eso Espar lo hizo", concluye.